Una sola isla alberga el 70% de las bases militares de EEUU en Japón. Hay una razón de peso para que no salgan: China

Publicado el 22/02/2025 por Diario Tecnología
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Una sola isla alberga el 70% de las bases militares de EEUU en Japón. Hay una razón de peso para que no salgan: China

A finales del mes de enero, en las islas de Japón más cercanas a Taiwán, muchos locales comenzaron a evacuar la zona. La acción formaba parte de una serie de simulacros que se han ido intensificando en los dos últimos años preparándose para “lo peor”, entendiéndose esto como un conflicto armado entre China y Taiwán. De hecho, la isla más importante de la prefectura de Okinawa tiene un dato que da fe de la tensión en la zona: no hay otro lugar en Japón con tal número de soldados de Estados Unidos, y llevan allí desde la Segunda Guerra Mundial.

Okinawa: atrapada entre dos potencias. Desde hace más de un siglo, Okinawa ha sido un territorio en disputa, marcado por el conflicto entre Japón, Estados Unidos y China. Su historia, que va desde ser un reino independiente hasta convertirse en un campo de batalla y base militar, refleja el peso de las decisiones geopolíticas sobre la vida de sus habitantes. La isla fue originalmente el Reino de Ryukyu, un estado independiente que mantenía relaciones tributarias tanto con China imperial como con el dominio japonés de Satsuma. Sin embargo, en la década de 1870, Japón anexó el archipiélago, estableciendo su control sobre la isla.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Okinawa fue el escenario de una de las batallas más sangrientas, utilizada como un escudo para evitar que las tropas estadounidenses llegaran a las islas principales de Japón. Después de la guerra, en lugar de ser devuelta a la soberanía japonesa, Okinawa quedó bajo control de Estados Unidos, convirtiéndose en un punto estratégico militar.

Ya en 1972, después de 27 años de ocupación estadounidense, la isla fue finalmente devuelta a Japón. Sin embargo, la presencia militar estadounidense nunca desapareció. De hecho, Okinawa alberga el 70 % de las bases militares estadounidenses en Japón, a pesar de representar solo el 0.6 % del territorio nacional. Se calcula que hay 80.000 estadounidenses en la isla, de los cuales 30.000 son militares uniformados.

La “lenta” retirada. Contaba esta semana el New York Times que la salida de esos miles de Marines estadounidenses ya ha comenzado, más o menos, aunque con un retraso de más de 20 años respecto al calendario original. Antes de Navidad, un contingente de 105 Marines que normalmente habría sido enviado a la isla fue redirigido a la nueva base de Camp Blaz en Guam.

Este pequeño movimiento marcó el primer recorte de personal militar en Okinawa dentro del acuerdo entre Washington y Tokio para reducir esa presencia militar estadounidense en la isla que se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Según el pacto, 9.000 Marines (casi la mitad de las tropas en la isla) deberían ser reubicados en algún momento. Sin embargo, debido a la construcción de bases de reemplazo, su salida podría tardar más de una década en completarse.

M Maniobras de Estados Unidos en la isla

Un acuerdo de descontento. La negociación para la reducción de la presencia militar comenzó en 1995, cuando el caso de tres soldados estadounidenses que violaron a una niña okinawense provocó protestas masivas en la isla. Esto llevó a que Estados Unidos y Japón acordaran aliviar la carga militar sobre Okinawa. ¿Cómo? En esencia, mediante el cierre de la base aérea de Futenma y la construcción de una nueva instalación en el norte de la isla.

El primer plan, firmado en 1996, establecía un período de cinco a siete años para la reubicación, pero a casi tres décadas de ese acuerdo, la base original sigue operativa y la nueva pista de aterrizaje aún está a 12 años de ser terminada.

Geopolítica: el freno en la reducción. En cualquier caso, el retraso en la retirada de las tropas estadounidenses se debe, en gran parte, a la creciente presencia militar de China en la región. Recientemente y como contamos, el Ministerio de Defensa de Japón informó que cuatro buques de guerra chinos navegaron entre Okinawa y una isla cercana, aumentando la preocupación en Tokio y Washington sobre la seguridad en el Pacífico occidental.

El ascenso de China, junto con la amenaza de Corea del Norte y las tensiones en Taiwán, ha cambiado la dinámica estratégica. De hecho, contaba el Times que muchos en Tokio y Washington se preguntan si realmente deben reducir la presencia de los Marines en Okinawa, especialmente cuando la isla está dentro del rango de misiles chinos y sería un punto clave en cualquier conflicto en la región.

La sombre de China. Si bien históricamente Okinawa mantuvo relaciones comerciales con China, la influencia actual de Pekín sobre la región es vista con preocupación por muchos japoneses. Las tensiones entre China y Japón por las islas Senkaku/Diaoyu han avivado el temor de que Okinawa pueda convertirse en un punto de conflicto entre ambos países.

Un futuro incierto. Por todo ello, y a pesar de la presión internacional, el traslado de los Marines avanza a paso lento, casi testimonial. Japón, por su parte, ha optado por mantener el statu quo, invirtiendo en la modernización de bases existentes en lugar de acelerar la reubicación. A este respecto, Camp Schwab, en el norte de la isla, será el nuevo hogar de los Marines reubicados desde Futenma. La construcción incluye una extensión de terreno cinco veces mayor que el Pentágono para albergar pistas de aterrizaje y hangares. No parece, por tanto, que se piense demasiado en una salida.

Por su parte, Camp Foster, en la parte sur de Okinawa, está siendo remodelado con nuevos cuarteles, escuelas y viviendas, consolidando la presencia militar en esa área. Japón gasta, según el New York Times, 1,5 mil millones de dólares al año en la construcción de nuevas instalaciones, además de los 2.8 mil millones de dólares que ya destinó para la base de Camp Blaz en Guam, la cual, como decíamos, albergará a una parte de los Marines desplazados de Okinawa.

Con todo, el Pentágono sigue sin proporcionar un calendario claro para la reubicación. Y aquí volvemos a la casilla de salida: en caso de conflicto en Asia, la lejanía de Guam podría representar un problema estratégico, ya que los Marines tendrían que regresar a Japón atravesando una zona de combate. Así las cosas, lo que está claro es que la isla sigue siendo una pieza clave en el tablero del Indo-Pacífico, atrapada entre las necesidades estratégicas de Estados Unidos y Japón, y las propias aspiraciones de autonomía de su población.

Imagen | U.S. Indo-Pacifi

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