Steve Jobs y su política de "no idiotas": los mejores jefes son aquellos que nunca quisieron serlo
Publicado el 15/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Steve Jobs tuvo muchas ideas. Muchas fueron revolucionarias, tales como el iPod o el iPhone. Sin embargo, no en todo acertó y en los inicios de Apple cometió uno de sus grandes errores. No fue en torno a productos, sino más bien a gestión, dado que decidió contratar a gestores profesionales para Apple. Fue en los inicios de la compañía y la cosa no acabó nada bien.
En una entrevista de 1980, Jobs confesaba que aquello "no funcionó en absoluto", tildándolos de idiotas al afirmar que, pese a saber administrar, no sabían hacer ninguna otra cosa. Esto es lo que al cofundador de Apple le sirvió para ganar dotes de liderazgo y dejar grandes lecciones para todo aquel que asuma alguna responsabilidad en su trabajo.
No querer ser un líder te convierte en un gran líder
En el mundo empresarial vemos a menudo a jefes y gestores que, por muy cualificados que estén sobre el papel, ejercen su poder de forma dudosa. Ya sea con imposiciones poco empáticas o con decisiones que no llevan a la empresa y a sus empleados a cumplir los objetivos. En muchas ocasiones, se debe a una falta de experiencia previa en puestos de menor rango.
Y al hilo de ello podemos interpretar las palabras de Steve Jobs en aquella citada entrevista de 1980. El que fuese uno de los cofundadores de Apple tenía muy claro que al final los mejores líderes eran aquellos que no pretendían serlo. Jobs creía que si una persona había trabajado en un determinado departamento y conocía su funcionamiento, a largo plazo podría ser mejor jefe al conocer perfectamente la tesitura de sus subalternos.
De hecho, destacaba a un perfil muy concreto. El de esos trabajadores que "nunca quieren ser gerentes, pero que deciden ser gerentes porque nadie más podría hacer un trabajo tan bueno". Para ello se expone el caso de Debi Coleman, considerada una de las mejores ejecutivas financieras de Silicon Valley y que falleció tristemente en 2021 con 69 años.
De 1986 a 1988, Coleman desempeñó el cargo de gerente financiera de Apple, aunque antes de llegar a ese puesto trabajaba supervisando los presupuestos del equipo de Macintosh. Durante un lustro logró demostrar su buena visión con los números, lo que le impulsó a ser la responsable general de cuentas de la compañía. Y eso que, como ella misma confesó posteriormente, no era algo que estuviese en sus planes.
Buscar a quien tenga buenas dotes de comunicación
Ser uno más del equipo es fundamental independientemente del escalafón que uno ocupe en el organigrama. Era algo que también tenía muy claro Steve Jobs, quien además de ensalzar valores como la visión, puso mucho empeño en que Apple fuese una empresa colaborativa. Todos debían remar en una misma dirección compartiendo una "visión común".
Steve Jobs veía fundamental que los gerentes de cada departamento tuviesen dotes de comunicación y las ejercieran con su equipo. De hecho, el propio Jobs se aplicaba el cuento tratando de rodearse de gente que siempre dijese lo que pensaba, además de usar la comunicación para resolver conflictos y empezar siempre las reuniones preguntando a sus compañeros acerca de sus preocupaciones.
Todo se podría resumir también en que Steve Jobs contrataba a gente que supiese comunicarse porque no fuese idiota. Literalmente describía así a aquel equipo de gestión profesional que contrataron en los inicios de Apple y de quienes achacaba también esa falta de colaboración y comunicación.
No hace falta que atesoren muchos años de experiencia
Hay empresas que parecen querer todo. Por un lado, a alguien muy joven y con estudios, pero que a su vez lleve a sus espaldas muchos años de experiencia. Si bien es cierto que tanto los estudios como la experiencia son un valor importante, en la filosofía de Steve Jobs no tenía tanta importancia.
Jobs ponía mucho empeño en el proceso de reclutamiento y pasar el filtro no era tampoco sencillo. Buscaba a gente con una experiencia previa positiva, que demostrasen que "hicieron un trabajo genial" antes de acudir allí, pero sabía que a su vez no era necesario que fuesen profesionales sumamente experimentados.
Esta es la lección más fundamental de todas y que aprendió cuando tanto él como Steve Wozniak fiaron la gestión de Apple a unos muy experimentados gestores que luego no sabían adaptarse a las circunstancias particulares de la empresa. Unos profesionales que, según Steve Jobs, carecían de dotes como las anteriormente citadas, dado que no eran comunicativos, ni colaborativos y ejercían su liderazgo de forma fría y distante sin terminar de saber muy bien qué tipo de empresa y empleados estaban gestionando.
Vía | Fortune
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