No es que EEUU haya advertido a Rusia sobre Ucrania, es que acaba de enviar bombas nucleares de hasta 50 kilotones a Europa
Publicado el 30/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Y, de repente, Washington se salió ligeramente de la retórica que había imperado los últimos meses en sus conversaciones con Moscú. Trump elevó el tono dando a Putin un plazo máximo realmente corto, de 10 a 12 días, para acordar un alto el fuego en Ucrania o “enfrentarse a sanciones más severas”. Diríamos que poca gente interpretó el mensaje más allá de un tema económico.
Sin embargo, los hechos también hablan de un movimiento nuclear.
Hartazgo. Sí, Trump endureció su postura frente a Moscú al acortar drásticamente el plazo concedido a Putin para pactar ese supuesto alto el fuego en Ucrania: de los 50 días anunciados inicialmente a solo 10 o 12, advirtiendo que, de no alcanzarse un acuerdo, impondrá sanciones secundarias más duras que golpearán a Rusia y a los países que compren su petróleo.
Desde su resort en Escocia y junto al primer ministro británico Keir Starmer, el presidente estadounidense se mostró “muy decepcionado” con Putin, asegurando que ya no confía en sus conversaciones, pues mientras hablan “la gente muere en ataques de misiles”. El giro refleja una evolución en su discurso, más favorable a Zelenski desde su encuentro en la cumbre de la OTAN, y responde a la intensificación de la ofensiva rusa en el frente oriental y al incremento de los ataques con enjambres de drones. Pero hay mucho más.
Kilotones. En realidad, es una confirmación de lo que contamos la semana pasada tras la aparición de un emblema militar que dejaba pocas dudas. Ahora ha sido Bloomberg la que ha puesto nombre y capacidades a la acción. Hablamos de la reaparición de armas nucleares de Estados Unidos en suelo británico, por primera vez desde 2008, en un gesto inequívoco hacia Moscú en plena escalada de tensiones.
El episodio se conoció gracias a un vuelo registrado el 16 de julio, cuando un avión C-17 de la Fuerza Aérea estadounidense, perteneciente a la Prime Nuclear Airlift Force (unidad especializada en el transporte de armas nucleares), se desplazó desde la base de Kirtland en Nuevo México hasta Lakenheath, en el este de Inglaterra. Lo notable es que lo hizo con el transpondedor encendido, permitiendo que su ruta fuese observada públicamente, lo que los analistas interpretan como un mensaje directo a Putin de que Washington no solo mantiene su compromiso con la seguridad europea, sino que está dispuesto a reforzarlo visiblemente.
Ni si, ni no. Tanto el Pentágono como el Ministerio de Defensa británico mantienen la tradicional política de no confirmar ni negar la presencia de estas armas, pero la evidencia acumulada, junto con documentos presupuestarios que detallan trabajos de seguridad nuclear en Lakenheath, apunta a que se trata de un traslado muy real de ojivas B61-12, la última generación de bombas termonucleares estadounidenses.

La importancia de B61-12. Lo hemos contado estos meses. El armamento en cuestión, las B61-12, es un modelo modernizado de bomba de caída libre con una carga variable que va de 0,3 a 50 kilotones y que incorpora sistemas de guiado de precisión, lo que la hace más flexible en comparación con versiones anteriores. Esa adaptabilidad permite utilizarla tanto contra objetivos militares puntuales como contra áreas urbanas, otorgándole un valor estratégico añadido.
Su despliegue en el Reino Unido reintroduce además una misión nuclear para la Royal Air Force que había desaparecido tras la Guerra Fría, cuando Londres retiró sus propias armas de aviación nuclear. El Ministerio de Defensa británico ya había adelantado que adquirirá al menos doce cazas F-35A, específicamente diseñados para portar este tipo de bombas, lo que coloca de nuevo a la RAF en el centro de la disuasión nuclear de la OTAN.

Apretar el botón. Con Lakenheath suman ya siete bases repartidas en seis países europeos que albergan armas nucleares tácticas estadounidenses bajo el mando supremo de Washington, pues el uso de estas armas, incluso desplegadas en territorio aliado, requiere siempre la autorización directa del presidente de Estados Unidos.
Impacto en la estrategia nuclear de la OTAN. Qué duda cabe, el regreso de armas nucleares a suelo británico no es un simple gesto simbólico, sino una señal de que la Alianza Atlántica está ajustando su postura de disuasión para responder al desequilibrio nuclear táctico con Rusia, que dispone de un amplio arsenal de armas de corto alcance. La introducción de las B61-12 ofrece a la OTAN mayor flexibilidad operativa, ampliando las opciones de respuesta y compensando en parte la ventaja rusa en el teatro europeo.
Analistas como Sidharth Kaushal subrayan que esta modernización constituye una forma de limitar los efectos de la superioridad rusa en armamento nuclear no estratégico, mientras que expertos como Hans Kristensen insisten en que el movimiento confirma el despliegue real de este nuevo tipo de armas en Europa, un paso con consecuencias profundas en la dinámica de disuasión.
El contexto político. Plus: el traslado de estas bombas coincide con un giro más duro en la política de Trump hacia Putin. El presidente estadounidense, tras semanas de fricciones, ha aprobado nuevas entregas de misiles Patriot a Ucrania, presiona a Moscú con la amenaza de sanciones secundarias y ha acortado unilateralmente el plazo que había dado para que Rusia acepte un alto el fuego.
En este marco, mantener el transpondedor del vuelo encendido adquiere un sentido de advertencia clara: Estados Unidos no solo no está retirando fuerzas de Europa, sino que incrementa su capacidad de respuesta nuclear en la región. De esta manera, Washington busca reafirmar tanto ante Rusia como ante los aliados europeos que su compromiso con la disuasión nuclear sigue siendo firme y visible.
Implicaciones estratégicas. Es la última de las patas a analizar. La reintroducción de armas nucleares estadounidenses en Reino Unido tras más de una década de ausencia no puede interpretarse como un hecho aislado, sino como parte de una remodelación de la arquitectura de seguridad europea. Supone devolver a Londres un papel central en la misión nuclear de la OTAN, reactivar la capacidad nuclear aérea de la RAF y aumentar el abanico de opciones militares de la Alianza frente a la creciente amenaza rusa.
El movimiento marca un refuerzo sustancial del vínculo transatlántico en materia de defensa nuclear y, al mismo tiempo, envía una advertencia calculada a Moscú: cualquier percepción de ventaja nuclear en Europa será respondida con nuevos despliegues y con una reafirmación del papel central de Estados Unidos en la seguridad del continente.
En un escenario en el que los drones, la artillería de precisión y la guerra electrónica copan los titulares del frente en Ucrania, el retorno de estas bombas recuerda que la dimensión nuclear sigue siendo el último e inquietante pilar sobre el que se equilibra la seguridad de muchas potencias.
Imagen | Defense
En Xataka | Un simple dibujo en una moneda ha revelado algo más importante: el regreso de las bombas nucleares a Europa
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