Tras años de turistificación, Santiago se ha encontrado con un problema: es más fácil comprar un souvenir que el pan
Publicado el 22/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Si en 1994 te dabas una vuelta por el centro de Santiago de Compostela lo más probable es que te encontraras con turistas, peregrinos (alguno con cojera), estudiantes y profesores de universidad. Más o menos igual que hoy. Lo que ha cambiado es el telón de fondo. Hace tres décadas en el casco histórico había cientos de negocios orientados a los vecinos: zapaterías, tiendas de ropa, quioscos, panaderías, ultramarinos, librerías… Hoy la turistificación de la ciudad los ha devorado hasta reducirlos a la tercera parte. De hecho ya hay más tiendas para viajeros que para compostelanos.
De ahí que su Ayuntamiento haya dicho "basta".
Santiago, más turística. En 1999 los hoteles, hostales y residencias de Santiago de Compostela alojaron a alrededor de 488.800 viajeros. En 2023 fueron más de 926.100. Ese boom turístico, alentado por la popularidad del Camino, el crecimiento de su aeropuerto y el propio impulso de España como destino internacional, ha dejado huella en la ciudad. En sus casas y sobre todo en su comercio, como reconocía esta semana el Ayuntamiento santiagués con cifras sobre la mesa que demuestran que los negocios orientados a los vecinos han ido cediendo terreno a los centrados en el turismo.

De 645 a 202 negocios. Las cifras son rotundas. Según los datos oficiales que maneja el Ayuntamiento (y de consulta pública), en 1990 en la zona histórica había 645 comercios orientados a los residentes, una etiqueta amplia en la que se incluyen desde tiendas de comida, ropa y muebles a quioscos, droguerías, farmacias, joyerías o ferreterías. Hoy son 202. El descenso ha sido especialmente pronunciado entre los locales dedicados a la alimentación (bajaron de 125 a 35) o de ropa y lencería (de 121 pasaron a solo 44).
El "sorpasso" del turismo. El dato es llamativo de por sí, pero hay otro aún más curioso. El número de comercios orientados a los vecinos ha descendido tanto en las últimas décadas que a día de hoy ya hay más locales centrados en el turismo. El Ayuntamiento tiene contabilizadas ahora mismo en la zona histórica del municipio 92 tiendas de recuerdos y souvenirs, 72 especializadas en artesanía, joyería y diseño y otros 43 negocios de productos típicos o delicatessen. En total 207 comercios "con alguna orientación turística", media decena más que los enfocados en los vecinos.
Un análisis de los espacios situados en las plantas bajas del conjunto histórico de Santiago muestra además que el 45% se dedican al comercio, el 31% al ocio y restauración, el 8% a hospedaje (mismo porcentaje que a equipamiento terciario) y el 7% a oficinas. Curiosamente entre 1996 y 2025 la población de la ciudad histórica aumentó un 26%, aunque con caídas sensibles en media docena de calles situadas cerca o dentro del área monumental y zonas de paso de peregrinos.
El Ayuntamiento mueve ficha. Con esos datos sobre la mesa, el Ayuntamiento de Santiago ha decidido mover ficha y poner límites a la turistificación de su comercio. El miércoles su concejal de Urbanismo presentó una cambio del Plan Especial de Protección y Rehabilitación de la Ciudad Histórica que básicamente busca “mantener y reforzar el uso residencial” del casco antiguo y “promover la preservación” del comercio de proximidad. En resumen: “Garantizar el equilibrio entre usos orientados a residentes y orientados a turistas”.
El cambio normativo ya ha recibido el visto bueno del Gobierno local, pero le queda aún recorrido para trasladarse a la práctica. Antes deberá someterse a exposición pública, recibir de nuevo el ok del Consistorio y superar el examen del pleno. Si lo logra culminará un proceso que la ciudad inició hace un año.
¿Y qué planeta exactamente? "Poner coto" a tres tipos de negocios en el casco histórico de Santiago, todos con un claro enfoque turístico: las tiendas de recuerdos y souvenirs, los locales de productos típicos y los establecimientos automatizados, como las tiendas de vending, las consignas o las lavanderías sin dependientes.
Otra de sus medidas más contundentes pasa por vetar los locales de juego, como casinos, bingos o casas de apuesta, en la zona monumental. "Además se mantiene la prohibición de apertura de nuevos establecimientos de hospedaje en cualquier de sus modalidades", precisa el Ayuntamiento.
Reflotando el comercio. Aunque lo anterior es el resumen de trazo grueso, el plan santiagués es en realidad más complejo y tiene más patas. Por ejemplo, Lestegás avanzó que el Ayuntamiento está buscando la forma de recuperar una línea de ayudas para rehabilitar y conservar comercios históricos, emblemáticos o con un valor especial, una apuesta que ya se apostó a finales de los años 90. El plan trazado por el Concello también prevé medidas orientadas a la vivienda.
Santiago no es la única ciudad que ha visto cómo sus barrios, comercio y hostelería se turistificaba poco a poco. Hace unos meses trascendió un informe del Ayuntamiento de Málaga en el que se alertaba de que la ciudad "está experimentando niveles de saturación turística sin precedentes", y alertaba: "La presión puede causar la expulsión de negocios autóctonos y de valor añadido, siendo reemplazados por tiendas de souvenirs y comercios orientados a turistas".
Imágenes | Juan Antonio Segal (Flickr) y Ánxela Pérez (Flickr)
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