Hay una nueva fiebre por las salas de recreativos retro: el boom del arcade en Madrid y otras ciudades españolas
Publicado el 02/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Las recreativas han vuelto para quedarse. El centro neurálgico de encuentro de tantos jóvenes de los ochenta y los noventa parece cabalgar la ola de la nostalgia, y ya son algo más que una curiosidad, o exposiciones temporales para redescubrir los juegos clásicos. En toda España, y especialmente en Madrid, están surgiendo desde bares de temática arcade a asociaciones que ponen su fondo a disposición de los visitantes, y que garantizan un zambombazo nostálgico... y de descubrimiento.
Madrid, meca del arcade. Aunque comienzan a abundar por toda España, sin duda el núcleo principal de recuperación de recreativas está en Madrid. La reubicación en Vallecas de El Templo del Arcade (que también es una asociación en la zona sur de Madrid dedicada a la divulgación, preservación y restauración de arcades y pinballs) ha hecho que se vuelva a hablar de este tipo de locales, que en la mayoría de los casos son brazos de asociaciones de amigos de la retroinformática (por ejemplo, NextAge, consagrada a la recuperación de máquinas de bailar). Sucede así también en Factoría Retro de Alcorcón y Parla, que como El Templo del Arcade, incluye en sus instalaciones un museo de memorabilia de videojuegos.
Pero hay más variantes en la capital: en ZOOO Arcade también se dedican a la reparación y conservación de máquinas antiguas, en un negocio paralelo al local que permite que los jugadores prueben las recreativas. Y finalmente está Next Level, el más accesible de todos estos proyectos: bares con máquinas de todo tipo que ya cuentan con dos locales muy céntricos en Madrid y acaban de abrir uno adicional en Barcelona.
España retro. Aunque abundan en Madrid, por supuesto no son los únicos lugares donde se puede acceder a máquinas recreativas retro. Algunos ejemplos, aparte del nuevo local de Next Level: Arcade Planet y Check Point Arcade Bar en Sevilla, Arcade Levels en Zaragoza o Pixelandgames en Logroño. A todos ellos se suman museos de videojuegos que suelen incluir máquinas para probar, como el MUVI de Cangas, el Museo Arcade Vintage de Ibi (Alicante) y el reciente Museo del Videojuego de Madrid.
¿Tienes cambio? En cuanto a la forma de acceder a los juegos, todas estas propuestas funcionan de forma muy similar: en ninguna máquina hay que echar monedas, sino que los juegos están abiertos a créditos infinitos. En algunos de estos locales hay que pagar una tarifa por pasar todo el día (como en la especializada en máquinas japonesas Arcade Rebirth) o por un tiempo limitado (habitualmente una hora, en la mayoría de los casos). Y por otro lado están los bares como Next Level, donde se precisa una consumición para poder jugar.
Espíritu divulgador. Lo interesante de algunas de estas propuestas es el espíritu divulgador que lleva a montar algo que funcione económicamente, pero que también difunda la cultura del arcade. Manuel Vargas, de El Museo del Arcade, nos dice que "llevaba yo tiempo pensando en hacer una asociación y me junté con varios compañeros", y aparte de la mencionada exposición, entre sus muros tienen "105 arcades y varias consolas antiguas que también se pueden jugar. El espacio es de unos 600 metros, y tenemos una sala de conferencias para presentaciones de revistas, libros y juegos".
Por otra parte, Curro Quevedo, de ZOOO Arcade, nos dice que también afín a ese espíritu, hicieron "una cronología del mundo del arcade desde los primeros como 'Space Invaders' hasta las ultimas máquinas de baile o de realidad aumentada". También nos comenta que en su espacio de 42 máquinas "hemos buscado que cada maquina sea única y tenga diferentes tipos de hardware y diferentes controles para poder ver un poco su evolución". Aludiendo a la competencia que ha surgido en los últimos tiempos entre locales similares, afirma que, afín a ese espíritu de querer difundir unos juegos históricos, "nadie piensa en competidores, ya que son negocios no muy rentables, se trata mas de poder compartir una pasión"
¿Como funciona la nostalgia? Por ciclos: volvemos una y otra vez a reivindicar modas, éxitos y tendencias de décadas pasadas (o décadas en su conjunto, de hecho), para luego cansarnos, declararlas "quemadas" y dejar pasar algo el tiempo antes de que la siguiente generación decida rescatar de nuevo ese punto del pasado. Los ochenta, tras la absoluta saturación que hemos vivido con productos como 'Stranger Things', pasan ahora por esa fase de hartazgo, aunque las salas de recreativas, por lo que se ve, parecen haber esquivado esa tendencia. Están más activas que nunca.
Fiebre por las recreativas. Los salones de máquinas recreativas eran en los ochenta un punto de encuentro único para los más jóvenes: no solo los videojuegos que había en ellas tenían una calidad visual y una espectacularidad muy superior a las consolas y microordenadores de ocho bits que había en las casas. También eran sitios donde se desarrollaban unas relaciones y generaban una fauna propia que luego no se tradujo a ningún entorno posterior: de ahí el potente efecto nostalgia que despiertan. Los juegos pueden ser recuperados mediante la emulación (o incluso con máquinas propias en casa), pero la atmósfera no. Por eso brotan como setas multitud de bares y locales de recreativas (extirpándoles el plus de peligrosidad barriobajera que tenían las salas hace unas décadas, claro).
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