Por qué ya no es seguro cambiar las contraseñas con frecuencia

Durante décadas, una de las recomendaciones más arraigadas en ciberseguridad fue la de cambiar nuestras contraseñas con regularidad: cada 30, 60 o 90 días, dependiendo de la política de cada organización o el celo personal. Se nos enseñó que esta práctica era un pilar fundamental para proteger nuestras cuentas en línea. Sin embargo, en un giro que puede parecer contraintuitivo para muchos, los expertos en ciberseguridad han comenzado a desaconsejar esta práctica. ¿Cómo es posible que una medida tan universalmente aceptada haya pasado de ser una buena práctica a una potencialmente perjudicial? La respuesta yace en la compleja evolución del panorama de amenazas y en una comprensión más profunda de la psicología humana aplicada a la seguridad digital. Es hora de desmitificar esta vieja regla y entender por qué lo que antes considerábamos un escudo, hoy puede convertirse en una puerta trasera. Acompáñenos a explorar las razones detrás de este cambio radical en la postura de los profesionales de la ciberseguridad.