El autoboicot gráfico de Pokémon: cuando las prisas arruinan una necesaria evolución visual

Publicado el 10/03/2025 por Diario Tecnología Artículo original

La saga Pokémon nos ha estado acompañando durante los últimos 29 años y es indiscutible que se ha convertido en un fenómeno mundial. Es raro aquel que no haya escuchado alguna vez su nombre o no conozca a alguna de sus criaturas más emblemáticas, especialmente Pikachu. Sin duda, esto mismo se demuestra con el éxito que cosecha cada videojuego que sale a la venta con millones o decenas de millones de unidades vendidas, aunque para algunas personas sea un hecho inexplicable.

Cada vez que una nueva entrega ha llegado a las tiendas, no he parado de ver comentarios del tipo "son juegos para niños de cinco años", "siempre es lo mismo", "no se innova nada", o también "los nuevos Pokémon son muy feos. Los de la primera generación eran mejores". La verdad es que hay opiniones de todo tipo y de todos los gustos, pero decir que la saga no ha innovado es una afirmación que dista mucho de la realidad. Sin embargo, el apartado con el que sí se tiene muchos deberes pendientes es el de sus gráficos.

En este caso en particular, no me quiero centrar en el aspecto de los propios Pokémon, porque la verdad es que estoy muy satisfecho con cómo lucen cada uno de ellos, con unos resultados formidables que se han podido apreciar en los últimos títulos que se han publicado en Nintendo Switch. En cambio, los personajes humanos no pueden presumir de lo mismo, aunque también es verdad que poco a poco se están volviendo más expresivos, pero lo que sigue siendo raro es que a día de hoy no sean capaces de hablar.

Aun así, lo peor de todo siguen siendo los entornos, con unos escenarios que cada vez han apostado más por mundos abiertos, lo que ha afectado gravemente a su rendimiento y que no cuentan con una calidad tan buena en comparación con las mejores obras publicadas en Nintendo Switch. Una buena prueba de ello lo refleja esta publicación de Reddit, en la que se muestra un árbol de Pokémon Espada y Escudo frente uno de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, con una diferencia gráfica realmente abismal, a pesar de que este último salió en 2017 y el otro en 2019, dos años después.

Algunos dirían que a Nintendo y a The Pokémon Company les trae sin cuidado con tal de ganar billetes, dado que lo más normal es que los juegos vendan como churros, pese a que su calidad tenga un amplio margen de mejora. De hecho, un buen ejemplo lo tenemos con Pokémon Escarlata y Púrpura, que pese a ser excelentes jugablemente, su rendimiento y apartado gráfico fue muy criticado. No obstante, eso no ha impedido que se hayan vendido más de 26 millones de unidades, colocándolos a día de hoy como los sextos juegos más vendidos de Nintendo Switch.

Entonces, ¿todo da igual mientras sigan vendiendo de una manera tan brutal? Desde cierto punto de vista, porque la verdadera culpable de que se dé esta situación es la propia saga. Y es que el merchandising, así como la serie anime, son lo que manda. Pokémon no deja de ser un negocio que genera unos beneficios impresionantes, de ahí que sea una de las franquicias más rentables del mundo, pero sus responsables no pueden tomarse todo el tiempo del mundo para lanzar los videojuegos.

Si nos fijamos en las aventuras de Ash y Pikachu, cada vez que viajaban a una nueva región coincidía con el lanzamiento de una nueva generación de Pokémon con sus respectivos títulos, lo que a su vez provocaba que se pusieran a la venta peluches, figuras y otros productos basados en las criaturas más populares o en las nuevas a las que se les iba a otorgar más protagonismo. Por lo tanto, esto siempre ha supuesto una carrera contra el tiempo, porque los videojuegos no se podían retrasar y tenían que ir llegando al mismo ritmo.

Además, volviendo al asunto del dineral que generan los títulos, sus creadores saben que no se pueden pasar años y años sin publicar un videojuego nuevo. Por eso, hasta hace no mucho, se convirtió en algo habitual que cada vez que llegaba noviembre salía a la venta un nuevo juego de Pokémon, pero uno de los casos más demenciales fue en 2022, cuando en enero de ese año llegó Leyendas Pokémon: Arceus y diez meses más tarde las ediciones Escarlata y Púrpura. Es decir, se trabajó en dos entregas al mismo tiempo, con un contenido inmenso, y solo tres años después de la publicación de Espada y Escudo.

Quizás, de haber tenido más tiempo, los resultados de ambas aventuras habrían sido más favorables, pero está claro que The Pokémon Company no quiere permitirse ese lujo y así pasa, que nos quedamos con unos escenarios con una calidad gráfica deplorable y muy lejos de alcanzar a otros juegos tan galardonados de Nintendo Switch. Que tampoco es que se pida algo que iguale a los productos de PS5 y Xbox Series, porque la potencia de la consola de Nintendo es la que es, pero claro, luego ves cómo lucen los juegos de Mario o Zelda en comparación y te dan ganas de llevarte las manos a la cabeza.

Al final, toda esta situación tiene lugar por culpa de varios factores, siendo el principal de ellos el de las prisas por todo lo que va más allá de los videojuegos. Eso no quita que el equipo de Game Freak podría esforzarse más a fondo por ofrecer unas obras a las alturas de lo que esperan gran parte de sus aficionados. De todos modos, mientras se siga dando prioridad a otros asuntos, es probable que nos sigamos encontrando con una situación muy similar en el futuro mientras se sigue pidiendo a gritos una clara y necesaria evolución visual.

Por suerte, con Leyendas Pokémon: Z-A parece ser que poco a poco se está corrigiendo un poco la situación. Sin ser un cambio radical, lo poco que se mostró recientemente en el Día de Pokémon 2025 no pintaba nada mal y lucía mejor que las últimas aventuras. Sin embargo, lo más probable es que este no sea el único juego que Game Freak tiene entre manos, porque lo más normal es que la décima generación, que llegará muy probablemente a Nintendo Switch 2, ya se encuentre en marcha, así que el equipo se habrá tenido que dividir en dos para trabajar en ambos productos simultáneamente.

En definitiva, mientras los juegos no vayan por su propia cuenta y se tomen su tiempo necesario para dejarnos con una calidad gráfica digna de aplaudir, seguiremos encontrándonos con este problema. Porque, si bien es cierto que la diversión es lo que se prioriza y eso siempre es primordial, sobre todo por lo entretenidos que son, no cabe duda de que se agradecería también si fuesen redondos en todos sus apartados. Quién sabe, quizás las próximas ediciones nos sorprendan gratamente. Cruzo los dedos para que así sea.

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