Por qué ya no es seguro cambiar las contraseñas con frecuencia

Durante décadas, una de las recomendaciones más arraigadas en ciberseguridad fue la de cambiar nuestras contraseñas con regularidad: cada 30, 60 o 90 días, dependiendo de la política de cada organización o el celo personal. Se nos enseñó que esta práctica era un pilar fundamental para proteger nuestras cuentas en línea. Sin embargo, en un giro que puede parecer contraintuitivo para muchos, los expertos en ciberseguridad han comenzado a desaconsejar esta práctica. ¿Cómo es posible que una medida tan universalmente aceptada haya pasado de ser una buena práctica a una potencialmente perjudicial? La respuesta yace en la compleja evolución del panorama de amenazas y en una comprensión más profunda de la psicología humana aplicada a la seguridad digital. Es hora de desmitificar esta vieja regla y entender por qué lo que antes considerábamos un escudo, hoy puede convertirse en una puerta trasera. Acompáñenos a explorar las razones detrás de este cambio radical en la postura de los profesionales de la ciberseguridad.

Un nuevo estudio hace saltar las alarmas: la seguridad de la IA puede burlarse en minutos

La inteligencia artificial ha trascendido el ámbito de la ciencia ficción para convertirse en una fuerza motriz de nuestro mundo, permeando desde los algoritmos que deciden qué vemos en redes sociales hasta los sistemas que diagnostican enfermedades o controlan infraestructuras críticas. La confianza en estas tecnologías crece exponencialmente, a menudo superando nuestra comprensión sobre sus limitaciones y vulnerabilidades. Justo cuando la sociedad empieza a acostumbrarse a la comodidad y eficiencia que la IA promete, un nuevo estudio emerge para agitar los cimientos de esa confianza, haciendo saltar todas las alarmas. La revelación es tan inquietante como directa: la seguridad de la inteligencia artificial puede ser burlada no en días, ni siquiera en horas, sino en cuestión de minutos.

Si usas Windows 11, cuidado: dos fallos graves están siendo usados por ciberdelincuentes en ataques masivos

En el panorama digital actual, donde la tecnología se ha entrelazado con cada aspecto de nuestra vida personal y profesional, la seguridad informática ya no es una opción, sino una necesidad imperante. Pero, ¿qué sucede cuando incluso los pilares de nuestro ecosistema digital, como el sistema operativo de nuestro ordenador, presentan vulnerabilidades críticas? La situación actual para los usuarios de Windows 11 es precisamente esa: una advertencia seria sobre dos fallos de seguridad importantes que, lejos de ser teóricos, están siendo activamente explotados por ciberdelincuentes en campañas de ataques masivos. Esto no es un simulacro, ni una hipótesis; es una realidad que exige atención inmediata y acción proactiva.