Hitler estaba tan obsesionado con Clark Gable que ofreció una recompensa a quien lo captur

Publicado el 19/01/2025 por Diario Tecnología
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Hitler estaba tan obsesionado con Clark Gable que ofreció una recompensa a quien lo captur

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto masivo. Tanto que algunas celebridades de la época se alistaron en los diferentes bandos para defender los intereses de sus naciones. Lejos de ser simplemente armas propagandísticas, estas celebridades participaron activamente en el conflicto. Una de ellas fue Clark Gable, actor que para cuando se alistó en el ejército estadounidense ya había protagonizado decenas de películas.

La estrella de 'Lo que el viento se llevó' o 'Sucedió una noche' brillaba con tanta intensidad que consiguió obsesionar al más inesperado: Adolf Hitler. Tanto que el líder nazi ofreció una recompensa a quien lo atrapara vivo y lo llevara ante él.

Mayor Clark Gable. Estados Unidos entró oficialmente en la Segunda Guerra Mundial el 7 de diciembre de 1941. Fue el día en el que 353 aviones japoneses atacaron a los acorazados estadounidenses de la base naval de Pearl Harbor. En agosto de 1942, y con una edad superior a la recomendada para el alistamiento, Gable se alistó en la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Tras asistir a la escuela de artillería aérea, puso rumbo a Inglaterra para grabar una película sobre los artilleros en combate. No se esperaba que realizara acciones de riesgo, pero se subió en varias ocasiones a un B-17 para realizar misiones en Europa a la vez que conseguían material para la película. Llegó a sustituir a artilleros alcanzados por las balas y vio la muerte de cerca cuando su avión fue agujereado por proyectiles de 20 mm que pasaron cerca de su cabeza.

Uno más. Su unidad estaba compuesta, además de por otros soldados, por dos camarógrafos y un técnico de sonido retirado, por lo que fue apodada como Little Hollywood Group. Sin embargo, Gable no pasó desapercibido. Cuando se graduó en la escuela de artillería, las noticias cubrieron el evento y, como era común en la época, antes de las proyecciones de películas en los cines, el narrador lanzaba la propaganda, en la que Gable tuvo un papel especial:

"Cuidado, señor Hitler, el teniente Clark Gable se dirige hacia ti"

Vamos, lo que se conoce como ponerle una diana enorme a un actor que no necesitaba presentación debido a su presencia. Aunque en el fuerte británico intentó pasar desapercibido, la fama lo precedía y no le fue fácil escapar de las legiones de fans inglesas. Tampoco de los oficiales.

O casi. Cuentan que, en una ocasión, Gable estaba realizando tareas de oficina cuando el sargento Eugene Kelly, miembro del personal administrativo del general Eisenhower, le entregó una columna de papeles que firmar. Eran un trámite, o eso parecía, pero lo que realmente le entregó Kelly fue una pila de informes falsos con el objetivo de recortar la firma de Gable y venderla como autógrafo a las fans.

El Capitán Gable nunca dejó de ser la estrella Clark Gable, algo que tampoco buscaba pues, en los días de permiso, se relacionaba con estrellas del cine y aristócratas. El asunto es que llamó la atención de a quien, quizá, menos interesaría llamar la atención.

Media 456656 Tripulación de un B-17, incluyendo a Gable

Hitler y las adicciones. No es un secreto que el dirigente alemán tenía sus manías. Al margen de su obsesión con extender el territorio germano, el ocultismo y las drogas, Hitler era un amante del cine, y también del papel del séptimo arte en lo que a propaganda se refiere. Explotó la obra de Leni Riefenshtahl, directora que realizó varias películas para el NSDAP, le encantaba ver películas y hasta crearlas con una cámara de 8 milímetros.

Y, evidentemente, conocía a una estrella tan brillante como Clark Gable. Parece que era fan del estadounidense y, cuando se enteró de que se había alistado y estaba en Europa, ordenó a su brazo propagandístico de habla inglesa que avisara sobre el hecho con un mensaje que decía lo siguiente: “Bienvenidos a Inglaterra, Hatcher Chickens -el sobrenombre de su grupo-, entre los cuales está la famosa estrella de cine estadounidense Clark Gable. Nos veremos pronto en Alemania, Clark. También serás bienvenido allí”.

“Ese hijo de puta me pondrá en una jaula”. No es un mensaje amenazador, más bien confuso y hasta podría decirse que denota cierto respeto, pero las intenciones de Hitler estaban claras: capturar a Gable. Como suele ocurrir, en hechos de la Segunda Guerra Mundial se mezcla la leyenda con la historia, pero por suerte, el nieto de Gable tiene una carta escrita por el propio Hitler en la que se ofrecía una recompensa por la captura del actor.

"Mi abuelo tenía ascendencia alemana y Hitler era un fanático: veía todas sus películas", comentó Clark Gable III. "Ofreció una recompensa para intentar capturarlo. Creía que una película de propaganda usando a mi abuelo aplastaría el espíritu de lucha de Estados Unidos y sus aliados". Gable era consciente de esto y no le sentó muy bien. A uno de sus compañeros le dijo que "el hijo de puta me pondrá en una jaula, como a un gorila, y me enviará en un tour por toda Alemania".

Si no es por las buenas… por las malas. Se dice que la recompensa fue de unos 5.000 dólares de la época, pero ante el fracaso de la operación de captura, el nieto del actor comenta que Hitler ordenó a sus pilotos derribar a Gable, idealmente con vida, para que pudiera ser enviado a Alemania. El actor también se enteró de esto y, como es lógico, también le sentó regular:

"Si el avión cae, caeré con él", comentó. El problema es que la presencia de Gable en un avión, o la sospecha de su presencia, no sólo lo ponía a él en peligro, sino a cualquiera que fuera a su lado.

Lo que Hitler no se llevó. Gable no tardó en volver a Estados Unidos, ya que las tomas para la película estaban listas y había servido más allá de sus obligaciones. Se retiró en 1944 tras superar el límite de edad para combatir y siguió a lo suyo: la vida hollywoodiense. Hitler, evidentemente, no disfrutó de esto, pero al menos nos dejó una historia curiosa que debió ser bastante estresante para el actor.

Al fin y al cabo, Hitler no ponía precio a la cabeza de cualquier persona, y Gable fue portador de ese "honor". Y de esa diana.

Imágenes | Bundesarchiv Bild, American Air Museum in Britain

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