Poco a poco, Android ha dejado de ser un sistema operativo para cacharreros: la muerte de las custom ROMs era inevitable
Publicado el 22/03/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hubo un tiempo en el que personalizar un móvil Android al extremo era popular, muy popular. Recuerdo el fervor de las Custom ROMs, el movimiento que había en foros españoles como HTCmania en las secciones de ROMs, y cómo XDA Developers era toda una biblia para el cacharreo.
Sistemas cada vez más pulidos, trabas por parte de los fabricantes para que los usuarios no personalicemos de más el teléfono, y el auge de MediaTek y sus consecuentes incompatibilidades con drivers han acabado haciendo de este paraíso todo un páramo.
La época dorada del cacharreo. Hablar del auge de las Custom ROMs es remontarnos 10 años atrás, entre 2010 y 2015. Durante este periodo, la comunidad de desarrolladores y usuarios dispuestos a meter mano a su dispositivo. Hablamos siempre de números pequeños, por aquel entonces CyanogenMOD (la ROM más conocida) superaba el millón de usuarios. Número espectacular para un producto tan de nicho, pero mínimo en comparación a los miles de usuarios con los que cuenta Android.
Los grandes nombres. Hay varios nombres que pondrán el vello de punta a más de un asiduo a las Custom ROMs. AOKP (Android Open Kang Project), Resurrection Remix, Paranoid Android, CarbonROM, Dirty Unicorns...
Todas ellas tenían en común que estaban basadas en "Android puro", el código AOSP de Android con sus líneas visuales nativas. Cada una de ellas añadía distintos grados de personalización, algunas hasta extremos brutales.
Años después, con el lanzamiento de los Google Pixel, se popularizó la ROM Pixel Experience, ROM que aún tengo instalada en mi POCO F3. Esta ROM llevaba el sistema de los Pixel a teléfonos con otros sistemas, sumando una personalización adicional que ni siquiera Google permitía.
Comienzan las muertes. Poco a poco, la mayoría de estos proyectos han ido muriendo. AOKP murió en 2018, Resurrection Remix lleva sin subir nada a SourgeForge desde 2020, Dirty Unicorns apagó sus servidores en 2021, y el año pasado dijimos adiós a Pixel Experience.
De las pocas que sobreviven es LineageOS (antigua CyanogenMOD), con ROMs bastante actualizadas y dando una segunda vida a aquellos teléfonos que ya no tienen soporte oficial por parte del fabricante.
Y tiene sentido. Cambiar de ROM tiene, principalmente, dos ventajas. La primera es disfrutar de la última versión de Android antes de que el fabricante oficial nos la brinde, si es que lo hace. Pero, desde hace unos años, esto ya no es de interés. Las versiones de Android vienen cada vez con cambios más discretos, y pasar de Android 13, a 14 o 15 no supone cambios de calado.
Más ventajas. La segunda ventaja es la personalización, algo que los fabricantes llevan tiempo trabajando. Hay ROMs terribles (no vamos a dar nombres, se sabe), pero también hay fabricantes haciendo software de muy buena calidad y con un soporte magnífico.
En tercer lugar, las librerías y APIs propias de los fabricantes tiene cada vez más peso: las cámaras rinden como rinden gracias al comportamiento de la NPU, integración nativa de IA... elementos de código cerrado a los que prescindimos si trabajamos sobre un kernel genérico. Un cóctel perfecto para un terrible desenlace: la muerte de las Custom ROMs.
En Xataka | Llevo 10 años probando móviles y esta es la única capa de personalización que ha logrado convencerme
utm_campaign=22_Mar_2025"> Ricardo Aguilar .