Muface pende de un hilo: DKV se une a Adeslas en su rechazo a la última licitación del Gobierno

Publicado el 09/01/2025 por Diario Tecnología
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Muface pende de un hilo: DKV se une a Adeslas en su rechazo a la última licitación del Gobierno

El modelo mutualista de Muface, que ofrece cobertura sanitaria a 1,5 millones de funcionarios y sus familias, enfrenta una de sus mayores crisis en sus 50 años de historia. La aseguradora DKV acaba de anunciar su decisión de no participar en el nuevo concierto propuesto por el Gobierno para el periodo 2025-2027.

Dado que Adeslas, otra de las principales entidades del sistema, había anunciado lo propio hace unos días, esto deja a Asisa como la única posible salvadora de un sistema que parece colapsar por su insostenibilidad económica.

DKV, que en 2024 acumuló pérdidas de 70 millones de euros debido al actual sistema, calcula que podría enfrentar pérdidas de hasta 100 millones en el nuevo contrato.

Adeslas, la mayor aseguradora de salud en España, también argumentó que la oferta gubernamental era insuficiente para equilibrar ingresos y gastos

El detonante: la infrafinanciación

Recordemos que el origen del conflicto radica en las discrepancias entre las aseguradoras y el Gobierno respecto a las condiciones económicas del nuevo concierto. La administración central propuso un incremento de primas acumulado del 33,5% en tres años, elevando el presupuesto a 4.478 millones de euros.

Aunque esta cifra supone un aumento significativo respecto al concierto anterior, las aseguradoras consideran que aún no es suficiente para cubrir los crecientes costos de las prestaciones médicas.

Las aseguradoras han señalado repetidamente que el modelo de Muface está infrafinanciado. Según DKV, en la última década el gasto sanitario per cápita en las comunidades autónomas y las mutuas colaboradoras aumentó un 60,6%, mientras que la prima ponderada de Muface solo creció un 31,6%.

Este desajuste ha generado una presión insostenible sobre las aseguradoras, que ya no ven viable mantener el servicio bajo las actuales condiciones.

Consecuencias para los mutualistas... y el sistema sanitario

La renuncia de DKV y Adeslas deja en el aire el futuro de la atención sanitaria para cientos de miles de funcionarios. Asisa, la única aseguradora que aún evalúa participar, enfrenta el reto titánico de atender a todos los mutualistas si decide quedarse en el sistema. Sin embargo, la compañía todavía no ha confirmado su adhesión y está estudiando las condiciones de la licitación.

En caso de que Asisa también decline participar, la Sanidad pública tendría que absorber a los mutualistas de Muface. Esto podría derivar en un aumento significativo de las listas de espera y una mayor presión sobre los servicios públicos de salud, ya de por sí tensionados en muchas comunidades autónomas.

El papel del Gobierno: ¿nueva licitación o replanteamiento del sistema?

Ante el abandono de DKV y Adeslas, el Ministerio de Función Pública podría optar por una tercera licitación, con condiciones más atractivas para las aseguradoras, o aceptar el colapso del modelo mutualista. Hasta el momento, el ministro Óscar López ha defendido el esfuerzo presupuestario realizado, pero las aseguradoras insisten en que las propuestas gubernamentales no son suficientes.

Mientras tanto, se ha prorrogado el concierto actual hasta abril de 2025, y se evalúa extenderlo hasta septiembre como una solución temporal. Sin embargo, esta medida no resuelve los problemas estructurales del sistema y solo aplaza una crisis que parece inevitable si no se realizan cambios profundos.

¿Hay esperanza?

  • La excepción de Muface Internacional: Aunque DKV ha decidido abandonar el concierto nacional, mantiene abierta la posibilidad de seguir gestionando Muface Internacional, donde es la única aseguradora participante. A este segmento, que atiende a mutualistas en el extranjero, se le aplican circunstancias diferentes y podría ser una oportunidad para reestructurar parcialmente el modelo.
  • El desafío de salvar un modelo en colapso: El futuro del sistema depende ahora de la capacidad del Gobierno para renegociar condiciones que satisfagan tanto a las aseguradoras como a los mutualistas. De no lograrse, el colapso del modelo podría marcar un antes y un después en la atención sanitaria de los funcionarios, con consecuencias que se extenderían al Sistema Nacional de Salud y las comunidades autónomas.

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