China se ha encontrado un enorme problema sanitario en sus cocinas: un consumo per cápita de sal récord

Publicado el 19/01/2025 por Diario Tecnología
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China se ha encontrado un enorme problema sanitario en sus cocinas: un consumo per cápita de sal récord

A China le gusta comer con sal. Mucho. Y mucho más que en la mayoría de países, como lo demuestran los datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que atribuyen al gigante asiático el mayor consumo per cápita diario de esta sustancia, muy por encima de la media internacional y muy, muy por encima de las recomendaciones de la propia OMS. Podría ser una simple curiosidad gastronómico-cultural si no fuera porque el uso abusivo de la sal supone un problema sanitario, uno que ya analizan los expertos en China.

Las cifras desde luego hablan con claridad.

¿Qué dicen los datos? Que a China le gusta comer con sal. Tanto, de hecho, que sus habitantes superan con creces las recomendaciones de ingesta diaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y lideran el ranking mundial sobre consumo elaborado por ese mismo organismo. Las estimaciones pueden variar de forma sensible en función de la entidad que las elabore, pero en general sitúan al gigante asiático a la cabeza en el uso de sal. Y de forma rotunda, además.

El estudio que la OMS dedicó en 2023 precisamente al consumo de esta sustancia (y el sodio, en general) coloca a China en la primera posición de su ranking, a bastante distancia del país que ocupa el segundo puesto, Hungría. Los mismos datos pueden encontrarse en Statista o World Population Review.

Lan Pham Khucbmqkl Q Unsplash

¿Y cuánta sal consumen los chinos? Depende de a quién se le pregunte, pero por lo general la respuesta es siempre la misma: bastante más que los habitantes de otros países. En su informe de 2023, la OMS estima que la ingesta diaria equivalente en China asciende a 17,7 gramos. No es solo que el dato supere con creces las recomendación del mismo organismo, que aconseja que el consumo de sal entre los adultos no sobrepase los 5 g diarios (“una cucharadita”, en sus propias palabras); es que se sitúa a bastante distancia de los resultado del resto de naciones del "Top 5".

El segundo puesto lo ocupa Hungría, con un consumo per cápita de 14,3 gramos al día, el tercero lo comparten Chequia y Eslovenia, con 13 g, y el cuarto se lo disputan Rumanía, Serbia, Bulgaria y Croacia, todos con una media de 12,9 g. En el polo opuesto de la lista encontramos a Samoa, al que la OMS atribuye la ingesta más modesta, con solo 5,1 g, seguida de Turquía (5,3 g) y la República Democrática del Congo y Estonia, empatadas con 5,7. En el ecuador de la tabla estaría Estados Unidos (8,9), dato similar a España (8,2)

¿Hay más datos? Sí. En 2019 Monique Tan, investigadora de la Queen Mary University of London, publicó un artículo en The Conversation en el que señalaba que el consumo medio de sal en China ronda los 10,9 g diarios, “una de las ingestas de sal más altas del mundo”, apostilla. De hecho, la experta incluye un gráfico con datos de una docena de naciones en la que China destaca claramente con el valor más elevado.

Otro estudio reciente recogido en Front Publich Health centrado en tres regiones del país situó la media diaria en 10,1 gramos, con puntos en los que ese valor se disparaba hasta rondar los 12 g, y The George Institute se hacía eco hace justo una década de otro informe en el que afirmaba que la ingesta diaria media de sal entre los adultos en la zona urbana de Pekín y su entorno rural alcanzaba los 15,2 g, dato que descendía a 11 entre los niños y adolescentes menores de edad y a 10,2 si hablamos de personas mayores.

¿Se consume igual en toda China? No. Y esa es otra realidad que dejan claro los investigadores que se han dedicado a analizar el uso de la sal en China. El informe de Front Publich Health, por ejemplo, muestra que entre las zonas del norte y sur analizadas había desfases de casi el doble: de 12 gramos diarios en Pekín y Shanxi se pasaba a 6,3 g/d en Guangxi. Incluso dentro de una misma región pueden encontrarse diferencias considerables entre poblaciones urbanas o rurales o en función de los rangos de edad.

En su artículo Monique Tan constata también "diferencias geográficas" considerables entre el norte y sur del país. En la primera región el consumo ha disminuido de hecho a lo largo de las últimas cuatro décadas, aunque se mantiene en niveles elevados, mientras que en la zona más meridional de China no ha parado de crecer durante ese mismo período.

¿Y por qué esos niveles? La pregunta del millón. En el caso del sur del país Tan sugiere que el aumento de consumo puede deberse a que los alimentos procesados o el take away ha ganado peso en la dieta de la población, al igual que las comidas en restaurantes. En general, la experta habla de un aumento de los alimentos con “alto contenido de sal”.

Sus conclusiones están en sintonía con los de The George Institute, que cita un estudio publicado en Nutrients que muestra que el 39,5% de la ingesta de sal en las zonas analizadas de Pekín se relaciona con comidas fuera de casa. El 90% del consumo total se relaciona con sal de cocina.

País

mg/d sodium

g/d salt

China

6954 (6601 - 7321)

17,7

Hungría

5646 (5370 - 5918)

14,3

Chequia

5112 (4 856 - 5387)

13

Eslovenia

5105 (4844 - 5375)

13

Rumanía

5075 (4821 - 5343)

12,9

Serbia

5072 (4822 - 5348)

12,9

Bulgaria

5087 (4836 - 5350)

12,9

Croacia

5077 (4833 - 5307)

12,9

Eslovaquia

5038 (4786 - 5314)

12,8

Bosnia y herzegovina

5050 (4799 - 5291)

12,8

Albania

5054 (4798 - 5333)

12,8

Macedonia del norte

5052 (4795 - 5312)

12,8

Montenegro

5040 (4782 - 5310)

12,8

Corea del Norte

4997 (4 721 - 5269)

12,7

Corea del Sur

4854 (4629 - 5070)

12,3

¿Hay más condiciones? Más allá de esas tendencias de las últimas décadas, hay expertos que apuntan sencillamente que históricamente la sal ha sido “esencial” tanto en la preparación como conservación de alimentos en China "durante miles de años". "Los estudios encontraron que la población de mayor edad está habituada a una alta ingesta en su rutina dietética diaria", apunta un grupo de expertos en Front Public Health. Otra clave es “la baja conciencia” sobre los riesgos para la salud de pasarse con el salero en la mesa.

¿Es China un caso aislado? No. World Population Review desliza otra clave igual de interesante: China quizás se lleve la palma, pero por lo general "muchas cocinas asiáticas son ricas en sal". El dato de consumo diario de Corea del Norte y del Sur, por ejemplo, se mueve entre 12,3 y 12,7 g, según los cálculos de la OMS; en Singapur se alcanzan los 11,5, en Tailandia los 10,8 y en Indonesia los 12,5. Todos esos volúmenes superan de lejos la ingesta recomendada.

En Pekín no son ajenos a su gusto excesivo por la sal y hay expertos, como Tan, que destacan que su uso al menos en el norte del país se reducido a lo largo de los últimos 40 años gracias, en parte, a las campañas del Gobierno. En concreto, la investigadora apunta "los esfuerzos por aumentar la conciencia sobre el consumo de sal y las mejoras en la disponibilidad de productos frescos todo el año". Los registros de la CHNS china muestran que entre 1991 y 2018 la ingesta media de sal de cocina bajó cerca de un 47,5%.

¿Por qué es importante? Porque que un país devore más o menos sal no es solo una curiosidad o una pista sobre cómo les gusta la comida. La sal de mesa (cloruro de sodio) es la principal fuente de sodio, un nutriente esencial, pero cuyo abuso aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y muerte prematura, advierte la OMS. "Las dietas poco saludables son una de las principales causas de muerte y enfermedad en todo el mundo y la ingesta excesiva de sodio es uno de los principales culpables", advierte el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, de la OMS.

Los datos del organismo muestran que la ingesta media mundial de sal es de 10,8 gramos al día, "más del doble de la recomendación de la OMS de menos de cinco gramos diarios", recuerda. "Cada vez hay más pruebas que documentan los vínculos entre la ingesta elevada de sodio y un mayor riesgo de padecer otras enfermedades, como el cáncer gástrico, obesidad, osteoporosis y enfermedad renal". En el gigante asiático hay expertos ya centrados en analizar la relación entre el abuso de la sal y los casos de hipertensión.

Imágenes | Josh Appel (Unsplash), Peter Werkman (Unsplash) y Lan Pham (Unsplash)

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