"Sin infraestructura, es muy difícil": Volvo no arranca con el coche eléctrico y cree que su gran problema está en España
Publicado el 04/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Decían que "no había futuro para los motores de combustión interna" a partir de 2030. El año pasado ya suavizaron sus expectativas. Y ahora confirman que la transición al coche eléctrico se ha atragantado hasta el punto de que no será posible si en países como España no sale adelante un plan serio para electrificar el país.
Sí, hablamos de Volvo.
"Es muy difícil". Estas palabras de Håkan Samuelsson, CEO de Volvo, resumen el sentir de la compañía respecto al coche eléctrico. En una entrevista con el medio alemán Die Zeit, preguntado sobre la lenta transición al coche eléctrico europea, que se esperaba más rápida, Samuelsson ha respondido lo siguiente:
Debe haber una señal clara de que en un momento dado se está cambiando a la movilidad eléctrica. Pero, por supuesto, si no hay infraestructura de carga, especialmente en el sur de Europa, es muy difícil implementarla. Se necesita un concepto general que funcione. Por lo tanto, también puedo imaginar clasificar como eléctricos nuevos vehículos híbridos con tecnología enchufable y largo alcance.
Además del sur de Europa, región en la que sin duda se encuentra España, el CEO de Volvo también señala que "en ciertas regiones del mundo es complicado para nosotros, por ejemplo, en el Medio Oeste de los Estados Unidos, con sus propias particularidades. Probablemente necesitemos unos años más allí. Para que la movilidad eléctrica tenga éxito".
Más cargadores. Con ambas respuestas, Samuelsson apunta directamente a la infraestructura de carga como el escollo principal para conseguir el impulso esperado con la movilidad eléctrica. En el caso de Estados Unidos es evidente. Tesla creó una red de recarga que sostuvo sus primeras ventas. Ahora, con sus propios cargadores, su red es tan buena que ha conseguido que los fabricantes se adapten a su apuesta.
Y en España también tenemos lecciones que aprender. Aunque hemos mejorado y en Xataka sostenemos que con el volumen actual de coches eléctricos es más necesaria la fiabilidad de los cargadores que la pura potencia, según el último Barómetro de Electromovilidad de Anfac, en junio de 2025 apenas cubrimos el 17,5% del total de cargadores que debíamos tener instalados a final de año.
Tranquilidad. Tener una red de recarga densa y fiable sigue siendo la principal preocupación de quien no se atreve a dar el salto a un coche eléctrico. El objetivo último es poder salir de casa sin tener que planificar una ruta pero eso, ahora mismo, no es posible. Y no solo no es posible, además con un coche eléctrico de batería pequeña, es imprescindible tener claro dónde, cuándo y durante cuánto tiempo parar.
Sin duda, cuando uno coge un coche eléctrico durante un tiempo no tarda en adaptarse a las exigencias del mismo. Adquirir los conocimientos necesarios para no pasar penurias es sencillo pero esa barrera de entrada sigue siendo demasiado alta para quienes quieren desembolsar 30.000, 40.000 o 50.000 euros en un coche y quieren olvidarse de pasar ansiedad por la autonomía. Pero, sobre todo, es especialmente complicado entre quienes buscan un coche eléctrico de 20.000 o 25.000 euros y saben que tendrán que pagar con cierta incomodidad su bajo precio.
¿Qué pasa con Volvo? El problema para Volvo es que sus coches eléctricos no avanzan al ritmo esperado y sus planes pasaban por dejar de vender motores de combustión en 2030. En 2021, hace apenas cuatro años, aseguraban que "no hay futuro para los motores de combustión interna".
Sin embargo, en 2024 han tenido que reconocer que la transición al coche eléctrico se le está resistiendo más de la cuenta y ya adelantaron que era probable que mantuvieran coches híbridos en el mercado durante más tiempo. De nuevo, las bajas ventas en Estados Unidos eran clave. Ahora, su CEO se desmarca metiendo presión para que los países tomen la iniciativa y pongan sus esfuerzos en crear una red de recarga solvente.
¿Se está haciendo algo? Sí, algo se está haciendo. En primer lugar, los países tienen que dar un acelerón a la red de recarga obligados por la propia Unión Europea que ha diseñado un plan para contar con cargadores rápidos en las principales vías del continente a corto y medio plazo.
Además, se trabaja para oblihar que los nuevos cargadores cuenten con su propio sistema TPV de pago, lo que debería facilitar la adopción al coche eléctrico. Ahora mismo, sigue siendo necesario tener un buen número de aplicaciones en el móvil si cargas con diferentes compañías.
Y el Gobierno también está trabajando por visibilizar los enchufes de carga con una nueva señalización en las carreteras. El objetivo último es ir calando en los conductores que España no es un páramo sin cargadores y que se puede viajar con relativa tranquilidad.
Una última curiosidad. Para Samuelsson "no, no fuimos demasiado rápidos (sobre el salto al coche eléctrico). Para nosotros, como empresa más bien pequeña, el mercado de vehículos totalmente eléctricos es lo suficientemente grande".
Las palabras esconden una defensa de su propio legado. El actual CEO de la compañía ya ocupó este mismo puesto entre 2012 y 2022. Es decir, la apuesta de vender coches exclusivamente eléctricos en 2030 fue suya. Después de un pequeño periodo de titubeo, Samuelsson volvió de su jubilación para volver a dirigir a la compañía sueca.
Una compañía que, por otra parte y por preferencia de su propio CEO, cada vez es más china:
Quiero más cooperación por parte de Volvo (con Geely). Quiero que Volvo siga siendo independiente, es decir, con la sede en Suecia y que cotice en la bolsa sueca. Pero también quiero aumentar el valor, el interés de los propietarios, y por lo tanto más intercambio dentro del holding, para ahorrar dinero e introducir nuevas tecnologías más rápidamente.
Foto | Xataka
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