China soñó con el éxito económico a cualquier precio: su generación Z ha respondido convirtiéndose en "gente rata"
Publicado el 27/04/2025 por Diario Tecnología Artículo original
La China actual poco o nada tiene que ver con la abnegada China en crecimiento de finales de los 90. La presión social y laboral que se está ejerciendo con los jóvenes de la generación Z que han crecido desde entonces está generando un nuevo movimiento social: cada vez más jóvenes, agotados y sin recursos, se agrupan bajo el término "gente rata".
SCMP cuenta que la "gente rata" representa la versión más extrema del movimiento chino "no hacer nada" (lying flat) que, tal y como publicaba BBC, surgió como una forma de rebelión contra las extenuantes jornadas laborales de 72 horas semanales y la cultura laboral del 996 (de nueve de la mañana a nueve de la noche, seis días a la semana). Lejos de avergonzarse, muchos jóvenes celebran públicamente su dependencia económica de los padres y su rechazo a la idea de que el trabajo duro sea el único camino hacia el éxito.
Una generación en crisis existencial y rebelión. De acuerdo con lo publicado por Business Insider, la juventud china vive una crisis existencial alimentada por la presión social y laboral. Tras décadas de crecimiento económico, los jóvenes chinos de la generación Z, se encuentran ante un mercado laboral mucho más competitivo que el de sus padres, a la vez que deben asumir responsabilidades familiares y lidiar con el alto coste de la vivienda. "Me niego a avergonzarme de ser dependiente. Defiendo el nombre de la gente rata", reivindica una usuaria en un mensaje recogido por Business Insider.
Esta situación se agrava por la educación recibida de los padres tigre, en la que los padres invierten grandes sumas en la educación de sus hijos con la esperanza de asegurarles un futuro mejor, generando una competencia feroz y una sensación de agotamiento generalizado.
El péndulo chino. Llevar a los jóvenes a esos límites de exigencia ha generado un efecto péndulo en ellos del que han surgido movimientos como "tan ping" (echarse en el suelo) y "bai lan" (dejar que se pudra), que canalizan la apatía y el desencanto de una generación que se siente sin motivación y sin perspectivas de futuro claras.
Estas tendencias han evolucionado hacia formas de protesta más visibles, como acudir en pijama al trabajo o, directamente, retirarse de la vida laboral para convertirse en "gente rata", que permanece todo el día en la cama sin hacer nada, mostrando su hartazgo ante una sociedad que exige sacrificios sin ofrecer recompensas tangibles. "Después de tres años de duro trabajo, finalmente logré que mis padres se dieran cuenta de que tener un trabajo no me estaba generando riqueza", aseguraba una joven en la red social china RedNote.
La antítesis de los criptobros. La nueva forma de protesta filosófica China es la antítesis de las corrientes productivistas de los mal llamados criptobros, que presumen de rutinas disciplinadas, madrugonesy sesiones de ejercicio a las cinco de la mañana. Zhang Yong, un trabajador social de la provincia de Hubei, en el centro de China, señalaba a SCMP que la "gente rata" reflejaba una tendencia más amplia de "retraimiento social" entre los jóvenes. "Es un mecanismo pasivo de afrontamiento tras los contratiempos. Reducen el contacto social y simplifican sus vidas para recuperarse", señalaba Yong.
Mientras en Occidente se glorifica la autoexigencia y el esfuerzo constante, los jóvenes chinos reivindican un estilo de vida minimalista y sin pretensiones, alejándose deliberadamente de la imagen de éxito y glamour que predomina en redes sociales. "La gente rata quiere ser exactamente lo opuesto del resto de la internet autodisciplinada y glamurosa que va al gimnasio", declaraba al medio estadounidense Ophenia Liang, directora de Digital Crew, una agencia de marketing especializada en Asia
El caldo de cultivo. El auge de las "personas rata" está directamente relacionado con la situación económica de China. El país atraviesa una desaceleración industrial significativa, en la que el FMI prevé una caída en la estimación de crecimiento al 4% para 2025. El debilitamiento del yuan chino y la guerra arancelaria con EEUU reflejan la inestabilidad y incertidumbre por el futuro económico del país.
El desempleo juvenil es uno de los factores clave detrás de este fenómeno. En marzo de 2025, la tasa de desempleo entre los jóvenes de 16 a 24 años alcanzó el 16,5%, después de haber tocado un récord histórico del 21,3% en junio de 2023. Para muchos, incluso conseguir un empleo implica someterse a la agotadora cultura "996", lo que ha llevado a una parte de la juventud a rechazar por completo el modelo tradicional de trabajo y buscar alternativas más sostenibles y menos sacrificadas.
Nuevas formas de entender el trabajo y el futuro. Según declaraciones de Eric Fu, investigador principal del Colectivo de Investigación Juvenil de la Universidad de Melbourne, la popularidad estas tendencias filosóficas entre la generación Z de China no debe verse solo como una derrota generacional, sino como una evolución en la forma de entender el trabajo y la vida.
"Esto demuestra que la gente está empezando a reflexionar seriamente sobre el trabajo que realmente quiere hacer y el sentido de su vida. También demuestra que la sociedad china se ha diversificado en cierto sentido", recordó Fu. Aunque muchos de estos jóvenes pueden permitirse este estilo de vida gracias a los ahorros de sus padres, no significa que quieran vivir así para siempre.
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Imagen | Unsplash (slyfox photography, Dylann Hendricks)
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