Resolviendo una de las grandes dudas sobre "dormir bien": si es mejor hacerlo de lado o boca arriba
Publicado el 07/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Llega la hora de dormir, te tumbas en la cama, cierras los ojos y empieza el baile de un lado hacia otro. ¿Pero cuál es en realidad la mejor postura? Primero un lado, pero no termina como de encajar; hacia arriba parece que es un poco extraño, y entonces vuelves al otro lado hasta que, al final, por cansancio, uno se termina durmiendo. Aunque la postura —que solemos pasar por alto— puede marcar la diferencia en un descanso reparador y uno deficiente.
No es solo cerrar los ojos. Según un estudio publicado en Handbook of Clinical Neurology (2011), pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo o intentando hacerlo. Según Mayo Clinic, durante ese tiempo el cuerpo “se repara y se recarga”. Sin embargo, cada vez más estudios demuestran que no todas las posiciones al dormir son iguales, ya que la postura puede condicionar nuestra salud a corto y largo plazo.
Un problema común, pero poco visible. Dormir mal no siempre se nota al despertar. A veces se arrastra durante el día: fatiga, falta de concentración, molestias físicas. Un reportaje reciente del National Geographic apuntaba que una mala postura al dormir puede agravar dolencias comunes como el dolor de espalda o el reflujo, y complicar otras más serias, como la apnea del sueño. El doctor Meir Kryger, especialista en medicina del sueño y profesor emérito en Yale, advertía que, cuando no se trata, esta apnea puede afectar al ánimo, la memoria, la presión arterial e incluso aumentar el riesgo de muerte.
¿Cuál es la postura idónea? La mayoría de las fuentes consultadas coinciden: de lado, y si es posible, sobre el izquierdo. Esta posición se asocia con menos dolor lumbar, menos ronquidos y una mejor digestión. Según Heathline, ha destacado que también puede facilitar la respiración y contribuir al buen funcionamiento del cerebro.
El doctor W. Christopher Winter, en declaraciones recogidas por la BBC, ha explicado que esta postura evita que la arteria aorta se vea comprimida y facilita el retorno venoso, lo que mejora la circulación.
Además, esta postura puede ser de gran ayuda para las embarazadas. Como ha detallado Mayo Clinic, dormir de ese lado en el último trimestre del embarazo evita la compresión de la vena cava y favorece el flujo sanguíneo a la placenta y al feto.
El error más común. Suele aparecer en las noches calurosas, cuando el cuerpo busca frescura y acaba tumbado boca arriba, sin saber que está eligiendo la peor postura. La doctora Lois Krahn, consultada por Mayo Clinic, ha detallado que dormir boca arriba puede empeorar la apnea del sueño al permitir que la lengua y la mandíbula caigan hacia atrás y obstruyan la vía aérea.
No obstante, la otra opción: dormir boca abajo, no es nada recomendable. Según Healthline, esta posición puede generar dolor en el cuello y la espalda, ya que obliga a torcer la cabeza y comprime el tórax, dificultando la respiración. Esto puede derivar en dolores crónicos.
Aliados olvidados. No todo se reduce a la postura. Como ha explicado la doctora Cherney en Heathline, el tipo de colchón importa y la almohada también importan. Por un lado, un colchón demasiado blando hace que las articulaciones se hundan, mientras que uno muy duro puede ser incómodo y no adaptarse a la forma del cuerpo.
Por otro lado, recomienda usar una almohada ergonómica entre las rodillas para quienes duermen de lado, ya que favorece la alineación vertebral y evita tensión en la cadera y la región lumbar. Además, ha advertido que al dormir de lado la cabeza debe quedar alineada con los hombros y nunca inclinada hacia el pecho, ya que eso provoca dolor cervical.
Un acto de salud. Dormir bien no depende solo del número de horas. También influye, y mucho, la forma en que colocamos el cuerpo cada noche. La evidencia médica señala con claridad que dormir de lado —y especialmente sobre el izquierdo— puede marcar una diferencia real en la calidad del sueño. No es una moda ni una recomendación blanda: es una cuestión de salud que afecta a la respiración, la digestión y el descanso profundo. Y aunque cueste más en verano, con calor o con vueltas de más, merece la pena intentarlo. A veces, el cuerpo solo necesita un buen lado.
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