La revolución que impulsa OpenAI tropieza con algo muy básico: los cables

Publicado el 25/07/2025 por Diario Tecnología
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La revolución que impulsa OpenAI tropieza con algo muy básico: los cables

Mientras OpenAI diseña modelos cada vez más complejos y promete centros de datos del tamaño de ciudades, una realidad mucho más terrestre amenaza con frenar el avance: la infraestructura eléctrica no está lista para lo que viene.

A principios de año. Sam Altman (CEO de OpenAI) prometió, junto con Oracle y SoftBank, una inversión de 500.000 millones de dólares en infraestructura de IA bajo el nombre Stargate. El anuncio, hecho en la Casa Blanca con el presidente Trump, hablaba de construir 10 gigavatios de centros de datos en suelo estadounidense para 2029.

Sin embargo, el arranque ha sido más lento de lo esperado. Según The Wall Street Journal, no se ha firmado ni un solo contrato formal con SoftBank, y el primer centro, en Ohio, aún está en fase de evaluación. Mientras tanto, OpenAI ha avanzado por su cuenta, ampliando su alianza con Oracle para desarrollar 4,5 gigavatios más, sumando más de 5 GW bajo construcción, como ha informado la propia empresa.

Un gran problema detrás. Esto no afecta solo a OpenAI, más bien a todo el sector de la IA ya que ninguna inversión ni cantidad de GPUs puede resolver por sí sola el verdadero cuello de botella del sector: la red eléctrica. Como ha explicado Le Monde, entrenar modelos como GPT-4 consume decenas de gigavatios-hora, pero el verdadero reto está en la “inferencia”, es decir, en el uso diario. Cada consulta a un modelo como ChatGPT implica cálculos complejos que consumen energía a cada segundo.

Desde la Agencia Internacional de Energía (IEA), se advirtió que el consumo eléctrico global de los centros de datos podría duplicarse antes de 2030, superando los 945 TWh, más que todo Japón hoy. Y ahí aparece la paradoja: podemos generar más energía, pero no tenemos cómo moverla. En otras palabras, faltan líneas de alta tensión, transformadores, subestaciones, terrenos adecuados, permisos, técnicos. Es como querer llenar una ciudad con agua embotellada, pero sin tener cañerías.

El proyecto sigue adelante. En un último comunicado, OpenAI ha afirmado que su expansión con Oracle ya está creando decenas de miles de empleos en Texas y que el objetivo de los 10 gigavatios está en camino de ser superado gracias a nuevas alianzas. El sitio Stargate I, en Abilene, ya ha comenzado a operar con chips Nvidia GB200.

Sin embargo, como ha detallado el Wall Street Journal, persisten los desacuerdos con SoftBank sobre dónde construir, cómo financiar y cómo conectar los centros de datos a redes eléctricas que ya están saturadas. Sam Altman reconoció el desafío en un memorando interno citado por Axios: “La sed de informática está comenzando a tensionar la cadena de suministro y exige cierta creatividad real”.

Otros caminos: energía atómica. Frente a estas limitaciones, los gigantes tecnológicos están buscando soluciones fuera del sistema eléctrico tradicional. La respuesta, para muchos, está en un regreso sorprendente: la energía nuclear.

Meta ha firmado un contrato de 20 años con Constellation Energy para abastecer parte de sus centros de datos desde una planta nuclear en Illinois. Google y Amazon también han apostado por reactores modulares pequeños (SMR). Microsoft, por su parte, reabrirá una central nuclear cerrada desde 2019, exclusivamente para sostener su infraestructura de IA.

NVIDIA no se ha quedado atrás. En 2024, invirtió 650 millones de dólares en TerraPower, la empresa fundada por Bill Gates que está construyendo el primer reactor Natrium, una máquina de cuarta generación que, según sus desarrolladores, generará electricidad por la mitad del coste de un reactor convencional. El proyecto, que se desarrolla en Wyoming, cuenta con participación española: la empresa pública ENSA fabrica la tapa del reactor.

Sin cables, no hay IA. Mientras tanto, el número de usuarios sigue creciendo. ChatGPT alcanzó los 800 millones de usuarios activos en abril, según Altman citado en Axios. Cada uno de ellos genera solicitudes, preguntas, imágenes, instrucciones, y todo eso consume energía. Según Le Monde, tareas tan simples como redactar un correo pueden suponer más del 7% de una carga completa de teléfono móvil. Y generar una imagen consume aún más. Elon Musk asegura que su empresa xAI ya opera con 230.000 GPUs, y espera 550.000 más. La IA no descansa, pero los cables que la alimentan no dan abasto.

La inteligencia artificial promete cambiar el mundo, pero antes tendrá que enfrentarse a algo más básico que cualquier algoritmo: las leyes físicas de los sistemas eléctricos. No hay IA sin servidores. No hay servidores sin energía. Y no hay energía sin cables.

Imagen | Pexels

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