Leonardo da Vinci nos ha vuelto a sorprender: la solución al problema de los drones estaba en un invento de 500 años
Publicado el 02/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Aunque de un tiempo a esta parte los drones parece que van asociados a la maquinaria bélica de los diferentes conflictos en el planeta, lo cierto es que su utilidad siempre se ha ambicionado mucho más allá de las contiendas. Estos dispositivos podrían ser la solución a muchos de los problemas de las grandes ciudades, pero tienen varios "peros", y uno en particular.
Resulta que la solución ha podido estar en un cuaderno durante siglos.
Leonardo y un dilema “moderno”. El genio de Leonardo da Vinci, aunque limitado por la tecnología de su tiempo, parece haber vuelto a encontrar vigencia cinco siglos después. Sus cuadernos, repletos de esquemas visionarios, incluían el célebre “tornillo aéreo”, un diseño helicoidal concebido como máquina voladora que, si bien nunca fue construido ni viable con los medios del Renacimiento, representaba ya una idea temprana de hélice generadora de sustentación.
Ahora, un estudio de la Universidad Johns Hopkins, disponible en arXiv y aún pendiente de revisión por pares, apunta a que este mecanismo podría resolver uno de los problemas más serios de los drones actuales: el ruido excesivo.
Un problema contemporáneo. Los drones, qué duda cabe, se han convertido en una herramienta omnipresente: sirven para rescates en el Himalaya, para experimentos ambientales en islas del Pacífico, para misiones militares, artísticas o incluso recreativas. Sin embargo, la sociedad está empezando a percibirlos como una fuente creciente de contaminación acústica.
Un informe de 2021 ya advertía que el ruido de los drones no solo iguala, sino que resulta más molesto que el del tráfico o la aviación convencional. El motivo no es únicamente la intensidad sonora, sino la calidad de las frecuencias que generan: tonos agudos, sinusoidales y persistentes, que rebotan en el suelo y amplifican su efecto irritante. Investigaciones paralelas han explorado materiales metamórficos capaces de absorber hasta un 94% del ruido, pero el gran desafío sigue siendo repensar la hélice misma.
Inspiración renacentista. Es aquí donde los investigadores liderados por Suryansh Prakhar han vuelto la vista hacia Leonardo. Aquel tornillo aéreo, inspirado posiblemente en el principio del tornillo de Arquímedes, fue modelado en tres dimensiones mediante CAD y sometido a simulaciones numéricas para evaluar su rendimiento frente a los rotores convencionales de dos palas.
Aunque en su concepción original debía ser impulsado por hombres corriendo alrededor de un eje (lo que lo hacía inviable en su tiempo), su geometría helicoidal resultó sorprendentemente prometedora. El modelo modernizado, basado en el diseño Elico de la Universidad de Maryland en 2020, mostró que el tornillo aéreo no solo era capaz de generar sustentación, sino que lo hacía con ventajas acústicas y de eficiencia energética.
Veredicto de la ciencia. Los resultados indicaron que, para una misma carga de elevación, el tornillo aéreo requiere menos potencia mecánica y produce menos ruido que una hélice convencional. Su mayor superficie de contacto con el aire le permite girar más lentamente, reduciendo así la turbulencia y emitiendo sonidos de menor frecuencia, menos irritantes y de rápida disipación.
En términos prácticos, el diseño de Leonardo no superaría a las hélices modernas en capacidad de empuje absoluto ni en optimización de rendimiento, pero sí ofrece una vía concreta para solucionar el problema del ruido en entornos urbanos densamente poblados, donde la aceptación social de los drones es todavía limitada.
Lecciones del pasado. El estudio no plantea reemplazar de inmediato los rotores actuales, sino señalar que geometrías no convencionales, inspiradas en ideas tan antiguas como las de da Vinci, pueden abrir caminos hacia drones más silenciosos y sostenibles. La paradoja es elocuente: siglos de investigación aeroespacial no habían considerado seriamente esta forma helicoidal, y ahora la ciencia reconoce que un boceto del siglo XV contiene pistas útiles para la ingeniería del siglo XXI.
En palabras de Prakhar, el objetivo es seguir explorando configuraciones tradicionales, experimentales y biomiméticas para perfeccionar la aerodinámica y la aeroacústica de los drones. En última instancia, más que demostrar que Leonardo “inventó el dron moderno”, la investigación valida su talento para pensar de manera radicalmente distinta, recordando por el camino que el progreso tecnológico no siempre avanza en línea recta y que, a veces, el futuro necesita del pasado para encontrar respuestas.
Imagen | David Rodriguez, Luc Viatour
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