Francia recibe más turistas que nadie. Ahora ha tenido una idea para limitarlo: poner los vuelos carísimos
Publicado el 09/03/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Aunque hay ya quien asegura que España acabará arrebatándole la corona, Francia es hoy por hoy la reina indiscutible del turismo mundial. Ninguna otra nación mueve más viajeros. Solo el año pasado se preveía que llegasen al país unos 89,4 millones de turistas internacionales, un buen puñado más que a España, EEUU o China. A partir de ahora los viajeros que deban despegar desde Francia para moverse por el país o regresar a sus hogares tendrán que rascarse algo más el bolsillo. El motivo: en breve subirá el "impuesto solidario" que aplica a sus vuelos.
Claro está, la decisión ha generado revuelo.
¿Qué ha pasado? Que en cuestión de unas semanas (el 1 de marzo) Francia actualizará al alza su impuesto solidario sobre los billetes de avión, más conocido como TSBA o 'impuesto Chirac' en un guiño al expresidente que gobernaba la república cuando se aprobó. Su subida no es en realidad una sorpresa. Se preveía en el presupuesto francés de 2025, aprobado en febrero tras un proceso complejo que se llevó por delante al primer ministro Michel Barnier; pero su aplicación no se hará realmente efectiva hasta el próximo mes.

¿Qué es exactamente el TSBA? Un impuesto internacional que grava el precio de los billetes de avión. Su importe lo fijan las autoridades. Luego corresponde a las aerolíneas decidir si lo asumen o lo trasladan en mayor o menor medida a los billetes que cobran a sus pasajeros. Como detalla su propio nombre (TSBA), el objetivo es financiar programas de ayuda internacional. De hecho el Gobierno francés defiende su valor equitativo y ecológico.
Cuando a principios de año, durante una entrevista con Le Parisien, le preguntaron a la ministra de Cuentas Públicas Amélie de Montchalin qué opinaba del aumento del impuesto, su respuesta no pudo ser más clara: "Estoy a favor. Es una medida de justica fiscal y ecológica. El 20% más rico de la población es responsable de más de la mitad del gasto en viajes aéreos".
¿Cuánto y dónde subirá? Para despejar dudas, la administración francesa publicó hace unas semanas un breve anuncio con las principales novedades que afectan al impuesto. En él habla de tres categorías: "destinos en Francia y Europa", "destinos intermedios" y "destinos lejanos", que serían aquellos en los que el avión recorre más de 5.500 kilómetros.
Luego detalla el importe que tendrá la tasa en cada caso, aunque la cantidad varía en función de otro parámetro más: la categoría. No se cobra lo mismo a un cliente que viaja con un billete de turista que a otro de clase business o que vuela en un jet privado.

¿Y cómo quedan entonces? El resultado es que la tasa para los vuelos en clase económica y de corta distancia, dentro de Francia o Europa y con salida desde Francia, pasarán de costar 2,63 a 7,4 euros. En trayectos intermedios se elevará a 15 euros y en el caso de los destinos lejanos el gravamen se situará en 40. Quedan fuera las rutas a Córcega y territorios de ultramar.
En clase business la tasa pasará a costar 30, 80 o 120 euros, en función de la duración del vuelo, y en el caso de los jets el TSBA supondrá a partir de marzo entre 210 y 2.100 euros, lo máximo que llegaría a pagar un usuario de un avión privado por un viaje de más de 5.500 km. El Gobierno recuerda en cualquier caso que el impacto de las nuevas tasas en los billetes de las aerolíneas dependerán de si estas deciden o no "absorberlas".
¿Qué dicen las aerolíneas? No han tardado en mostrar su malestar. Al menos parte de ellas. Air France considera que la subida, de más del doble, es "irresponsable" y equivale a exigir "un impuesto para acceder a Francia". En su caso concreto calcula que le costará unos 100 millones de euros en un momento especialmente delicado tras los años de la pandemia.
"Francia es el país de Europa donde el transporte aéreo está más gravado con impuestos. En los últimos 20 años hemos perdido entre un 1 y 2% del mercado cada año en favor de las aerolíneas extranjeras. Existe el riesgo de trasladar los beneficios a otros países", zanja. La actualización al alza del TSBA llega de hecho después de que el país haya dejado claro su deseo de fomentar, vía tributos, el uso de alternativas menos contaminantes al avión en los trayectos cortos.
¿Puede pasarle factura? La reacción tampoco ha sido buena en Ryanar. Su director ejecutivo, Michael O´Leary, ya ha acusado a Francia de nadar a "contracorriente" y advierte: "Europa no será más eficiente ni competitiva gravando excesivamente las tarifas aéreas".
"Francia ya es un país con impuestos altos y si aumentan más probablemente reduciremos nuestra capacidad", señala el directivo de la low cost. Desde la compañía van más allá y señalan el riesgo de que los vuelos acaben quedando solo al alcance de "los ricos", afectando a las finanzas del país en un momento que destaca precisamente por el boom del turismo internacional.
Imágenes | Eric Salard (Flickr) 1 y 2 y Service-public.fr
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