Los hosteleros del País Vasco francés se las prometían felices. Hasta que llegaron los turistas de bocata y pícnic

Publicado el 25/08/2025 por Diario Tecnología
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Los hosteleros del País Vasco francés se las prometían felices. Hasta que llegaron los turistas de bocata y pícnic

"¡Nunca había visto tanta gente haciendo picnic en la playa!" La frase es de Sébastien Méric, gerente de la Taverne Basque, un restaurante de Saint-Jean-de-Luz, en Nueva Aquitania (Francia), y aunque a priori pueda parecer un comentario positivo oculta un sentimiento que preocupa tanto a los hosteleros de esta villa de los Pirineos Atlánticos como a los de otros destinos de España: llegan (casi) tantos turistas como en 2024, pero se lo piensan mucho más a la hora de sus carteras.

Y eso es un problema.

¿Qué ha pasado? Que con la campaña de verano ya avanzada, los hosteleros de San Juan de Luz, una pequeña comuna de Francia famosa por sus playas, puerto y arquitectura tradicional, reconocen tener un sabor agridulce. No se trata tanto de que los turistas hayan dejado de visitar el pueblo como de que ya no lo hacen con la misma alegría. Así se lo reconocían hace poco algunos profesionales al diario Sud Ouest, al que admiten su inquietud ante lo que se promete un verano "mediocre".

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¿Y eso por qué? Para empezar porque julio ha dejado un pinchazo en la afluencia de turistas. Según la Agencia Departamental de Turismo de los Pirineos Atlánticos, el mes pasado el flujo de visitantes en el País Vasco francés descendió un -1%, una caída que fue incluso más pronunciada si hablamos de pernoctaciones (-4%). En el conjunto de los Pirineos Atlánticos la demanda se mantuvo estable (+1%) gracias en parte a una meteorología más cálida y seca de lo habitual.

Sud Ouest precisa que, según el barómetro turístico de julio, San Juan de Luz perdió unos 55.000 visitantes, una caída que se relaciona en gran medida con la menor afluencia de visitantes de otras partes de Europa con respecto al año pasado (holandeses, españoles o alemanes) pero también de viajeros procedentes de otras regiones del propio país, como París o el departamento de Hauts-de-Seine.

Desde el Ayuntamiento de San Juan de Luz restan importancia en cualquier caso a ese descenso de visitantes, que relacionan con factores circunstanciales. "El tiempo ha sido impredecible y las playas han estado cerradas por medusas", aclara el organismo, "es mejor esperar al final del verano para sacar conclusiones".

¿Hay algo más? Sí. Y esa es quizás la idea más interesante que comentan los hosteleros de la región a Sud Ouest. Más allá de los vaivenes en la afluencia de viajeros lo realmente curioso es que los negocios perciben una contracción en el gasto. "Antes hacíamos una parrillada de langosta por 100 euros, ahora hacemos chuletones con salsa de queso azul por tres veces menos", confiesa un restaurante, que recuerda que este es el segundo verano que no cumple las expectativas.

"El año pasado pensamos que era por los Juegos Olímpicos o las fiestas de Bayona, que coinciden con las de Pamplona, pero este año es igual". A no mucha distancia de su establecimiento Méric, gerente de otra taberna, detecta nuevos hábitos entre los veraneantes. "¡Nunca había visto a tanta gente haciendo picnic en la playa!". Un tercer local precisa que este año se ha encontrado con un "exceso de plantilla".

¿Y cuál es la razón? La gran pregunta. La Agence du Tourism 64 percibe "por primera vez en muchos años" un descenso en la afluencia de los clientes con alto nivel de ingresos (-2%) en el País Vasco francés, una tendencia que el organismo cree compensada por un alza en igual medida de la clientela de clase media. La prensa regional apunta otras hipótesis, como un descenso en el poder adquisitivo de los turistas o los cambios en la legislación que regula los pisos para turistas.

La nueva norma pone ciertos límites al alquileres vacacionales de segundas residencias, lo que limita su oferta y obliga a los turistas a echar mano de hoteles en los que el precio medio por noche en temporada alta, desliza Sud Ouest, puede rondar perfectamente los 170 euros. Un mayor gasto en el alojamiento dejaría a los visitantes (sobre todo a las familias) con menor margen a la hora de permitirse otros extras durante sus vacaciones, como comidas o cenas en restaurantes.

¿Por qué es importante? Si bien Saint-Jean-de-Luz se sitúa en Francia sus datos y sobre todo el testimonio de sus hosteleros son interesantes porque nos muestran otra perspectiva del turismo. Una que no es exclusiva de los Pirineos Atlánticos. El último balance del INE revela un alza considerable en el gasto total de los turistas internacionales (+5,5%) y del gasto medio diario, pero en algunas regiones hay también hosteleros que han alertado de una bajada de facturación.

Lo hacían hace poco en Diario de Mallorca, los hosteleros de Port de Sóller, en Mallorca, donde han detectado un pinchazo de la demanda en plena temporada alta. "Hemos pasado de no tener trabajadores a que nos sobren", admite el dueño de dos restaurantes que ha tenido que prescindir de empleados. "Esto es un efecto rebote tras la locura que hubo después del covid. Volvemos a la situación que teníamos antes de la pandemia, pero con márgenes mucho más estrechos”.

Imágenes | Office de Tourisme Pays Basque (Flickr) y Cylk34 (Flickr)

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