Steve Jobs tenía solo 12 años cuando llamó al cofundador de HP. Lo que sucedió después lo encaminó al éxito en Apple
Publicado el 17/03/2025 por Diario Tecnología Artículo original
¿Recuerdas lo que hacías con 12 años? Quizá andabas jugando a la consola, o echando una pachanga futbolera. O quizá los deportes no eran lo tuyo y preferías la simple introspección, matar las horas leyendo cuentos. Lo que está claro es que a los 12, mientras otros chavales se preocupaban por las clases de matemáticas o el examen de la semana siguiente, Steve Jobs tenía la cabeza en otra cosa: construir un contador de frecuencias. Pero le faltaban piezas.
Así bien, en lugar de resignarse, Jobs hizo algo que definiría su vida: buscó en las páginas amarillas el número de Bill Hewlett, cofundador de Hewlett-Packard, y lo llamó directamente para pedirle repuestos.
La llamada que cambió el destino de Steve Jobs
En nuestra cabeza, Steve Jobs siempre será un tipo con barba blanca, jersey de cuello cisne, vaqueros gastados y unas sneakers que ya son míticas. Pero antes del mito estuvo el hombre. O el chaval, mejor dicho. Steve Jobs de 12 años quería construir un contador de frecuencia, pero no podía porque no tenía las piezas. Así que se le ocurrió acudir al mismísimo Bill Hewlett. No quería causarle molestias ante alguien con una agenda tan apretada, pero tampoco se iba a quedar con las ganas.
Tal y como podemos ver en el vídeo de más arriba, aquella llamada no solo le consiguió las piezas, sino también un trabajo. Así lo describe el propio Jobs:
Contestó él mismo al teléfono. Le dije "hola, me llamo Steve Jobs, tengo 12 años, estudio en el instituto, estoy haciendo un frecuenciómetro y me faltan unas piezas, y me preguntaba si usted tenía piezas de sobra que pudiera utilizar". Rió, me dio las piezas y me ofreció un trabajo de verano montando frecuenciómetros en la cadena de montaje de HP. Estaba en el paraíso.
"Nunca encontré a nadie que no quisiera ayudarme si se lo pedía", recordaba Jobs en esta entrevista de 1994, archivada por la Silicon Valley Historical Association. Hewlett no solo le dio las piezas, sino que le ofreció un trabajo de verano montando tuercas y tornillos en contadores de frecuencia, dentro de las instalaciones de HP. Ese arrojo le valió toda una historia afiliado a la tecnología más innovadora. Tal y como prosigue:
Yo simplemente preguntaba. Y cuando la gente me llamaba a mí, buscaba siempre ser igual para dar de vuelta esa gratitud. Mucha gente no coge el teléfono, mucha gente decide no preguntar, y eso es lo que separa a la gente que acaba haciendo cosas y la que simplemente desea hacerlas. Tienes que actuar, y tienes que estar dispuesto a fracasar, a estrellarte. Si tienes miedo a fallar no vas a llegar a ninguna parte.
Esto es literal. Tanto él como Tim Cook suelen contestar los correos que reciben de la gente, sean usuarios de Apple o no.
Bill Gates, Warren Buffett y la lección de echarle narices

De hecho, la historia de Jobs no es un caso aislado. Bill Gates también encontró su camino a base de atrevimiento. A los 13 años, se escapaba de casa para pasar noches enteras programando en Computer Center Corp., una empresa local de Seattle. En aquellos días, los ordenadores eran un lujo al que pocos tenían acceso. Así fue como Gates se ganó el derecho a usar esas máquinas, reparando errores de código. "Sin ese golpe de suerte de poder programar gratis, mis primeras 500 horas, las siguientes 9.500 quizás nunca habrían pasado", confesó Gates en su autobiografía. Puedes adquirirla aquí, por cierto:
Código fuente: Mis inicios (Obras diversas)
Y luego está Warren Buffett, el magnate de Berkshire Hathaway, que a los seis años ya vendía chicles en su barrio. Otro de esos casos de éxito que a los 13 se encargaba de repartir periódicos y hasta se desgravó la bicicleta en la declaración de la renta. Pero fue su primer negocio de pinballs lo que puso la primera piedra en su camino hacia el éxito: con solo 25 dólares, montó una pequeña empresa de máquinas recreativas que vendió un año después por más de 1.000 dólares.
Pedir, actuar y no tener miedo al fracaso
Queda claro que hay un hilo conector entre todas estas historias, entre la inconsciencia de la juventud y la mirada audaz de los adultos que vieron en ellos chispas de genio y confiaron. Pero lo que conecta a estas historias no es la genialidad innata ni la suerte descomunal, sino la voluntad de actuar. Jobs, Gates y Buffett no esperaron a que las oportunidades les cayeran del cielo: las buscaron. Llamaron, pidieron y se arriesgaron a recibir un "no" por respuesta.
El propio Jobs lo resumía mejor que nadie: "Tienes que actuar. Y tienes que estar dispuesto a fallar". Una lección que vale para cualquier ambición, grande o pequeña, y que, en el caso de Jobs, le funcionó de maravilla. Terminó fundando una de las empresas más influyentes del mundo y la más valiosa de la actualidad, y todo comenzó con una llamada.
En Applesfera | Nuevos iPhone 17 - Todo lo que creemos saber sobre ellos
En Applesfera | Nuevo iOS 19 - Todo lo que creemos saber sobre él
utm_campaign=17_Mar_2025"> Isra Fdez .