Hace 1,2 millones de años el Homo erectus logró algo que creíamos solo estaba a nuestro alcance: sobrevivir al desierto
Publicado el 19/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Una de las principales claves de la evolución está en la capacidad de las especies de adaptarse a distintos entornos y circunstancias. Nuestra especie, el Homo sapiens, ha sido muy exitosa en esto de adaptarnos a entornos diversos, desde desiertos áridos como el Sahara hasta el paraje helado del Ártico. Sin embargo quizás no fuimos la primera especie humana en adaptarse al clima extremo.
H. erectus. Un nuevo estudio ha descubierto que el Homo erectus, una de las especies homínidas antecesoras a la nuestra fue capaz de adaptarse al clima árido de África oriental hace 1,2 millones de años, mucho antes incluso de que los H. sapiens surgieran como especie.
La capacidad de aprovechamiento de los recursos de su entorno fue, según lo observado en este estudio, factor determinante en la adaptabilidad de esta especie prehistórica. El descubrimiento implica un cambio sustancial en lo que creíamos saber sobre esta capacidad de adaptación que hasta ahora solo habíamos observado en nuestra propia especie.
“El Homo erectus demostró una gran capacidad de resiliencia y estrategia en un ambiente hostil y cambiante”, explicaba en una nota de prensa Julio Mercader, autor principal del trabajo. “Este estudio no solo amplía su rango ecológico, sino que también lo posiciona como una especie con una adaptabilidad más sofisticada del que se pensaba hasta ahora”.
22.000 herramientas.Las pistas estaban en las herramientas dejadas atrás por estos homínidos. El equipo responsable del nuevo estudio aprovechó los datos recogidos en Engaji Nanyori, en la Garganta de Olduvai (u Oldupai), en Tanzania. En este yacimiento se hallaron 22.000 herramientas, de cuarcita en su mayoría, pertenecientes a los habitantes de la región.
Algunas de estas herramientas fueron manufacturadas con materiales extraídos de hasta 13 km del lugar, lo que denota ya en sí mismo cierta capacidad organizativa de estos H. erectus.
Cuestión de estrategia. La clave de la adaptabilidad, explica el equipo, estaba en la capacidad de esta especie para diseñar estrategias. Los H. erectus cazaban prioritariamente animales como bóvidos y antílopes de tamaño medio, para así optimizar el uso de sus recursos animales, tal y como muestran las herramientas diseñadas específicamente para tareas como la desarticulación y la extracción de médula ósea.
El equipo también destacaba el hecho de que estos humanos prehistóricos basaron también s estrategia de supervivencia en áreas con acceso recurrente a agua, como confluencias fluviales, como forma de garantizar el acceso a este recurso aún en periodos de aridez.
“La combinación de tácticas de caza, procesamiento de cadáveres de animales y selección estratégica de asentamientos cercanos a zonas fluviales demuestra una capacidad de adaptación notable”, indicaba Palmira Saladié, quien lideró el análisis zooarqueológico y tafonómico del yacimiento. Los detalles del estudio fueron publicados en un artículo en la revista Communications Earth & Environment.
Cambiando nuestra percepción de la evolución humana. El hallazgo nos ofrece información importante sobre la expansión de las primeras especies humanas. Una expansión que quizás fue más rápida de lo que tendemos a pensar. Esta especie pudo haber habitado diversos parajes, facilitando su expansión en distintas zonas del continente africano, e incluso haber permitido su salida hacia la península Arábiga. Y más allá.
Imagen | Mercader, Akuku et al. (2025)
utm_campaign=19_Jan_2025"> Pablo Martínez-Juarez .