Algo extraño ha sucedido en Valencia: un concejal se ha casado consigo mismo

Publicado el 19/06/2025 por Diario Tecnología
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Algo extraño ha sucedido en Valencia: un concejal se ha casado consigo mismo

Hace unos días Stephane Soriano, concejal de Benaguasil (PP) y director general del área de Diversidad de la Generalitat Valenciana, reunió a amigos, familiares y colegas en una lujosa finca situada a 25 kilómetros de Valencia para compartir con ellos su boda. Y como en todo bodorrio que se precie hubo trajes de gala, momentos emotivos, fotos, risas e incluso lanzamiento de ramo y alianza. Lo que no hubo fue una pareja con la que compartir el famoso "sí, quiero".

Soriano se casó consigo mismo. Y al hacerlo se sumó a una tendencia que lleva tiempo ganando adeptos y sobre todo visibilidad: la sologamia.

"Celebrar la familia, los amigos y el amor". El anuncio se ha encargado de hacerlo el propio Stephane Soriano vía Instagram, donde ha publicado además algunas fotos de la celebración. En ellas se le ve trajeado, bailando, abrazando a amigos, familiares y colegas, hablando ante los invitados e incluso lanzando un ramo de flores. "Hay días en la vida que quedan marcados y el de ayer lo es. Celebrar la familia, los amigos y el amor es celebrar la vida", escribió.

"Cumplí mi palabra". No solo eso. El político del equipo de Mazón ha explicado también por qué y en qué momento decidió celebrar una boda consigo mismo. La historia, explica, arrancó en 2023, durante una visita a Molí de Ballestar, la masía en la que hace unos días celebró su autoenlace. El entorno le gustó tanto que Soriano pidió ese mismo día que le reservasen una fecha para una ceremonia.

Lo de que no tuviera pareja ni planes de boda era lo de menos. "Ya la encontraría", bromea. El caso es que el tiempo pasó, llegó la cita pactada con la gerencia de la finca y el dirigente se encontró sin una pareja a la que prometer amor eterno.

"No la encontré, pero me llamaron para recordarme que tenía la reserva y decidí seguir adelante", relata en declaraciones recogidas por El Mundo. Así pues, Soriano pidió ayuda a dos tías y organizó un emotivo enlace en el que había (casi) todo lo esperable en estas ceremonias: invitados de gala, fotógrafo, flores, música e incluso una alianza, regalo de un amigo y que Soriano promete entregar el día de mañana a su pareja, si es que esta llega. "Fue medio en broma, pero si algún día encuentro a la persona adecuada, se lo daré".

Algo más que felicitaciones. La decisión de Soriano no tardó en llamar la atención de la prensa y generar una cascada de comentarios. Algunos positivos. Otros no tanto, como reconoce el dirigente valenciano en redes. "¿Narcisismo? ¿Performance? ¿Payasada? He leído muchas cosas estos días. Algunas críticas me han hecho sonreír, otras me han hecho pensar. Pero todas confirman algo: todavía hay quien se incomoda cuando alguien se sale del guion", reflexiona.

"No fue una boda literal. Fue una fiesta. Una excusa. Un símbolo. Una promesa que me hice hace dos años cuando reservé un lugar precioso para celebrar el amor, el que llegue, el que ya está, el que se construye con amigos, con familia, con uno mismo", reivindica Soriano. "Si este gesto sirve para abrir preguntas, cuestionar moldes o inspirar a alguien a vivir con más libertad, habrá valido la pena. Y sí: seguiré defendiendo que en la diversidad también cabe el juego, la alegría y el derecho a no pedir permiso para ser feliz".

Mediático sí, único no. El político valenciano no es el primero que se da el “sí (me) quiero” a sí mismo. Es más, con su gesto se suma a una corriente cada vez más visible tanto dentro como fuera de España: la sologamia, una práctica que consiste básicamente en reivindicar el compromiso y amor que una persona siente hacia sí misma. La clave está en que se hace además de una forma activa, pública y visible, llegando al extremo de celebrar una ceremonia simbólica en la que ese sentimiento se festeja con familiares y amigos.

Hace más o menos un año la tendencia ya fue noticia porque tres asturianas decidieron celebrar bodas similares en Gijón: se rodearon de amigos y familiares y se dieron a sí mismas un "sí quiero". La persona que se encargó de oficiar la "boda" ya había hecho algo parecido hace años, cuando celebró un acto en el que se reivindicó como "una naranja completa", no a la espera de su otra mitad.

"Es difícil de explicar". Vanessa García, de 37 años, una de las mujeres que pasó aquel día por el "altar", reconoce que el sentimiento "es difícil de explicar". "Es como estar sola, pero seguir estando contigo misma. Cuando viajas con tu pareja o mascota sientes que tienes a alguien ahí contigo. Esto es lo mismo, pero esa otra persona eres tú", relata.

El día de su boda se "reafirmó como persona que tiene amor propio", se ama, respeta y cuida. "La ceremonia es una forma de engañar al cerebro y de hacerlo tangible", añade. Curiosamente ni Vanessa ni sus otras dos compañeras se cierran a tener parejas en el futuro. De hecho ya han experimentado qué es compartir la vida con otra persona. Su postura es distinta a la de los ágamos, que optan por vivir solos, sin novios ni cónyuges, y descartan comprometerse.

Ni tan nuevo ni tan extraño. Casos como el de Vanessa o Stephane dan visibilidad cada cierto tiempo a la sologamia, pero la realidad es que la tendencia ni es nueva ni tampoco es tan infrecuente como pueda parecer. Sus orígenes se pueden remontar a 1993, cuando Linda Baker, una mujer de Los Ángeles, decidió organizar una boda en la que se autodeclaró "marido y mujer". Todo esto rodeada de amigos y familiares y con una persona de confianza que ejerció de oficiante.

Una búsqueda rápida en Google arroja más casos a lo largo de los años siguientes pese a que quienes participan en enlaces sológamos carecen de algunas de las ventajas prácticas de las bodas tradicionales. Por ejemplo, el acto no tiene un carácter vinculante ni da derecho a un permiso de 15 días.

Eso no ha impedido que a lo largo de los últimos años más y más gente haya decidido emular a Linda o Vanessa. Cuánta exactamente no es fácil precisarlo porque no hay registros oficiales, pero en 2024 El Mundo deslizaba una pista interesante: desde que en 2011 May Serrano decidió romper moldes en España y darse el "sí quiero" a sí misma calcula que se han celebrado unas 150 ceremonias de sologamia.

Imágenes | Instagram

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