El Wukong "falso" de la eShop refleja un problema cada vez mayor en las tiendas digitales en consolas. Y la solución parece estar en Steam
Publicado el 24/12/2024 por Diario Tecnología Artículo original
Pongámonos en situación: estás curioseando en la eShop de Switch con la predisposición de gastar tus puntos de oro acumulados antes de que éstos caduquen y te topas con que aparece Wukong entre las novedades de la tienda digital de Nintendo. O al menos "un juego del famoso mono". De hecho, el precio que muestra la etiqueta es de apenas 7,99 dólares. ¿Demasiado bueno para ser verdad? Más bien un síntoma de un problema que ya está demasiado extendido.
Si eres de los que leen VidaExtra a diario estoy convencido de que no tardarás en arquear la ceja y sospechar lo que pasa: la editora Global Game Studio ha aprovechado el rebufo de Black Myth Wukong para colar un juego cuya única similitud es (a grandes rasgos) inspirarse vagamente en la leyenda de Viaje a Occidente. La otra realidad es que cuesta calcular cuántos seguirán adelante y lo añadirán a la cesta sin ser conscientes de lo que compran. ¿Una persona de cada mil? ¿Cinco quizás? ¿Diez? La tendencia nos dice que este tipo de iniciativas irá a más.
Esto no va de clones Made in China, sino de garantía de calidad
Lo primero es lo primero: en pleno 2024 no tiene ningún sentido poner la etiqueta, o más bien el estigma, de "copia china" o usarlo de manera despectiva a los videojuegos. Juegazos como Black Myth Wukong, el renacer de Delta Force o el fenómeno del Hoyo Verse demuestran que es una potencia emergente en esta industria. El indie favorito de Shuhei Yasuda de este año se desarrolló dentro de la gran muralla.
Y, sin embargo, nos estamos viendo cada vez más saturados de juegos que, de cara a las portadas de las tiendas, son engañosos o directamente clónicos, pero una vez instalados (o, más bien comprados) son mucho peores de lo sugerido o rivalizan peligrosamente con el shovelware. Si es que no lo abrazan de manera directa. Algo que durante años ha atormentado a Steam y se está propagando cada vez más en las consolas de videojuegos.
Que no se me malinterprete: he vivido lo suficiente como para ver videojuegos mediocres con portadas alucinantes en los 80. A veces lo mejor que ofrecían juegos lanzados en casetes para los microordenadores eran esas ilustraciones firmadas por Alfonso Azpiri o Luis Royo. Y a esto hay que sumar que Nintendo, SEGA o PlayStation tienen su propio pasado plagiando exitazos durante sus comienzos. La verdad por delante.
Sin embargo, las consolas tenían algo diferente. Una garantía de calidad y diversión implícita, surgida en buena parte a raíz del sello de calidad de Nintendo con el que se llegó a sortear los mismos problemas atravesados por Atari hace cuatro décadas. Algo que diferenciaba los videojuegos licenciados por la Gran N o publicados con su visto bueno del resto, y que posteriormente se extendió a sus rivales. Hasta ahora. ¿Qué ha sido de los valores y compromisos para con los consumidores personificados en ese sello?
Cuando el objetivo no es hacer un buen juego, sino llegar al 0,01% de 140 millones
Con eso establecido, otro frente abierto: el problema del inminente Wukong Sun: Black Legend que llegará a Switch o el Estar Fiel que vimos el año pasado a rebufo de Starfield confían en atrapar un porcentaje de público interesado en otras cosas. Que de los más de 140 millones de usuarios de Switch se logre generar una acción en el 0,1% de los que curiosean en la eShop. Aunque sea por simple rebufo del nombre y la portada. Y si eso funciona, muchos más llegarán detrás.
Porque uno de los éxitos clave de la consola dos en uno de Nintendo ha sido lo bien que han funcionado en ella los Nindies, los indies de la eShop. Siendo un bastión y a la vez un escaparate de lujo para los pequeños desarrolladores. Pero el caso de Wukong Sun: Black Legend, me temo, no tiene que ver con la oportunidad que se le da al desarrollador, sino la cada vez mayor necesidad de crear un sistema que acote el mínimo de calidad.
¿El problema está en el plagio? Lo cierto es que técnicamente no lo hay. Wukong Sun: Black Legend no se parece en nada a Black Myth Wukong. Ni siquiera al The Crown of Wu que, con más o menos suerte, también bebía de la misma obra milenaria que ambos. De hecho, eso ya es un tema aparte y, a la vez, una tendencia que crece. Y, para muestra, el descaradísimo clon de Horizon Zero Dawn desarrollado desde Tencent. Nada menos.
Con todo, es imposible no referirnos al caso radicalmente contrario: EA Sports declinó continuar usando las siglas de la FIFA y renombró su exitosa saga futbolera a EA Sports FC. Hasta ahora una amplia mayoría de jugadores fidelizados y felices con su propuesta de juego han continuado sin mirar el nombre porque, a todos los efectos, solo llega "un FIFA" de manera anual a las tiendas.
Sin embargo, la otra realidad es que la Federación de Fútbol está preparando su propio juego, con uso de criptomonedas, y tiene todo el derecho a emplear el nombre y las siglas. ¿Tocará dar explicaciones sobre cuál es el "auténtico y legítimo FIFA"? Quizás tú y yo no las necesitemos, o tal vez sí, pero eso es algo que el departamento de marketing de Electronic Arts deberá atajar cuanto antes.
¿Un problema sin remedio? Esto es lo que hace Steam para combatir el Shovelware
¿Existen las soluciones? Ahí es dónde Steam, como plataforma de juego, le lleva la delantera a las consolas: pese a que las críticas de los usuarios suelen ser algo que nos fascina cuando están aburridos, inspirados o genuinamente fuera de contexto, existe una especie de criba por parte de la propia comunidad.
En muchas de las tiendas digitales de consola está la opción de otorgar estrellas, y en Xbox o PlayStation hay comunidades sin salir de la consola y sistemas de filtros por ventas, popularidad y otros factores. Pero si hay un mínimo de intención por separar el trigo de la paja se tendrá que promocionar la participación de los jugadores, o resignarse a que esto pase cada vez más.
¿Cómo combate Steam el problema del Shovelware? De entrada, estableciendo filtros, ofreciendo contenidos personalizados y apostando por darle visibilidad a las editoras a través las páginas de desarrollador y editor. Además, evita la propagación desde fuera de la plataforma a través del mercado de claves, de modo que si un juego no vende lo suficiente no es posible solicitar miles de copias gratuitas. Pero su mejor herramienta es darle voz a la comunidad. ¿El precio a pagar? Los Review Bombing nacidos a modo de protesta. Incluso cuando el juego es intachable.
Y, sin embargo, otra realidad: pese a esto, en 2018 dimos la cifra que el 99% de los juegos independientes vende menos de 3.000 copias. No tenemos los datos de 2024, pero tampoco esperamos que sean mejores.
Sobra decir que no se puede hacer es un filtro o una etiqueta de "juegos malos". Y si se hiciese te confieso que no podría resistirme y curiosear a ver qué es lo que hay. Pero una cosa tengo clara: en una industria cada vez más competitiva y en la que la cantidad de juegos lanzados al mes roza lo alarmante, o se recuperan los valores del Sello de calidad de Nintendo y se les da presencia a los usuarios, o el problema no solo irá a más, sino también a peor.
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