Llevamos 25 años sabiendo que íbamos a superar los 1,5 grados de aumento de la temperatura y nos ha dado igual
Publicado el 10/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Ya a comienzos del mes de noviembre los expertos advertían que, salvo sorpresas, 2024 iba a convertirse en el año más cálido desde que tenemos registros fiables de la temperatura global (desde mediados del siglo XIX) y el primero en superar la barrera imaginaria de los 1,5º Celsius por encima de los niveles preindustriales.
1,6º. Los datos ahora confirman estas previsiones. Si acaso, las temperaturas registradas han estado ligeramente por encima de lo que se esperaba entonces. Según los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), la temperatura media global de 2024 fue de 15,10º Celsius.
Esto quiere decir que el año pasado la temperatura global se situó 1,6º por encima de la temperatura media en la era preindustrial (estimada como el promedio de la temperatura entre los años 1850 y 1900). 2024 fue un año con una temperatura también superior al promedio de las últimas décadas (entre 1991 y 2020): 0,72º superior, concretamente.
Se trata del segundo año consecutivo en el que se bate este récord. 2023 es ahora el segundo año más cálido en la serie histórica.
El papel de El Niño. El cambio climático es el más importante de los factores que han llevado a las temperaturas a este punto, pero no el único. 2023 y 2024 han sido dos años marcados por otro fenómeno importante, el de la Oscilación del Sur de El Niño.
Durante buena parte de estos dos años, ENSO se ha manifestado en su fase cálida, la de El Niño. Hace unos meses El Niño se desvaneció para dar paso a La Niña, la fase fría de este ciclo climático en la que acabamos de entrar. Esto implica que es poco probable que 2025 se convierta en el tercer año consecutivo.
Variabilidad natural. Si bien el cambio climático es el principal causante del progresivo aumento de la temperatura media atmosférica en las últimas décadas, este incremento no ha sido lineal y uniforme. Existe cierta variabilidad natural que podemos ver en gráficos como el de Copernicus y que ha contribuido a la pasividad frente al cambio climático de la sociedad. Tener en cuenta esto es central a la hora de interpretar los datos.
25 años de debate. En 2024 la variabilidad natural se sumó al cambio climático para disparar las temperaturas globales, mientras que es de esperar que en 2025 esta variabilidad contenga el aumento de las temperaturas. Esta segunda situación no es nueva: tenemos un ejemplo reciente en los primeros años de este siglo.
El cambio de siglo estuvo marcado por un evento de El Niño de particular intensidad, ocurrido entre los años 1997 y 1998. Este último año la temperatura media atmosférica se situó cerca del grado por encima del periodo preindustrial. Durante años, las temperaturas anuales se mantuvieron en una suerte de valle delimitado por aquel evento, algo que, en apariencia, parecía indicar que las temperaturas globales habían tocado techo y no se acercarían al límite del grado y medio (límite que por aquel entonces aún no había sido acordado por la comunidad internacional).
El “hiato” climático fue estudiado por los climatólogos en la época y también sirvió a muchos escépticos para nutrir su argumentario. Sin embargo, aquel impás pronto se reveló como poco más que un espejismo: según nos indican los datos de Copernicus, las temperaturas globales anuales no han dejado de estar un grado por encima del promedio preindustrial desde 2014
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