El arma ‘invisible’ del Pentágono no lanza misiles ni dispara nada: su poder está en mantener a otros aviones en el aire

Publicado el 22/06/2025 por Diario Tecnología
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El arma ‘invisible’ del Pentágono no lanza misiles ni dispara nada: su poder está en mantener a otros aviones en el aire

Mientras los focos apuntan a los bombarderos B-2, hay otros aviones desplegados que pasan prácticamente desapercibidos: los KC-135 Stratotanker, veteranos con más de seis décadas de servicio que han vuelto a operar en Oriente Medio, justo cuando Estados Unidos ha atacado varias instalaciones nucleares en territorio iraní, incluida Fordow, tras reforzar su presencia militar en la región en plena escalada con Israel. No lanzan misiles ni participan en ataques directos, pero su papel es esencial: permiten que cazas, bombarderos y aviones de reconocimiento puedan sostener vuelos prolongados sin necesidad de aterrizar.

En el despliegue militar que Estados Unidos está ejecutando en Oriente Medio, el KC-135 Stratotanker no es una nota al pie. Es parte del núcleo logístico que permite que la maquinaria aérea siga funcionando sin interrupciones. Según medios como Reuters y BBC, al menos 30 aviones cisterna han sido movilizados, en su mayoría de este modelo, para acompañar a cazas F-16, F-22, F-35 y otros activos aéreos desplegados en la región.

Kc 135 Stratotanker 2

Su función puede parecer secundaria a simple vista, pero tiene implicaciones estratégicas directas: al reabastecer en vuelo, el KC-135 elimina la necesidad de que las aeronaves interrumpan su misión para repostar en tierra. Eso se traduce en continuidad operativa, mayor autonomía táctica. Y no es solo un apoyo para los cazas. También sirve de sostén a bombarderos, aeronaves de reconocimiento, unidades médicas y, cuando es necesario, fuerzas aliadas

Una bestia con más de 60 años de historia (y aún le queda cuerda)

Cuando el KC-135 voló por primera vez en 1956, el mundo era otro. La Guerra Fría dominaba la estrategia militar, y Estados Unidos necesitaba una flota capaz de sostener su poder aéreo a escala global. Boeing ofreció una solución: una variante militar del modelo 367-80, el prototipo que también daría lugar al mítico 707. Así nació el Stratotanker, que comenzó a llegar a las bases aéreas en 1957 y que, contra todo pronóstico, sigue en servicio en pleno 2025.

De los más de 700 ejemplares construidos, buena parte fue sometida a un proceso de modernización radical. El cambio más visible: los motores. Los antiguos fueron sustituidos por CFM56, turbofanes más eficientes, potentes y silenciosos. Gracias a ellos, el KC-135R —la versión más común hoy— consume un 25 % menos, cuesta un 25 % menos de operar y es casi un 96 % más silencioso que el modelo original, según datos oficiales de la Fuerza Aérea estadounidense.

Pero no todo ha sido mecánico. A lo largo de las décadas, el KC-135 también ha sido adaptado para tareas muy distintas: comando aéreo, vigilancia, pruebas experimentales o incluso misiones en cumplimiento del Tratado de Cielos Abiertos. Pocas plataformas han demostrado tanta versatilidad y resistencia al paso del tiempo.

Cómo funciona el reabastecimiento en vuelo

Desde fuera puede parecer una maniobra sencilla: dos aviones volando cerca, uno transfiere combustible y todo sigue como si nada. Pero en realidad, el reabastecimiento aéreo es una operación extremadamente delicada que requiere coordinación perfecta entre pilotos y operador. En el KC-135, esta tarea recae sobre el llamado boom operator, un miembro de la tripulación que se sitúa en la parte trasera del avión, tumbado boca abajo, con visión directa del receptor y control total sobre la pértiga extensible de repostaje.

Kc 135 Stratotanker 3

Ese brazo articulado (flying boom) es la principal herramienta del KC-135 para transferir combustible en vuelo. Su diseño permite una conexión precisa entre aeronaves que vuelan a gran velocidad y altitud. La conexión requiere concentración absoluta: el operador guía el contacto y lo mantiene estable incluso en condiciones de turbulencia o maniobras.

Además del sistema de pértiga, algunos KC-135 están equipados con un sistema adicional: el drogue, una especie de embudo aerodinámico que permite repostar aeronaves con sondas, como helicópteros o cazas europeos. Hay modelos, además, con pods en las alas que permiten abastecer a dos aviones a la vez. Todo esto convierte al Stratotanker en una plataforma flexible, capaz de adaptarse a múltiples configuraciones según la misión.

Una pieza clave también en la guerra moderna

Detrás de su silueta austera y su pintura gris sin adornos, el KC-135 esconde una máquina optimizada para la eficiencia. Está propulsado por cuatro motores de gran empuje, capaces de llevarlo a velocidades cercanas a los 850 km/h y operar a altitudes de hasta 15.240 metros. No está pensado para la agilidad ni el combate, pero cumple con una premisa inamovible: estar ahí cuando se le necesita.

Kc 135 Stratotanker Operador

Puede despegar con un peso máximo de 146 toneladas y transportar algo más de 90 toneladas de combustible para transferir a otras aeronaves. Si la misión lo requiere, también puede cargar hasta 37 pasajeros o unos 38.000 kilos de material en la cubierta superior, justo encima del sistema de repostaje. Todo ello en una estructura de 41,5 metros de largo, con una envergadura cercana a los 40 metros.

En cuanto a su alcance, puede cubrir más de 2.400 km con 68 toneladas de combustible transferible a bordo. En misiones tipo ferry, sin carga externa, puede superar los 17.700 km, lo que permite vuelos intercontinentales sin escalas.

En misiones de evacuación médica, el KC-135 se transforma en una especie de UCI volante. Gracias a unos pallets especiales, puede transportar a pacientes en camilla con una tripulación médica específica. Es esta versatilidad es lo que ha hecho del Stratotanker una pieza difícil de sustituir.

El KC-135 continúa en servicio activo más de seis décadas después de su primer vuelo. Aunque el KC-46 Pegasus ya ha comenzado a asumir parte de sus funciones, el Stratotanker sigue siendo una de las principales plataformas de reabastecimiento de la Fuerza Aérea estadounidense. Su mantenimiento, sus sucesivas modernizaciones y su capacidad probada en múltiples escenarios explican su presencia constante en operaciones de largo alcance.

Imágenes | U.S. Air Force (1, 2, 3, 4) | Master Sgt. Vincent De Groot | U.S. Department of Defense

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