Perder peso sin perder músculo es el gran reto de fármacos como Ozempic. Una proteína guarda la clave para afrontarlo

Publicado el 14/05/2025 por Diario Tecnología
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Perder peso sin perder músculo es el gran reto de fármacos como Ozempic. Una proteína guarda la clave para afrontarlo

Es habitual que a menudo nos lleguen noticias sobre esperanzadores avances científicos realizados en ratones. Estos experimentos dejan siempre una pregunta en el aire, la de si el descubrimiento puede ser aplicable a los humanos. Esto no siempre ocurre, pero a veces

Mitch. Silenciar la expresión de una simple proteína en nuestros músculos puede derivar en la pérdida de peso y, lo que es más, puede permitirnos adelgazar sin poner en riesgo nuestra masa muscular. La proteína en cuestión se denomina MTCH2 (Mitochondrial carrier homolog 2), pero ha sido apodada “Mitch” por quienes estudian el compuesto y sus efectos.

El último análisis de esta proteína y su gen asociado ha observado que su “borrado” en células humanas causa en estas una menor eficiencia energética. Lo que quizás sea más importante, este silenciado provoca que las células dejen de utilizar carbohidratos como fuente prioritaria de energía y en su lugar utilicen preferentemente grasa corporal.

Distintos combustibles. Las células de nuestro cuerpo necesitan energía y miles de millones de años de evolución han dado lugar a una serie de mecanismos biológicos que nos permiten mantener una reserva de calorías que nos permiten alimentar estas células en momentos de mayor escasez.

Estos mecanismos implican que nuestras células pueden recurrir a distintos combustibles según la situación. Si bien los carbohidratos que consumimos y las grasas que utilizamos como reserva son los principales combustibles, las proteínas de nuestro cuerpo también pueden recurrir a las proteínas como fuente alternativa, lo que puede implicar que perdamos masa muscular cuando intentamos quemar grasa, algo que ocurre con tratamientos contemporáneos como Ozempic.

De los ratones a las mitocondrias. Según explica el equipo responsable, el nuevo estudio tiene sus bases en un experimento anterior realizado con ratones que observó en los roedores una “mejora” en su composición corporal en forma de “protección” contra la obesidad y el desarrollo de más fibras musculares. Esto acompañado de un mayor consumo de un mayor consumo de oxígeno y un incremento en la resistencia.

Los resultados eran prometedores pero dejaron al equipo con una duda, la de si sería posible “inocular” al cuerpo contra la obesidad silenciando la expresión de una proteína sin que esto afectara negativamente a la masa muscular. Para buscar una respuesta, el equipo pasó a centrarse en el rol de la mitocondría, el orgánulo encargado de dotar de energía a la célula.

La clave está en el hecho de que la proteína “Mitch” desempeña un papel importante en la fusión de las mitocondrias, una fusión capaz de aumentar la eficiencia de estos orgánulos. Al silenciar la proteína, los orgánulos perderían la capacidad de recurrir a esta fusión lo que implica también una menor eficiencia y con ello una mayor necesidad de consumir recursos energéticos de nuestro cuerpo. Solo quedaba probar si esto era cierto también en las células humanas.

Menos eficiencia, más consumo. Comprobaron así que al silenciar la proteína en células humanas, la “red mitocondrial” se deshacía y, como cabía esperar, la eficiencia energética caía. Esto dejaba a la célula en un “estado permanente de privación energética”. Y lo que es más, el equipo también comprobó que esto llevaba a las células a priorizar el uso de grasas como fuente primaria de energía, en lugar de otras posibles fuentes como los carbohidratos.

“Tras borrar Mitch, examinamos, cada pocas horas, el efecto que ello tuvo en más de 100 sustancias que toman parte en el metabolismo de las células humanas”, señalaba en una nota de prensa Sabita Chourasia, coautora del estudio. “Vimos un incremento en la respiración, el proceso en el que la célula produce energía a partir de nutrientes, como carbohidratos y grasas. Esto explica el incremento en resistencia muscular de los experimentos previos en ratones.”

Los detalles del estudio fueron publicados en un artículo en la revista EMBO Journal.

Un paso intermedio. El estudio da un paso importante en el largo proceso entre los primeros resultados en modelos animales y el diseño de un tratamiento para la pérdida de peso basado en lo aprendido. En siguientes estudios, el equipo pretende dilucidar nuevos aspectos sobre el papel de Mitch en la acumulación de grasa en el cuerpo. El hecho de que las mujeres suelan tener mayores niveles de esta proteína puede ayudar a los investigadores a descubrir si Mitch también se encarga de la diferenciación de las células grasas.

En Xataka | Cada vez tenemos más claro que nuestro microbioma es clave para nuestra salud. Nuestras fuentes de proteínas también pueden alterarlo

Imagen | Weizmann Institute of Science

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