La ciencia ya sabe cuál ha sido el peor año de la historia de la humanidad. Y hay sorpresa: no dependió de la humanidad
Publicado el 22/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Queda aún la segunda mitad del año, pero a estas alturas podemos afirmar (y sin miedo a equivocarnos) que 2025 no está siendo fácil. Guerras comerciales. Guerra en Ucrania. Guerra en Gaza. Guerra en Irán. Por no dejarnos, 2025 ni siquiera nos deja el consuelo de aliviar las penas con bombones o un buen café, sujetos ambos a una espiral inflacionista. Con todo y por muy mala cara que tenga 2025, algo sí está claro: difícilmente será peor que el 536 d.C., el peor año de la historia.
Nunca en atribulada y a menudo cruenta historia de la humanidad ha habido un año peor para estar vivo. Y eso es algo en lo que hay bastante consenso.
¿El peor año de la historia? Hay títulos para los que no faltan aspirantes. Y el de "peor año de la historia" es sin duda un ejemplo claro. Si echamos la vista atrás, nos encontramos con unos cuantos candidatos de infausto recuerdo: 1347, cuando la epidemia de peste ("La Muerte Megra") empezó a expandirse por Europa; 1914, el año en el que se desató la Primera Guerra Mundial; 1918, marcado por el inicio de la pandemia de gripe o 1939, cuando el mundo volvió a entrar en guerra.
Ni siquiera hay que remontarse tan atrás en el tiempo. En marzo de 2022 la OMS declaró que el COVID-19 se había convertido en una pandemia que, a lo largo de los años siguientes, llevaría a países enteros al borde de la parálisis y se cobraría millones de vidas. Según la ONU, solo entre enero de ese año y finales de 2021 murieron 14,9 millones de personas por causas relacionadas con el virus.

¿Cuál ha sido el peor entonces? Hace unos años la revista Science hizo esa pregunta al historiador Michael McCormick, profesor de Harvard, y su respuesta fue tan contundente como precisa: el peor año para estar vivo fue el 536 de nuestra era. Su respuesta es interesante por varias razones. La primera, porque más allá de su prestigio académico, McCormik se ha dedicado a estudiar en detalle lo ocurrido ese año infausto del siglo VI. Segundo, porque no es el único que lo cree.
"Fue el inicio de uno de los peores períodos para estar vivo, si no el peor año", insiste McCormik, al frente de la Iniciativa Universitaria para la Ciencia del Pasado Humano en Harvard (SoHP). Lo más curioso es que a diferencia de lo que ocurrió en 1914 y 1939 (cuando estallaron ambas guerras mundial) o incluso durante las pandemias de gripe española y Covid-19, propagadas en gran medida gracias a las personas, en lo que ocurrió en el 536 d.C. la humanidad jugó un papel menor.
¿Qué ocurrió aquel año? Una catástrofe natural que afectó a la luz solar y las temperatura de buena parte del mundo. Como recuerdan em Science, ese verano los valores medios en Europa descendieron 2,5ºC, lo que marcó el comienzo de la década más gélida en un período de 2.300 años. Se cuenta que China incluso vio cómo nevaba en verano. Aquel cambio súbito se tradujo en cosechas arruinadas, hambruna y testimonios que aún hoy dan cuenta del asombro de los coetáneos.
"El sol parece haber perdido su luz habitual y tiene un tono azulado. Nos maravilla no ver las sombras de nuestros cuerpos al mediodía y sentir que el poderoso vigor de su calor se ha debilitado", escribía en 538, el senador romano Casiodoro. Más misterioso aún fue el historiador Procopio, quien ese mismo año hablaba de "un presagio temible": "El sol emitió su luz sin brillo, igual que la luna, todo el año".
¿Y cuál fue la causa? Que el segundo tercio del siglo VI d.C. resultó inusualmente frío no es ninguna novedad. Los expertos lo sospechaban desde hacía tiempo, y no solo por testimonios como los de Casiodoro o Procopio. En los años 90 los estudios de los anillos de los árboles (dendrocronología) ya sugirieron a los expertos una bajada inusual de temperaturas hacia la década del 540.
La gran pregunta es… ¿Por qué? El estudio de los núcleos de hielo polar de Groenlandia y la Antártida arrojaron una pista fundamental: el fenómeno podía estar relacionado con erupciones volcánicas masivas. Cuando un volcán entra en erupción arroja a la atmósfera grandes cantidades de azufre y bismuto, entre otras partículas que actúan como un gigantesco velo que refleja la luz del sol, lo que deriva a su vez en menos hora de claridad y una bajada de las temperaturas.
De hecho, recuerdan en Science, el estudio de los glaciares y los anillos de crecimiento de los árboles sugiere que buena parte de los veranos más "gélidos" registrados en los últimos siglos han estado precedidos de erupciones.
¿Pero qué pasó en el 536? Hace años los investigadores llegaron a la conclusión de que lo ocurrido hace quince siglos puede estar relacionado con una erupción masiva registrada entre finales del 535 o principios de 536 en América del Norte y a la que años más tarde (540) le siguió otra. El viento y la meteorología se encargaron de hacer el resto y extender las partículas hacia Europa y Asia.
Con el tiempo esa explicación se ha ido perfilando y en 2018 un quipo dirigido entre otros por McCormick hablaba ya de una erupción cataclísmica registrada en Islandia a comienzos de 536 a la que a lo largo de la década siguiente le siguieron otras dos, en 540 547. No es la única teoría. Hay quien habla del efecto del polvo de los cometas o de una desconocida erupción submarina, conclusión a la que un grupo de expertos llegó hace no mucho tras estudiar el hielo de Groenlandia.
¿Tan grave fue? Sí. Lo deja claro Miles Pattenden, historiador de la Universidad de Oxford, en un artículo publicado en The Conversation: "Dondequiera que fuera, la erupción precipitó un 'invierno volcánico' de una década en el que China sufrió nieves estivales y las temperaturas medias en Europa bajaron 2,5ºC. Los cultivos no prosperaron. La gente pasó hambre. Y se alzaron en armas unos contra otros".
Un año y medio marcado por una misteriosa niebla que se extendió por Europa, Oriente Medio y parte de Asia y cuyo impacto no tardó en verse agravado por otros factores. En el 541 la peste bubónica llegó al puerto de Pelusio y marcó el inicio de la Plaga de Justiniano, devastadora para el Imperio bizantino. Aunque el balance no fue negativo para todo el mundo: la Península Arábica vio cómo aumentaban las precipitaciones y se daban las condiciones para afianzar una nueva potencia.
Imágenes | Wikipedia1 y 2
En Xataka | La Edad Media no fue tan oscura como nos la contaron
utm_campaign=22_Jun_2025"> Carlos Prego .