Volkswagen está decidida a copiar a China para hacer atractivos sus coches eléctricos en Europa: ponerles un motor de gasolina
Publicado el 30/04/2025 por Diario Tecnología Artículo original
"Entre 2033 y 2035". Esa fue la fecha aproximada que dio Volkswagen para dejar de vender vehículos con motor de combustión interna en Europa. Evidentemente, también hablaba de híbridos enchufables. Era el año 2021 y la industria parecía caminar al "todo eléctrico" en nuestro continente en mitad de una fiebre que empujaba a las marcas a mostrarse como la compañía más rápida en saltar al coche eléctrico.
Poco después, en 2022, la compañía sí fue más concisa y empezó a dejar claro que priorizaba el coche eléctrico frente al de combustión pero las ventas no han terminado de acompañar. Aunque la apuesta por el coche eléctrico ha sido gigante dentro de la compañía, hasta el punto de comprometer sus cuentas en el corto plazo, no ha sido hasta este año y aprovechando una dura crisis de Tesla cuando han conseguido vender más vehículos eléctricos que los de Elon Musk.
Los resultados, por tanto, no parecen estar siendo los esperados. Y, en consecuencia, ya han empezado a deslizar que quizás se estaban equivocando con su enfoque. Es lo que desprenden las palabras de Martin Sander, miembro del consejo de ventas y marketing de Volkswagen a Auto Express durante el último Salón del Automóvil de Shanghai.
El secreto chino del rango extendido
"Creo que durante mucho tiempo veremos motores de combustión en nuestros vehículos pero con una finalidad diferente. Creemos que en Europa habrá espacio para un extensor de autonomía en el camino hacia el coche eléctrico de batería”, señalaba Sander al medio inglés.
En sus declaraciones, el ejecutivo de Volkswagen recalcaba que la compañía se estaba fijando en lo que sucede a su alrededor: "aquí en China vamos a tener extensores de autonomía con posiblemente 250-300 km de autonomía eléctrica. El motor de combustión a bordo es básicamente un generador para cargar la batería".
Este peculiar híbrido enchufable es lo que en Europa conocemos como eléctrico de rango extendido, una fórmula muy poco utilizada pero que cada vez más compañías empiezan a ver en ella una solución a corto plazo en la transición al coche eléctrico. Es la que implementa Mazda en el MX-30 pero también es una fórmula que ha triunfado en China y que empieza a exportarse a Europa.
En este caso, el coche utiliza una batería de un tamaño considerable que le permita recorrer los 250 o 300 kilómetros en modo eléctrico mencionados por Sander. El motor de combustión sólo se nutre de un depósito de gasolina pensado exclusivamente para apoyar el motor eléctrico en caso de emergencia ya que esos kilómetros eléctricos deberían ser suficientes para la inmensa mayoría de los viajes.
Cuando el motor de combustión entra en funcionamiento, actúa como un híbrido en serie. Es decir, el motor genera electricidad a la batería quemando el combustible y es la batería la que nutre a los motores eléctricos que, a su vez, empujan las ruedas. Lo que se consigue es que el tacto del coche sea muy similar al de un eléctrico pese a estar movido por gasolina, como sucede en el Nissan Qashqai.
Este tipo de soluciones son habituales en China. En el país asiático triunfan los coches pequeños eléctricos porque las ciudades son enormes y los viajes más largos no se suelen realizar en coche. Sin embargo, quienes sí necesitan de este respaldo de un motor de gasolina tienen disponible los eléctricos de rango extendido que son coches que están categorizados como eléctricos ( a ambas opciones las llaman "vehículos de nueva energía"), con las ventajas fiscales que ello implica.
La solución puede ser especialmente interesante para Volkswagen en Europa. Desde 2025, la homologación de los híbridos enchufables ha cambiado, reflejando el triple de emisiones que hasta ahora pese a ser el mismo coche. Esto complica las cosas a la hora de cumplir las emisiones máximas impuestas para 2027. Antes, un híbrido enchufable era el camino más corto y atractivo para reducir las emisiones, hoy ya no es un camino tan útil.
Sin embargo, si la autonomía eléctrica de los híbridos enchufables vendidos en Europa (que en la mayoría de los casos no llegan a 100 km de autonomía eléctrica homologada) duplican o triplican esta cifra, las emisiones de CO2 en la homologación caerán drásticamente, acercando los objetivos de emisiones.
Esta opción de eléctrico de rango extendido es algo con lo que también está jugando Mazda para ofrecer coches deportivos sin incluir una enorme batería que arruine su apuesta histórica por la ligereza y los coches livianos.
Foto | Volkswagen
En Xataka | “No es sostenible”: Mazda tampoco cree en un futuro de coches eléctricos con grandes autonomías
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