Qué son las tormentas solares y por qué la sociedad se ha vuelto tan vulnerable a algo que lleva ocurriendo millones de años

Publicado el 05/07/2025 por Diario Tecnología
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Qué son las tormentas solares y por qué la sociedad se ha vuelto tan vulnerable a algo que lleva ocurriendo millones de años

"Entender el clima espacial no es una opción". Con esta frase lapidaria resume sus esfuerzos por predecir tormentas solares la Agencia Espacial Europea. Ocurren desde que el Sol existe, y algunas de las más potentes están grabadas en los anillos de los árboles. Pero no son nuestros antepasados, sino nosotros, la civilización más dependiente de la tecnología que ha pisado alguna vez la Tierra, los más vulnerables a ellas.

Pero, ¿qué son exactamente las tormentas solares? ¿Cómo se forman estos estallidos de energía? Y la pregunta del millón: ¿podemos predecir cuándo impactará la próxima en la Tierra? La respuesta está en una compleja red de satélites, modelos de inteligencia artificial y una vigilancia constante de nuestra estrella por parte de las agencias espaciales.

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Qué es una tormenta solar

A 150 millones de kilómetros de distancia, el Sol bulle con una actividad magnética tan potente que, de vez en cuando, se le va de las manos. Una tormenta solar es una explosión repentina de energía, partículas de plasma y campos magnéticos que el Sol libera hacia el sistema solar.

Si la eyección ocurre en dirección a la Tierra, las tormentas solares pueden producir auroras más intensas, como las que se dejaron ver en buena parte del mundo en mayo de 2024. Pero no solo son un espectáculo: en nuestra civilización tecnológica, también son una amenaza. Para entenderlas, tenemos que diferenciar sus dos componentes principales.

Las fulguraciones o llamaradas solares. Son un intenso estallido de radiación: un latigazo de energía liberada cuando los campos magnéticos del Sol se tensan y rompen. Esta radiación viaja a la velocidad de la luz, alcanzando la Tierra en apenas ocho minutos.

Se clasifican según su intensidad por el flujo de rayos X, medida en vatios por metro cuadrado. Las de clase A, B y C son las más débiles, y las de clase M y X, las más potentes, que suelen causar interferencias en las comunicaciones de radio de onda corta.

Las eyecciones de masa coronal. Es la parte balística de las tormentas solares. Mientras que la fulguración es el fogonazo, las eyecciones de masa coronal son la "bala de cañón": una gigantesca burbuja de partículas cargadas (plasma) y campos magnéticos que son arrojados al espacio a velocidades de millones de kilómetros por hora.

Esta nube masiva de material solar tarda entre 18 horas y un par de días en cruzar el espacio hasta cruzarse con nuestro planeta. No todas las fulguraciones van acompañadas de una eyección de masa coronal, pero cuando ocurren juntas y en dirección a la Tierra, son un cóctel potente que puede poner en riesgo a los astronautas, tumbar satélites (como ocurrió durante un despliegue de Starlink) o freír instalaciones eléctricas en tierra (como en el evento Carrington).

Cómo se forman

Imagen de una fulguración solar de clase M Una llamarada solar de clase M. Imagen: ESA

El origen de las tormentas solares es el campo magnético del Sol. Una estrella no es una bola sólida, sino una esfera de plasma en rotación. Pero no rota de manera uniforme: su ecuador gira más rápido que sus polos. Este diferencial hace que las líneas del campo magnético se retuerzan, enreden y acumulen una cantidad ingente de energía, como si fueran gomas elásticas retorcidas hasta el límite.

Estas zonas de intensa y compleja actividad magnética suelen manifestarse como manchas solares en la superficie visible del Sol. Cuando la tensión acumulada se vuelve insostenible, se produce un evento de reconexión magnética: las líneas se rompen y se reorganizan violentamente, liberando de golpe toda la energía almacenada. Esta liberación impulsa las fulguraciones y puede lanzar al espacio masa de la corona solar.

La intensidad de sus efectos en la Tierra depende de su velocidad, su tamaño y, sobre todo, la orientación de su campo magnético. Si el campo magnético de la eyección de masa coronal está orientado hacia el sur, se alinea en oposición al de la Tierra, nuestro escudo protector, lo que permite una transferencia de energía mucho más eficiente y destructiva.

Cómo afectan a la Tierra

Si estamos aquí es porque el campo magnético y la atmósfera de la Tierra nos protegen de la radiación. Las tormentas solares no suponen un riesgo directo para la salud de los seres vivos en la superficie terrestre. Para los astronautas es otro cantar.

En 1972, poco antes de la misión Apolo 17, hubo una tormenta solar intensa que habría inoculado una cantidad mortal de radiación en los astronautas si hubieran estado en la superficie de la Luna. Hoy en día, los astronautas que trabajan en la órbita baja terrestre, aun protegidos por el campo magnético, planifican las caminatas espaciales según el clima espacial.

Lo realmente vulnerable a las tormentas solares intensas es nuestra infraestructura tecnológica. Cuando una eyección de masa coronal impacta contra la magnetosfera terrestre se produce una tormenta geomagnética. Casos extremos pueden inducir corrientes eléctricas en las líneas de alta tensión, sobrecargando transformadores y elevando el riesgo de apagones, especialmente ahora en verano, cuando la red eléctrica ya está de por sí muy tensionada.

Los satélites, a pesar de tener mecanismos para evitar las corrientes inducidas, se suelen llevar la peor parte. Las tormentas solares expanden la atmósfera superior de la Tierra, aumentando la fricción y acelerando la caída de satélites que orbitan la Tierra a baja altura. Este efecto ya está acelerando la caída de satélites Starlink, la constelación más numerosa de la órbita baja.

Incluso durante las tormentas geomagnéticas moderadas podemos notar algunos efectos, como los errores de precisión en los sistemas GPS o que las aerolíneas desvíen los vuelos de las rutas polares para evitar fallos en los sistemas del avión y proteger a los pasajeros.

La cara amable de las tormentas solares son las auroras: partículas solares que al chocar con nuestra atmósfera crean un espectáculo de luces en los polos. Durante tormentas geomagnéticas severas, también pueden verse auroras en latitudes menos habituales.

Cuándo ocurrirá la próxima tormenta solar

Render de la sonda Solar Orbiter de la ESA Imagen: ESA

Las tormentas geomagnéticas más severas ocurren en torno al máximo solar, el periodo de más actividad del Sol en su ciclo de 11 años. Ahora estamos atravesando el Ciclo Solar 25, y nos acercamos al máximo de actividad, previsto por la NOAA y la ESA para finales de 2025 o principios de 2026. Esto significa que estamos en una fase de alta probabilidad de tormentas intensas. Por suerte, la meteorología espacial está avanzando a pasos de gigante.

Para predecir las tormentas solares, los científicos utilizan una flota de observatorios desplegados en el espacio, como SOHO de la ESA o Solar Dynamics Observatory de la NASA. También tenemos in situ a la Solar Orbiter de la ESA y la sonda Parker de la NASA, la primera nave en haber "tocado" la atmósfera exterior del Sol. Estos satélites actúan como centinelas encargados de hacer una detección temprana de las erupciones. Entonces entran en juego los modelos predictivos.

Los meteorólogos espaciales usan herramientas de aprendizaje automático como GeoCME de la NASA o ASPECS de la ESA para analizar imágenes de eyecciones de masa coronal y predecir las posibilidades de que causen una tormenta geomagnética en la Tierra antes de que nos alcance. Por ahora, las observaciones se centran en las manchas solares orientadas hacia la Tierra. En 2031, la misión Vigil de la ESA se situará en una posición lateral para ver las regiones activas antes de que roten hacia nuestro planeta, ofreciendo un pronóstico más temprano.

Cómo prepararse para el máximo solar

Aunque no podemos detener una erupción solar, sí podemos prevenir y mitigar sus efectos. Compañías eléctricas, agencias espaciales y aerolíneas ya toman habitualmente medidas de mitigación siguiendo las alertas oficiales de portales como el ESA Space Weather Portal o el NOAA Space Weather Prediction Center.

A nivel personal, la preparación más sensata para el máximo solar que se aproxima es similar a la de cualquier emergencia que pueda causar un corte de servicio. Un kit de emergencias con linternas, pilas, un botiquín, una batería externa, agua embotellada y alimentos no perecederos, por si una tormenta geomagnética extrema causara un apagón difícil de restablecer.

Y en casa, puedes considerar adquirir un SAI o una regleta con protección de sobretensiones para proteger tus equipos o directamente desconectarlos de la corriente durante las tormentas solares más intensas. Con la creciente demanda de electricidad, a la crisis de transformadores solo le faltaba un máximo solar más fuerte de lo esperado para terminar de tensionar la red.

Imagen | NASA

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