Los jugadores de 'Gran Turismo' pensábamos que los RUF eran los Porsche de Hacendado. Eran todo lo contrario
Publicado el 27/04/2025 por Diario Tecnología Artículo original
La fantasía es un elemento esencial en los videojuegos. Puede ser la temática, como la fantasía medieval de un ‘Dark Souls’, pero también puede ser lo relativo a la fantasía de poder en un juego como ‘God of War’ o ‘Civilization VII’. Los juegos de coches satisfacen nuestras fantasías de pilotar el coche de nuestros sueños, salvo que tu sueño fuera pilotar un Porsche a 250 km/h en el simulador más famoso de su tiempo.
Porque ahí lo que rompe la fantasía es algo tan terrenal como… el dinero. Menos mal que durante años una marca acudió al rescate de los amantes de los deportivos alemanes: RUF.
El problema. Eres un joven entusiasta de los coches, compras el simulador de conducción de turno y descubres que puedes conducir un Lambo, un Ferrari y coches de marcas que ni conocías, pero no el que realmente quieres: un Porsche. Con la ingenuidad de la infancia, no imaginabas que una marca más ‘barata’ que otras no estuviera en tu videojuego, pero al menos te podías contentar con RUF.
Los coches de RUF parecían un Porsche tuneado y no era lo que querías, tampoco tenía su escudo, pero te servía. Pensabas que era como en el ‘Pro Evolution Soccer’ cuando modificaban los nombres de los jugadores cuya licencia pertenecía a la saga ‘FIFA’, pero seguías queriendo conducir un Porsche y no entendías que los ‘Need For Speed’ tuvieran la marca y ‘Gran Turismo’ no.

Benditas (y malditas) licencias. Porque en los videojuegos, las licencias son una bendición, pero también un problema. Volvamos a las sagas de fútbol. Mientras en FIFA teníamos a Cafú, a Rivaldo o a Ronaldinho, en PES teníamos a Facu, a Ravoldi y a Naldorinho. Sus gestos y rostros simulaban a los jugadores reales, pero sus nombres eran, como poco, originales. ¿El motivo? La saga de fútbol japonesa no tenía las licencias de los jugadores reales, las competiciones o los equipos.
Y pasa con todo, realmente. Hace poco te contamos cómo hay armas extremadamente parecidas a las reales en juegos de disparos, pero muchas veces los nombres son inventados porque no se ha pagado la licencia correspondiente. Y si nos metemos en el tema de las canciones de grupos reales, es un berenjenal curioso. Hay juegos que se han editado mediante un parche para eliminar canciones cuya licencia ha caducado (’GTA IV’, por ejemplo) y otros que han desaparecido por completo (’Spec Ops The Line’).
Electronic Arts. Es tan sencillo como que, si quieres mostrar a una persona real, una canción, un arma o lo que sea en un videojuego, los responsables del mismo deben pagar a la marca. Y esto es algo muy jugoso para las compañías, ya que pueden promocionar su videojuego, precisamente, con esa licencia que han pagado. En el caso de los coches, todas las marcas que se incluyen en un videojuego reciben dinero por sus derechos, pero con Porsche se fue un paso más allá.
A comienzos de siglo, Electronic Arts estaba muy fuerte en el terreno de la conducción con su saga ‘Need for Speed’. Antes de lanzarse a las carreras callejeras nocturnas y a las modificaciones de coches, en el año 2000 salió al mercado ‘Need for Speed: Porsche Unleashed 2000’, un videojuego en el que no hay que explicar que marca era la protagonista. ¿El problema (para el resto de compañías)? Que EA y Porsche firmaron un acuerdo de exclusividad que duró 15 años.

RUF. Desde entonces, la saga de EA tenía los coches de Porsche que, incluso, podíamos modificar, pero en simuladores como ‘Gran Turismo 2’ no estaba la mítica firma. En otras como ‘Project Gotham Racing’ o ‘Forza Motorsport’ también teníamos a Porsche, pero esto fue fruto de un acuerdo entre Microsoft, Electronic Arts y la propia Porsche. Ahora bien, ¿por qué sí recuerdas que podías conducir un Porsche 911 Carrera en el ‘grantu’? Muy fácil, porque el Porsche 911 Carrera estaba en el ‘grantu’. Bueno, más o menos.
La que estaba era RUF, y un modelo mítico de ‘Gran Turismo 2’ era el RUF CRT Yellowbird de 1987. Estéticamente, era un Porsche 911 Carrera 3.2 y, precisamente, lo que hace RUF en la realidad, fuera de Gran Turismo, es modificar coches Porsche de una forma tan profunda que es considerada una marca totalmente independiente. Porsche se creó en 1931 y RUF en 1936 y lo que hacen es construir sus coches sobre un chasis desnudo de Porsche, pero utilizando sus propios motores, suspensiones, caja de cambios o elementos de carrocería. En definitiva: no es un Porsche con esteroides, es otra cosa

A nivel legal. El trabajo es tan profundo que son legalmente considerados coches RUF, no Porsche, y ese es el motivo por el que algunos juegos sin la licencia de Porsche podía tener coches como los Porsche de nuestros sueños, pero sin el escudo o nombre de Porsche. Puede que te pasara lo que a mí y pensaras que ese Yellowbird era el 911 Carrera del ‘Gran Turismo 2’ con nombre distinto y carrocería ligeramente diferente porque no podían tener la marca Porsche, pero como explico, estábamos equivocados: no era un coche falso, sino totalmente real.
Final feliz. Es por eso que la marca RUF estaba en juegos como los ‘Gran Turismo’ o ‘Driveclub’ en lugar de una Porsche que sí aparecía en otras sagas, junto a RUF en caso de ‘Forza Horizon 4’. Ahora bien, en 2016 expiró el acuerdo de licencia entre la firma alemana y Electronic Arts, lo que permitió que otros juegos de carreras incorporaran la mítica casa germana.
Y una muestra de las ganas que tenía ‘Gran Turismo’ de tener Porsche en su catálogo es que la propia marca detalló las decenas de modelos en la última entrega de la saga… y que en la portada de 'Gran Turismo 7' aparece Porsche VGT junto al Mazda RX Vision GT3.
Ahora, podemos pilotar un 911 en casi cualquier juego, pero los que crecimos con RUF y el ‘Gran Turismo’, nunca olvidaremos el mítico Yellowbird.
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