Los padres que permanecen cerca de sus hijos cuando crecen suelen tener estos cinco hábitos. Steve Jobs vivió los dos extremos al tener dos padres
Publicado el 10/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
La historia personal de Steve Jobs nos da una vista más allá de la paternidad "tradicional". Él experimentó tanto la ausencia total como el amor incondicional. Mientras su padre biológico permaneció como un extraño que le servía comida en su restaurante, sus padres adoptivos (Paul y Clara Jobs) construyeron con él un vínculo que perduró toda la vida.
Una de las anécdotas más reveladoras sobre la buena paternidad la encontramos en la infancia de Jobs. Cuando Steve tenía alrededor de 10 años, su padre Paul le enseñó a construir una valla alrededor de su jardín. Le explicó la importancia de construir la parte trasera de la valla, que nadie vería, con el mismo cuidado que la parte delantera. "Nadie verá que está bien hecha, pero tú sabrás que lo está", le dijo Paul. Este doble de comportamiento en los padres nos ayuda a entender mejor y de una forma práctica lo que, según los expertos, mantiene unidos a padres e hijos a lo largo de la vida.
Respetan la privacidad llamando antes de entrar
Según Pew Research Center, los padres que establecen límites claros en torno al espacio personal fortalecen sus vínculos familiares. Paul Jobs lo entendió desde el principio: cuando el joven Steve mostró interés por la tecnología, le cedió parte del garaje para sus experimentos. No era solo un espacio físico, era un mensaje de respeto y confianza. Esta lección sobre privacidad y límites es especialmente relevante cuando los hijos llegan a la adolescencia.
Tienen expectativas sensatas del éxito de sus hijos
Todos los buenos padres desean que sus hijos lleguen lejos, pero juzgar su "trabajo" basándose en expectativas poco realistas es contraproducente. Los padres adoptivos de Jobs demostraron esto cuando él decidió abandonar la universidad: aunque preocupados, respetaron su decisión y siguieron apoyándolo. Los expertos confirman que el éxito debe enfocarse más en el esfuerzo que en metas específicas como un sobresaliente o una carrera determinada.
Sólo comparten consejos si se los piden
Esta debería ser una frase vital para todos los seres humanos, porque hay demasiados consejeros en la vida. La terapeuta familiar Sarah Epstein afirma en Psychology Today que los consejos no solicitados "suelen sabotear sutilmente las conversaciones y los vínculos saludables". La historia de Jobs nos muestra dos caras de esta moneda: mientras sus padres adoptivos le dieron espacio para tomar sus propias decisiones, su padre biológico nunca se atrevió a acercarse. Estaba paralizado por lo que él llamó su "orgullo sirio", perdiendo así la oportunidad de construir cualquier tipo de vínculo.
Aceptan todas las emociones
Es esencial que los padres acepten todo el rango de emociones por las que pasan sus hijos, desde la ira hasta la felicidad. Cuando Jobs decidió buscar a sus padres biológicos en 1986, Paul y Clara Jobs no solo aceptaron sus sentimientos encontrados, sino que lo apoyaron en ese viaje emocional. Como bien explica la Universidad de Harvard, si queremos que nuestros hijos sean más inteligentes emocionalmente, debemos comunicarnos con ellos de una manera emocionalmente inteligente.
Respetan la autonomía y las decisiones de sus hijos
Como afirma el psicólogo Jeffrey Bernstein, para algunos padres parece imposible dar un paso atrás y respetar las decisiones de sus hijos, pero la base de un vínculo íntimo y de una relación saludable es el respeto. Los padres adoptivos ejemplificaron esto perfectamente: respetaron decisiones tan importantes como abandonar la universidad o buscar a sus padres biológicos. Mi madre siempre dice que ojalá aprendiéramos antes de equivocarnos, pero es equivocándonos cuando más aprendemos.
Son sus padres, no sus amigos
La experta en psicología Peg Streep lo tiene claro: "Es posible tener un vínculo estrecho entre padres e hijos adultos sin cruzar el territorio de la amistad". Paul y Clara Jobs nunca intentaron ser los mejores amigos de Steve; fueron algo más importante: fueron sus padres. Le enseñaron valores fundamentales, como cuando Paul le mostró la importancia de hacer bien incluso aquello que nadie ve, construyendo una valla en el jardín. Esta lección trascendió la simple carpintería y se convirtió en uno de los principios fundamentales que Jobs aplicaría más tarde en Apple.
La historia de Steve Jobs, con sus dos experiencias parentales tan distintas, nos recuerda que la paternidad efectiva no se trata de perfección, sino de presencia, respeto y apoyo incondicional. Mientras uno de sus padres permaneció como un extraño, los otros construyeron una relación que definió su vida a través de estos cinco hábitos fundamentales. Como padres, no podemos proteger a nuestros hijos de todos los desafíos de la vida, pero podemos crear un espacio seguro donde puedan crecer, equivocarse y aprender, manteniendo un vínculo que perdure para siempre.
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