Con consolas antiguas perdimos algo que sería un sueño en la PS5 o en las Xbox: soporte oficial de Linux
Publicado el 27/04/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hubo un tiempo en que las grandes consolas no aspiraban a ser únicamente dispositivos lúdicos, y en el que quienes la compraban no se conformaban con ser usuarios pasivos de un dispositivo totalmente controlado por su fabricante.
Hace dos décadas, las grandes consolas de videojuegos ofrecían algo que hoy parecería un sueño: soporte oficial para instalar Linux, y la posibilidad de convertirlas en verdaderos ordenadores. Esta apertura contrasta brutalmente con el panorama actual, donde las PlayStation 5 o Xbox Series X son ecosistemas cerrados.
El sueño de Sony: la PlayStation 2 como PC
En 2002, Sony lanzaba su kit oficial "Linux for PlayStation 2": por 229 dólares, los usuarios podían convertir su PS2 en un ordenador funcional con Linux como sistema operativo. El kit incluía un disco duro de 40 GB, un adaptador de red, teclado, ratón y un cable VGA especial, junto con una distribución de Linux en DVD.
Aunque instalar Linux en la PS2 era complicado y su rendimiento era limitado por la poca RAM, permitía acceder a un entorno de escritorio completo, editar textos, navegar por Internet y experimentar con software con fines educativos. Fue una oportunidad única para aprender programación o iniciarse en el mundo Linux a bajo coste, a pesar de que no se adoptó de forma masiva.
La PlayStation 3 y la promesa del "OtherOS"
Sony llevó esta filosofía más lejos con la PlayStation 3, permitiendo desde su mismo lanzamiento instalar otros sistemas operativos, como GNU/Linux, gracias a la opción 'OtherOS' en el menú XMB.
La PS3 no venía con Linux preinstalado, pero sí ofrecía compatibilidad oficial con distribuciones como Yellow Dog Linux, Debian, Fedora, Gentoo y Ubuntu. La consola podía convertirse en un potente servidor o incluso en parte de un clúster de computación —como demostró la Fuerza Aérea de EE.UU., que usó 1760 PS3 para un superordenador experimental.
Sin embargo, en 2010 Sony eliminó la funcionalidad 'OtherOS' mediante una actualización de firmware alegando motivos de seguridad: esto provocó una fuerte reacción de la comunidad, demandas judiciales (pues había sido uno de los 'anzuelos' usados para promocionarla en su lanzamiento), y un acuerdo de compensación en el que Sony pagó hasta 65 dólares a cada comprador afectado en Estados Unidos.
La retirada de esta función, en cualquier caso, marcó el principio del fin del sueño de consolas abiertas.
Linux "no oficial" en la Xbox
Después de eso, la comunidad ha ido encontrando formas de instalar Linux recurriendo a 'mod chips' y adaptaciones caseras del hardware: así, por ejemplo, el proyecto 'Xbox Linux' permitió convertir una Xbox en un PC Linux con bajo coste, ideal para clustering o para usarlo como centro multimedia.
Sin embargo, el proceso requería modificar la consola (lo que anulaba la garantía) y generar gastos adicionales en chips de modificación, discos duros y periféricos.
¿Por qué perdimos este soporte?
La razón principal para el abandono de la apertura hacia Linux fue la seguridad y el control de los ecosistemas. Las empresas temían que abrir el hardware facilitara la copia no autorizada de juegos o que sus plataformas se usaran de formas no previstas.
También influyó el cambio en el modelo de negocio: las consolas actuales apuestan por tiendas digitales cerradas, suscripciones y monetización continua, modelos incompatibles con dispositivos que los usuarios pudieran modificar libremente.
Además, la base de usuarios interesados en usar una consola como ordenador siempre fue minoritaria, y el soporte a Linux no aportaba beneficios inmediatos comparables a la venta de videojuegos y servicios online.
Lo que podría haber sido
Imaginar una PS5 o una Xbox Series X capaces de arrancar nativamente una distribución Linux —y con la potencia de sus CPUs y SSDs ultrarrápidos— es soñar con un híbrido entre supercomputadora y consola de videojuegos. Podríamos tener:
- Centros de desarrollo de software accesibles.
- Estaciones multimedia personalizadas al extremo.
- Ecosistemas de "homebrew" y experimentación sin restricciones.
Hoy, esa libertad ha sido sacrificada en favor de la 'seguridad', el control corporativo y la rentabilidad.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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