Infierno de día, purgatorio de noche: los hábitos y trucos para dormir bajo una ola de calor extrema
Publicado el 30/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Durante una ola de calor es habitual que pongamos nuestro foco en las abrasadoras temperaturas máximas. Sin embargo este no es el único indicador que nos avisa de los problemas que debemos afrontar durante este tipo de episodios, las temperaturas mínimas pueden ser tan importantes o incluso más en algunas circunstancias.
Las “noches tropicales”. Según advertía la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) antes del inicio de esta ola de calor, una de sus características sería la de las noches tropicales. Este término hace referencia a aquellas noches en las que las temperaturas mínimas no bajan de los 20º Celsius.
Las previsiones hablaban, de hecho, de temperaturas mínimas que podrían llegar a superar los 25º, noches a las que se aplica un término distinto, el de “noches ecuatoriales”. Ya antes de la entrada en vigor del aviso especial de la agencia con motivo de la ola de calor, algunas zonas del sur como Sevilla o Almería (pero también en otras áreas como Girona) registraban mínimas por encima de esta barrera de los 25º.
¿Por qué es tan difícil dormir? Existe una estrecha relación entre la temperatura corporal y los ciclos de sueño. Las horas de sueño nuestra temperatura corporal suele se más fría que durante el día, pero el descenso en el calor corporal suele iniciarse antes de que nos durmamos. Antes incluso de que nos acostemos.
El problema surge con la llegada del exceso de calor. Algunos científicos teorizan que con el calor puede ocurrir como con la luz, que sería utilizado como referencia por nuestro cuerpo para distinguir la noche del día, las horas a dedicar al sueño de las de vigilia. Si hace calor, o si hay luz, nuestro cuerpo interpretría que aún no es hora de irse a dormir.
Las herramientas en nuestra mano. La opción más sencilla es la de enchufar un ventilador o mantener encendido el aire acondicionado durante toda la noche pero esto no siempre es una opción, ya sea porque no disponemos de alguno de estos aparatos, por evitar sustos a la hora de pagar la factura eléctrica o, incluso, porque no son opciones demasiado convenientes para nuestra salud.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Si el calor es como la luz que nos impide conciliar el sueño, una estrategia sencilla es la de aislarnos de él como nos aislamos de la luz. Podemos empezar por escoger una habitación aislada, alejada de las fachadas, orientada al norte y no al sur, o lejos de las plantas superiores si vivimos en una casa con más de una planta.
Para mantener esta habitación fresca conviene ventilarla, pero no exponerla a la entrada de luz, evitando también fuentes de luz artificial y fuentes de calor como ordenadores encendidos o móviles cargando.
Enfriarnos. Mantener un entorno fresco para dormir es importante, pero mantener nuestro propio cuerpo fresco también lo es. Las estrategias que convencionalmente usaríamos para refrescarnos, incluso aquellas que son contraintuitivas, pueden ser de gran ayuda. Evitar aquello que pueda aumentar nuestra temperatura corporal durante la tarde, como comidas especialmente calientes o el ejercicio físico también puede ser de utilidad.
La “higiene del sueño”. Dormir durante una ola de calor es especialmente difícil pero las estrategias para dormir mejor que utilizamos convencionalmente pueden ayudarnos también. En este sentido, una correcta higiene del sueño puede ser de ayuda en estos casos como en otros.
Hábitos como mantener unos horarios regulares, o evitar pantallas y luces antes de acostarnos suelen estar entre las recomendaciones habituales en este sentido. Una vida activa y una alimentación saludable también pueden ayudarnos a conciliar mejor el sueño, incluso en condiciones como estas.
La ola de calor termina, pero… Las previsiones señalan que las temperaturas caerán durante los próximos días, pudiendo darse por concluido el episodio pasado mañana. Sin embargo estamos tan solo al comienzo del verano, un verano que ha empezado intenso pero cuya evolución es por ahora incierta.
Las noches tropicales llevan semanas acompañándonos y probablemente lo sigan haciendo durante el verano. Estas pueden verse agravadas por situaciones como la actual, pero en sí mismas no son un fenómeno poco frecuente en el verano (aunque sí es probable que vayan haciéndose más y más frecuentes). Adaptarnos a ellas es por tanto importante si no queremos sacrificar nuestro descanso durante varios meses al año.
Imagen | Marie-Michèle Bouchard
utm_campaign=30_Jun_2025"> Pablo Martínez-Juarez .