La IA ha doblado el precio de un metal ultrarraro. El problema es que lo necesitamos para almacenar energía renovable

Publicado el 18/07/2025 por Diario Tecnología
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La IA ha doblado el precio de un metal ultrarraro. El problema es que lo necesitamos para almacenar energía renovable

Dos revoluciones tecnológicas están redefiniendo, al mismo tiempo, todo el sector de la energía: la transición hacia fuentes renovables y el auge imparable de la inteligencia artificial. La primera necesita baterías baratas y eficientes. La segunda tiene un apetito insaciable de datos y necesita hardware para almacenarlos. El problema es que ambas están colisionando en el mercado de un metal ultrarraro: el rutenio. Y la IA está ganando la batalla.

El rutenio está en máximos históricos. En el último año, este discreto mineral de color gris plateado se ha convertido en la estrella inesperada de los mercados de las materias primas. Su precio se ha duplicado, alcanzando los 25.720 dólares por kilogramo, según datos del refinador de metales Johnson Matthey que recoge Bloomberg. La cifra no solo eclipsa las subidas del oro o la plata, sino que roza su máximo histórico de 27.970 dólares, alcanzado hace 18 años.

Qué ha desatado esta fiebre. La respuesta está en los centros de datos que alimentan la inteligencia artificial. El rutenio, un metal del grupo del platino, es excepcionalmente duro y versátil. Una de sus aplicaciones en electrónica son los discos duros de alta capacidad, que utilizan una capa de rutenio de menos de un nanómetro de espesor para aumentar enormemente la densidad de datos. A medida que la IA generativa y el cloud computing exigen almacenar cantidades astronómicas de información, la demanda se dispara.

Pero el problema de fondo es la escasez. El rutenio es uno de los elementos más raros de la corteza terrestre. Se obtiene casi exclusivamente como subproducto de la minería del platino, y su suministro anual es minúsculo: apenas 30 toneladas el año pasado. A menos que aumente la inversión en minería, los analistas prevén que el mercado entre en déficit el próximo año. Es decir, que la demanda supere a la oferta.

No solo la IA necesita rutenio. Además de los discos duros, el metal es un componente vital en varias de las químicas más prometedoras para baterías de almacenamiento masivo de energía. El óxido de rutenio ofrece una capacitancia y una velocidad de carga y descarga inigualables, por lo que se pretendía usar en supercondensadores antes de que la IA duplicara su precio.

También es un metal necesario en las baterías de litio-oxígeno, consideradas una de las próximas grandes revoluciones en baterías por su altísima densidad energética. Pero estas celdas dependen de catalizadores eficientes. Los nanocatalizadores de rutenio​ logran capacidades y ciclos de vida extraordinarios, pero con el precio actual son inviableas.

Cómo afecta al sector de la energía. Ningún sector es capaz de afrontar inversiones tan grandes como el de la inteligencia artificial. La IA se está quedando con el rutenio para guardar datos mientras el planeta entero afronta otro desafío urgente: almacenar energía para abandonar los combustibles fósiles. Las renovables intermitentes, como la solar y la eólica, necesitan baterías a gran escala para guardar la energía que generan cuando brilla el sol o sopla el viento, pudiendo usarla más tarde cuando cae la noche o el viento deja de soplar.

Según la Agencia Internacional de la Energía, en 2023 se instalaron 42 GW de capacidad en baterías, más del doble que el año anterior. Es una cifra impresionante, pero insuficiente para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. El mundo necesita multiplicar por seis ese ritmo y alcanzar unos 1.500 GW de capacidad de almacenamiento de aquí a 2030 (de los cuales 1.200 GW serían baterías).

¿Hay alguna alternativa al rutenio? Existen otras tecnologías que permiten almacenar grandes cantidades de datos, pero son muy caras, por lo que la industria sigue apostando por el rutenio. De hecho, un informe de International Data Corp. prevé que las ventas de discos duros con rutenio aumenten un 16% este año, arrastrando consigo las existencias del metal.

Investigadores de todo el mundo han pasado años desarrollando nuevas baterías avanzadas asumiendo un precio para el rutenio que, aunque elevado, era manejable. Ahora, la explosión de la demanda por la IA ha creado una curva de costes que nadie anticipó, y que obliga a empezar de cero.

Imagen | Metalle-w (CC BY-SA 3.0)

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