Que China realice 3.000 maniobras aéreas militares a lo largo de un año no es llamativo. Que lo haga sobre Taiwán, sí
Publicado el 08/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
2025 no ha hecho más que empezar y todo apunta a que la tensión entre China y Taiwán subirá enteros. Unas semanas antes del presunto sabotaje chino de los cables de comunicaciones, Taiwán amaneció con una estampa inédita: el mayor despliegue naval chino que se recuerda frente a sus costas. Hay más, y todo ello apunta a un plan que parece tener fecha de ejecución: ¿será 2027 el año?
El marco temporal. El pasado mes de agosto fue Estados Unidos quien no tuvo reparos en decirlo. El pronunciamiento del jefe del Comando Indo-Pacífico de la nación sobre la preparación de China para invadir la isla en 2027 reflejaba una creciente preocupación en Washington sobre el avance de la modernización militar del Ejército Popular de Liberación (EPL).
Según sus informes de inteligencia, la fecha podría representar una directiva secreta del presidente Xi Jinping, quien buscaría unificar Taiwán bajo el control del Partido Comunista Chino (PCC). Obviamente, el presunto marco temporal no ha sido confirmado públicamente por Beijing, y expertos como Joel Wuthnow subrayaban que no existe un vínculo explícito en fuentes oficiales entre 2027 y una campaña militar contra Taiwán. Como mínimo, la fecha parece ser un hito de modernización militar, coincidiendo con el centenario del EPL.
Más imputs. Lo contamos hace unos meses. Una exclusiva The Wall Street Journal afirmaba que China había intensificado su análisis sobre cómo Rusia está manejando las sanciones occidentales tras la invasión de Ucrania. De fondo: prepararse para un posible escenario similar en caso de un conflicto militar por Taiwán.
No solo eso. Semanas antes se liberó un documento donde el mismo Ejército Popular de Liberación (EPL) había identificado hasta seis opciones para abordar el desafío de una invasión a Taiwán. En el mismo, los militares chinos sugerían que un ataque debía combinar bombardeos iniciales con misiles y artillería naval, seguidos por comandos para neutralizar defensas costeras y un desembarco masivo con apoyo aéreo y anfibio. El objetivo: rodear las zonas portuarias, aislar a los defensores y preparar los puertos para operaciones logísticas.
Hechos en 365 días. Esta semana era el Guardian el que reflejaba el punto de las tensiones con una recopilación de lo ocurrido en 2024. El año que nos dejó China alcanzó un récord de más de 3.000 incursiones de aviones militares en la zona de identificación de defensa aérea (ADIZ) de Taiwán, una cifra que representa un aumento más que significativo respecto a los años anteriores.
Qué duda cabe, el incremento indica una estrategia de "guerra de zona gris", caracterizada por operaciones diseñadas para desgastar los recursos militares y psicológicos de Taiwán, al mismo tiempo que reduce sus tiempos de respuesta y capacidad operativa. Con todo, los analistas señalan que China aún no cuenta con la capacidad para lanzar una invasión a gran escala, algo que sí podría alcanzar en ese 2027, según las estimaciones de la inteligencia estadounidense.
Xi Jinping y la “reunificación”. El presidente de la nación ha reiterado en múltiples ocasiones su intención de “reunificar” Taiwán con China continental, y no ha dudado en hablar de medios militares si fuera necesario. Dicha postura, incluida en su mensaje de Año Nuevo 2025, deja claro que el control de Taiwán es una prioridad estratégica para el Partido Comunista Chino (PCC).
No obstante, en lugar de recurrir directamente a una invasión, Beijing parece haber optado por esas tácticas indirectas de “exhibición de fuerza”, como la intimidación militar, la guerra cibernética, campañas de desinformación y el uso estratégico de relaciones comerciales y diplomáticas.
Clasificación de las tácticas del EPL. Según contaba al medio británico el exjefe de las fuerzas armadas taiwanesas, el almirante Lee Hsi-min, las tácticas del EPL se dividen en cuatro categorías principales:
- Tácticas intimidatorias: Incluyen las incursiones aéreas diarias en la ADIZ, demostraciones de fuerza y operaciones de patrullaje.
- Tácticas coercitivas: Como bloqueos marítimos o cuarentenas, que buscan aislar a Taiwán.
- Ataques punitivos: Lanzamiento de misiles y otras agresiones limitadas diseñadas para infligir daño sin llegar a una invasión completa.
- Conquista: Una invasión total, objetivo último de Beijing, aunque aún no es viable debido a limitaciones logísticas y operativas.
La “estrategia anaconda” y el desgaste. Para el comandante de la armada taiwanesa, el almirante Tang Hua, hay un nombre para las acciones chinas: la “estrategia anaconda”, diseñada para asfixiar lentamente a la isla. Aquí se incluirían intentos de agotar los sistemas de defensa de la isla, forzar errores estratégicos y, potencialmente, crear una excusa para imponer un bloqueo.
¿Cómo? Ejemplos recientes incluyen, por ejemplo, esos cortes de cables de comunicaciones submarinos de los que hablamos, atribuido a buques chinos, una táctica clave y crítica que podría usarse más y más en un eventual bloqueo. En una isla, quedarte sin comunicación al exterior es una línea roja.
Perfeccionando capacidades. Además de las incursiones aéreas, el EPL ha intensificado sus ejercicios militares conjuntos, como los simulacros de los que hablamos el año pasado, los Joint Sword A y B realizados en 2024, los cuales rodearon la isla con operaciones coordinadas entre la fuerza aérea, la marina y la guardia costera.
Estas maniobras demuestran la capacidad del EPL para movilizar rápidamente fuerzas significativas y tomar posiciones estratégicas, aunque, otra vez, parece que aún no garantizan la capacidad de mantener el control a largo plazo en caso de un conflicto.
La respuesta de Taiwán. Lo cierto es que, a pesar de la presión militar constante, Taiwán ha logrado mantener una respuesta defensiva bastante sólida, demostrando su capacidad para hacer frente a las tácticas del vecino. Con todo, las incursiones y ejercicios chinos imponen una carga significativa sobre los recursos militares de la isla, mientras que la amenaza persistente de una invasión buscaría desmoralizar tanto a las fuerzas armadas como a la población civil.
En el plano político, el gobierno de Taiwán, liderado por el Partido Progresista Democrático (DPP), y una creciente mayoría de su población, rechazan rotundamente cualquier forma de anexión por parte de China. Esta firme oposición a las intenciones de Beijing refleja un fuerte sentimiento de identidad nacional y autodeterminación en la isla. Una situación compleja, ya que, aunque las tácticas chinas han tenido cierto éxito en disuadir a Taiwán de avanzar hacia una declaración formal de independencia, no han logrado minar la resistencia generalizada al control del PCC.
El futuro. Por todo lo ocurrido en 2024, nada hace presagiar que las hostilidades cesen en 2025. La estrategia de China para presionar a Taiwán combinando tácticas militares, económicas y psicológicas, buscando forzar su capitulación sin recurrir a una invasión inmediata, amenazan con ser parte del camino hacia ese posible objetivo de 2027.
Sea o no así, las tensiones en el Estrecho de Taiwán seguirán siendo un foco crucial en la geopolítica global en los próximos meses y, posiblemente, años.
Imagen | Al Jazeera English, Times Asi
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