He probado las apps de finanzas más conocidas para controlar mis gastos. Me siguen pareciendo peores que mi hoja de Excel
Publicado el 21/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hace unos meses decidí que era momento de tomar las riendas de mis finanzas personales. No se trataba realmente de una crisis económica, sino más bien de esa sensación incómoda de no saber exactamente a dónde se va el dinero cada mes. Quería mayor tranquilidad y, sobre todo, información clara sobre mis gastos para poder establecer un presupuesto mensual que tuviera sentido.
Como cualquier persona de mi generación, lo primero que hice fue buscar una app. Hace mucho tiempo que conozco varias aplicaciones de finanzas, y de hecho las he estado usando durante un tiempo. Sin embargo, al final nada me daba tanta tranquilidad y seguridad como mi hojita de cálculo de Excel.
Hay muy buenas apps de finanzas, pero descubrí que no eran lo que buscaba
Mi primera parada fue Fintonic, una de las aplicaciones más populares en España para el control de gastos. Su propuesta es atractiva, sobre todo porque conecta con tus bancos automáticamente, importa todos los movimientos y los categoriza sin que tengas que hacer nada. Hace el trabajo bastante bien y es la que más he estado utilizando.

La verdad es que ver todos tus gastos centralizados en una sola pantalla tiene su encanto, además de que la app es visualmente atractiva. Sin embargo, hubo varios motivos que me echaron para atrás. La categorización no es perfecta, y no pasa nada, ya que es difícil que lo sea. Los gastos de cada uno pueden ser todo un mundo y existen millones de comercios y servicios, por lo que es normal que algunos gastos se cuelen donde no deben.
También he probado durante un tiempo Revolut, ya que tengo cuenta con ellos y su función de agregador de cuentas me permitía ver el saldo total de todas mis cuentas bancarias. La interfaz es limpia y también me parece una buena manera de controlar los gastos, al igual que Fintonic. Pero al final tienes el mismo problema con las categorías, y eso de conectar tu cuenta con los datos de tus bancos quizá no es algo que vaya a gusto de todos.

También le eché un vistazo a Monefy, que la verdad está muy bien y no le pongo muchas pegas. En este caso funciona diferente: los gastos se introducen manualmente. Esto es más o menos lo que buscaba yo, y funciona francamente bien, porque los gastos los puedes introducir como tú quieras. Sin embargo, aquí fue cuando me di cuenta que el problema no era realmente de las aplicaciones, era de que no me ofrecían realmente lo que quería: no estar pendiente del móvil para controlar mis gastos y tener un único sitio al que acceder una vez al mes para introducir los gastos y revisar el presupuesto.
Vuelta a los orígenes: Excel
Así pues, decidí volver a Excel. Y no me arrepiento. Creé una hoja de cálculo sencilla con mi presupuesto mensual dividido por categorías: vivienda, alimentación, transporte, ocio, suscripciones y demás. Cada mes, dedico unos 20 minutos a revisar mis extractos bancarios e introducir los gastos en sus respectivas categorías.
Excel me funciona porque me garantiza control total. Soy yo quien decide cómo categorizar cada gasto, sin depender de algoritmos. Si quiero crear una subcategoría específica para "cafés" dentro de "alimentación", lo hago. Si necesito añadir una nota sobre un gasto concreto, también puedo. Además, en Internet puedes encontrar miles de plantillas para tu presupuesto.

La privacidad es otro factor importante. No tengo que conectar mis cuentas bancarias a servicios de terceros ni preocuparme por dónde van a parar mis datos financieros. La información de mis gastos está en esas hojas de Excel. Punto.
También valoro la ausencia de distracciones. No hay notificaciones constantes, no hay consejos automáticos sobre cómo ahorrar. Solo accedo a mi hoja de cálculo una vez al mes, introduzco los datos, veo cómo va mi presupuesto y listo.
Por último, está el tema de la personalización. Puedo crear las fórmulas que me interesen, añadir gráficos simples si los necesito, o incluir proyecciones para el año siguiente. Todo a mi manera. No es que sea muy creativo con las hojas de cálculo, ya que con lo básico me apaño, pero la posibilidad está ahí.
Lo importante es que para mí funciona. Y si después de leer esto no estás de acuerdo y crees que a ti te va mejor una aplicación que te añada los gastos automáticamente y que la tengas siempre a mano, también es genial eso. Con este artículo no pretendía dar ningún consejo financiero ni venderte la moto con nada, simplemente quería dar mi punto de vista y por qué he decidido seguir utilizando Excel. Esto me funciona a mí, pero puede no funcionarle a otra persona, y eso está bien.
Imágenes | Fintonic, Monefy, Micheile Henderson
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