La Vuelta se ha encontrado con un problema gigante y no es Israel: el ciclismo es un canal reivindicativo perfecto
Publicado el 04/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
La Vuelta España es deporte. Pero también espectáculo. Sus etapas las siguen miles de aficionados al ciclismo dentro y fuera del país y generan una expectación que (en cierto modo) no es muy diferente a la del fútbol, baloncesto o tenis. Lo que sí es distinto es su despliegue: los ciclistas no compiten en canchas o estadios, sino en trayectos abiertos de cientos y cientos de kilómetros, lo que convierte cada una de sus etapas en un escaparate fantástico para lanzar mensajes de todo tipo.
Y eso quedó claro ayer en Bilbao, donde la jornada quedó marcada por las protestas de aficionados que denunciaron el genocidio de Gaza coincidiendo con la participación en la prueba de Israel-Primer Tech, un equipo de origen hebreo.
¿Qué ha pasado? Que la política internacional ha entrado de lleno (y con polémica incluida) en la Vuelta a España. Ante las protestas contra el genocidio de Palestina que se desplegaron ayer en Bilbao al paso de los ciclistas, la organización decidió finalizar la etapa tres kilómetros antes de la meta. No hubo ganadores. Ni por supuesto podio. Tampoco se otorgaron puntos para la clasificación.
La idea era que la jornada arrancase y finalizase en el 'Botxo', pero las protestas de cientos de aficionados, que tensaron los nervios en varios momentos de la jornada, llevaron a los organizadores a tomar una medida radical para "proteger a todos los corredores" y el equipo. "La Vuelta respeta y defiende el derecho a la manifestación pacífica […], pero no puede tolerar actos que pongan en riesgo la integridad física de los participantes o cualquier miembro de la caravana", advertían anoche.
¿Cuál fue el detonante? La participación de Israel-Primer Tech, un equipo israelí de la categoría UCI ProTeam en manos de Sylvan Adams, un empresario canadiense-israelí muy vinculado al deporte y que no ha ocultado su sintonía con Netanyahu. La presencia del equipo en la Vuelta ha generado polémica y movilizó ayer a manifestantes contrarios al genocidio de Gaza, que se dedicaron a lanzar octavillas, enarbolar banderas y empujar vallas marcando la competición.
Casi en la salida un grupo de manifestantes desplegó una pancarta en la calzada en la que podía leerse "Destroy Israel" y más tarde en Morga, precisa El Correo, varios desconocidos atravesaron fardos de paja en la pista, lo que obligó a desplegar una brigada móvil. Más allá de lo estrictamente deportivo, la tarde se saldó con tres detenidos, cinco personas identificadas y cuatro hertzianas heridos.
¿Qué ha dicho la Vuelta? Ha "condenado" lo ocurrido en Bilbao y justifica su decisión recordando que su "prioridad absoluta" es garantizar la seguridad de los ciclistas. Oficialmente la organización no ha querido ir más allá, pero quien sí lo ha hecho es el director técnico, Kiko García, quien tras recordar que el reglamento impide a la Vuelta expulsar a los israelíes dejó botando la pelota sobre el tejado de Adams, sobre todo para evitar más incidentes en lo que resta de competición.
"¿Si va a seguir en la carrera? Nosotros les hemos transmitido nuestro sentir. Es momento de tomar una decisión. No solamente nosotros como organizadores […]. Intentemos entre todos forzar y, sobre todo, hacer que la gente sea consciente de que la situación no es fácil. Entre todos hay que buscar una solución, que para mí… Solo hay una ahora mismo: que el propio equipo de Israel se diera cuenta de que estando aquí no facilita la seguridad de todos los demás", reflexionó.
¿Ha habido más reacciones? Sí. Y van en una dirección distinta. La Unión Ciclista Internacional (UCI) publicó ayer un comunicado en el que insiste en la neutralidad de las competiciones y "el papel unificador y pacificador" del deporte, por lo que se muestra tajante: "La UCI reafirma su compromiso con la neutralidad política, independencia y autonomía del deporte y expresa su solidaridad y apoyo a los equipos". Ni asomo de presión sobre Primer Tech, que ya ha dejado claro que seguirá pedaleando. "Cualquier otra acción sentaría un precedente peligroso".
¿Cuál es el problema de fondo? Que en ciertos aspectos el ciclismo es muy parecido a otros deportes de masas, pero en otros es totalmente diferente. Y eso se ha convertido en un dolor de muelas para la Vuelta. La competición española es un espectáculo mediático que siguen de cerca periódicos, emisoras y televisiones, se comenta en redes, genera noticias y suele estar bajo el foco mediático. Al fin y al cabo la Vuelta España es una de las grandes citas de la disciplina en Europa y conecta con la afición ciclista de gran parte del país, incluido Bilbao.
Hasta ahí nada que no ocurra también con el fútbol, el baloncesto o el tenis. La peculiaridad del ciclismo es que los deportistas compiten en escenarios amplios y abiertos, kilómetros y más kilómetros de carreteras con cunetas, tramos urbanos, viviendas… Un itinerario en el que a los organizadores les resulta difícil mantener el control total, como quedó patente en Bilbao. En total la Vuelta 25 se dividirá en 21 etapas que cubrirá una distancia de 3.151 kilómetros hasta el 14 de septiembre. Es decir, quedan por delante días de competición y kilómetros de trazado.
¿Es algo nuevo? No. El episodio de ayer ha resultado parcticularmente mediático por su trasfondo, sus protagonistas y conectar con un tema tan candente como el genocidio de Gaza, pero el mundo ciclista es consciente desde hace años de lo complicado que les resulta a los organizadores controlar las rutas. ¿Resultado? Las grandes competiciones tienen a su favor una enorme capacidad de penetración social (las ciudades aprovechan la Vuelta como escaparate turístico), pero también es una plataforma publicitaria efectiva para lanzar mensajes de todo tipo.
¿Hay más casos? Sí. El ciclismo lleva tiempo usándose antes como medio de reivindicación o para compartir mensajes. Uno de los recursos más emblemáticos son las pintadas en las carreteras, sobre el propio asfalto, donde a lo largo de los últimos años han podido leerse toda clase de proclamas. El año pasado, sin ir más lejos, los vecinos de Ancares aprovecharon la Vuelta para reclamar más asistencia médico. ¿Cómo? Pintando "Ancares necesita médico" en mitad de una carretera. Allí lo vieron los organizadores, los aficionados... y el resto del país.
En otros puertos y ediciones se han visto pintadas reclamando más infraestructuras, una mejor cobertura telefónica en zonas del rural o mensajes deportivos, entre otros. En 2018 los organizadores incluso se encontraron con proclamas en favor de los presos de ETA garabateadas directamente en los coches de la caravana oficial, aunque probablemente la intervención más famosa de todas fue la que se dedicó en su día a la hija del expresidente José María Aznar.
¿Puede controlarse? Los organizadores lo tendrán complicado, como da a entender las palabras del propio Kiko García. Hoy mismo El Faradio publica que Cantabria ha amanecido con pintadas en carreteras por las que pasará la Vuelta con mensajes a favor de Palestina y contra la crisis que se vive en Gaza.
No solo se usan pintadas. En 2023 Los Mossos abrieron una investigación tras encontrarse con chinchetas en la calzada durante la celebración de la Vuelta en Barcelona, una forma de boicot que se ha usado también en otros países. El año pasado, durante los Juegos de París, un grupo de aficionados de Francia ondeó también banderas palestinas y pañuelos al grito de "Palestina libre" durante un torneo ciclista. Quienes pedalean logran medallas. Quienes aprovechan las competiciones para lanzar sus mensajes obtienen repercusión mundial.
Imágenes | IU (X) y La Vuelta (X)
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