Trump tiene ganas de quedarse con Groenlandia. Hay dos países para los que supondría un grave problema: China y Rusia
Publicado el 08/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Al margen de recordar lo que le espera a la política internacional en los próximos cuatro años, la conferencia de Donald Trump en Mar-a-Lago dejó un titular que a buen seguro estaba marcado en la agenda de su administración: Groenlandia es un “lingote” demasiado goloso como para dejarlo pasar. Si nos ceñimos a las palabras del magnate, la nación quiere (otra vez) el pedazo de tierra sea como sea. En clave geopolítica, la amenaza tiene varias aristas.
Queremos Groenlandia. Trump dijo no descartar el uso de la fuerza militar o económica para retomar el control del Canal de Panamá y adquirir Groenlandia. El próximo presidente de Estados Unidos afirmó que ambas zonas son esenciales para la seguridad económica estadounidense, destacando que el canal, transferido a Panamá en 1999, ahora estaría "operado por China". Además, advirtió sobre posibles represalias económicas contra Dinamarca si se opone a sus aspiraciones territoriales sobre Groenlandia, amenazando con imponer aranceles elevados.
No solo eso. Trump aseguró en redes sociales que Groenlandia se beneficiaría "si, y cuando" se convierta en parte de Estados Unidos, mientras su hijo, Donald Trump Jr., visitaba Nuuk, la capital de la isla, en un viaje que generó especulaciones sobre las intenciones políticas detrás de la visita. Mientras, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, reafirmó que “Groenlandia pertenece a los groenlandeses” y no está en venta.
El Ártico es geopolítica. Elizabeth Buchanan, experta en geopolítica e investigadora principal del Instituto Australiano de Política Estratégica, señalaba en Nikkei que el Ártico es crucial para las rutas globales de transporte, y que un mayor control occidental de Groenlandia podría alterar las estrategias de dos grande potencias: China y Rusia, quienes buscan aprovechar las rutas marítimas árticas, como la Ruta del Mar del Norte y el Paso del Noroeste.
Qué duda cabe, estos cambios podrían aumentar los costes, como las primas de seguros para la industria naviera, especialmente si se intensifica una carrera armamentista en la región.
El papel chino y ruso. Por su parte, China, aunque no es un estado ártico, ha incrementado su influencia en la región en los últimos tiempos mediante su asociación con Rusia, lo que le ha permitido un acceso estratégico al Ártico. De hecho, un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Dinamarca advirtió que Beijing probablemente utilizará este acceso para fortalecer su presencia militar y estratégica, aprovechando el debilitamiento de Rusia debido a su dependencia de China en el contexto de la guerra en Ucrania.
Las razones de Trump. Aunque Trump parece considerar el control de Groenlandia una "necesidad absoluta" y ha sugerido que podrían recurrir a la fuerza militar para asegurar tanto Groenlandia como el Canal de Panamá, los analistas sostienen que, en realidad, Estados Unidos podría influir indirectamente en Groenlandia promoviendo su independencia de Dinamarca, un movimiento que, entonces sí, podría facilitar su integración en la esfera de influencia estadounidense.
Dicho enfoque sería coherente con las aspiraciones históricas de Groenlandia, cuya población mayoritariamente respalda la independencia, lo que muy posiblemente se reflejará en las elecciones parlamentarias previstas para abril de 2025.
La importancia estratégica del Pacífico en el Ártico. Los analistas como Buchanan subrayan que Trump no debe limitarse a la región europea del Ártico, sino también enfocarse en el Pacífico, especialmente en Alaska y las islas Aleutianas, que ofrecen oportunidades clave para fortalecer la defensa estadounidense en el teatro del Pacífico.
A este respecto, la construcción de un puerto de aguas profundas en Nome y el uso estratégico de Wrangel Island, cuya soberanía es disputada entre Rusia y Estados Unidos, podrían ampliar la capacidad ofensiva y defensiva de la nación frente a la expansión naval china o rusa.
Riquezas minerales y oportunidades. Es la otra pata de la ecuación para hacerse con tan valioso tesoro. El calentamiento global ha acelerado el deshielo en Groenlandia, revelando vastas reservas de minerales esenciales como cobre, litio, níquel y cobalto, todos necesarios para la transición hacia tecnologías limpias como turbinas eólicas, baterías y vehículos eléctricos.
De hecho, y según un informe del gobierno danés en 2023, Groenlandia posee condiciones extremadamente favorables para la extracción de estos minerales críticos. La pérdida de hielo en los últimos 30 años, equivalente a miles de kilómetros cuadrados, ha ampliado el acceso a estos recursos, atrayendo el interés de potencias globales.
Nuevas rutas. Además de los recursos naturales, Groenlandia ofrece una ventaja estratégica con la apertura de rutas marítimas más cortas y eficientes debido al propio derretimiento del Ártico. Por ejemplo, navegar desde Europa Occidental hasta Asia Oriental a través del Ártico reduce en un 40% la distancia en comparación con el uso del Canal de Suez.
Es más: el tráfico marítimo en la región ha aumentado un 37% en la última década, y como decíamos, tanto China como Rusia estaban colaborando para desarrollar dichas rutas. Trump, por tanto, considera que Groenlandia será un activo clave en la futura competencia geopolítica por el control del Ártico, un área que se perfila como el "campo de batalla crítico del futuro".
Una disputa que se prevé larga. Así las cosas, el renovado interés de Trump en Groenlandia refleja un enfoque geopolítico centrado en el control de recursos estratégicos y rutas marítimas en el Ártico, una región cada vez más vital en la competencia global.
Aunque su adquisición parece improbable de momento debido a la resistencia de Dinamarca y Groenlandia y lo que podría desembocar un simple “intento”, la insistencia del próximo presidente de Estados Unidos subraya la importancia del enclave, el Ártico, en el equilibrio de poder del siglo XXI, posicionándolo como un punto focal en la rivalidad entre grandes potencias.
De fondo y con la ceja fruncida, China y Rusia, y sus aspiraciones y estrategias avanzadas en los últimos tiempos buscando capitalizar las rutas marítimas emergentes y los recursos naturales.
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08_Jan_2025"> Miguel Jorge .