Las tecnológicas rompen la hucha: sueldos de escándalo para los "cracks" de la inteligencia artificial.

Publicado el 17/09/2025 por Diario Tecnología
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Las tecnológicas rompen la hucha: sueldos de escándalo para los "cracks" de la inteligencia artificial.

Imagina que tienes 24 años, estás a punto de terminar tu doctorado y de repente recibes una llamada. Al otro lado de la línea está Mark Zuckerberg. Quiere que te unas a Meta para trabajar con ellos y te pone sobre la mesa un paquete de compensación de unos 125 millones de dólares en cuatro años. ¿La respuesta? Un "no, gracias".

Esta no es una historia de ciencia ficción, sino que ocurrió en la realidad y con un protagonista: Matt Deitke. Un joven investigador que prefirió continuar con su startup en lugar de apostar por Meta, algo que parece una auténtica locura para muchos. Pero la historia no acaba ahí. Zuckerberg no se rindió, se reunió personalmente con él y Meta volvió con una contraoferta casi imposible de rechazar: alrededor de 250 millones de dólares por cuatro años. Deitke, tras consultarlo con sus colegas, aceptó.

La punta de iceberg. Esta anécdota, destapada por parte de The New York Times, es la punta del iceberg de una de las guerras de talento más feroces y desorbitadas que ha habido en Silicon Valley. La carrera por la inteligencia artificial ha convertido a un pequeño grupo de investigadores en estrellas de rock, con sueldos, agentes y estrategias de negociación que ya se comparan con las de los deportistas de élite de las ligas de fútbol o de la NBA. 

El mercado de la IA. La analogía con los grandes equipos deportivos no es una gran exageración. Los jóvenes investigadores son cortejados como si fueran Steph Curry o LeBron James, con paquetes salariales de nueve cifras para poder firmar un fichaje. Algo que también podemos ver hasta en el mundo de fútbol con los grandes fichajes que hacen equipos como el Real Madrid o Barcelona. 

La gran diferencia, y lo que dispara las cifras a niveles estratosféricos, es que a diferencia de las ligas deportivas, las tecnológicas como Meta, OpenAI y Google no tienen topes salariales.

Redes sociales. Esta "mercantilización" del talento ha llegado a las redes sociales. Cuentas como TBPN, que cubre el mundo tecnológico con un estilo similar al de ESPN, publican gráficos de "fichajes" cada vez que un investigador cambia de empresa, como si de un traspaso entre equipos se tratara.

Jordi Hays, copresentador de TBPN, lo explicaba al NYT: la gente sigue estos movimientos "de la misma forma que nuestros amigos del colegio se obsesionan con los deportes: las personalidades, los jugadores, las ligas".

Tácticas de fichaje. A la hora de implicarse en estos fichajes, las grandes personalidades de las empresas tech han bajado hasta el departamento de recursos humanos para implicarse directamente. Uno de los ejemplos es Mark Zuckerberg que se ha implicado personalmente, enviando mensajes y haciendo llamadas a los candidatos que contaban con un currículum modélico. 

Su lógica, según los empleados de Meta, es simple: para una empresa que roza los 2 billones de dólares de capitalización, gastar millones en el mejor talneto del mundo le sale muy rentabl si consiguen aumentar los ingresos aunuque sea un 0,5%. Todo ello contando con sueldos de hasta nueve cifras. 

La lista. Para identificar a estos talentos, Zuckerberg se ayuda de lo que internamente se conoce como "La Lista", un documento con los nombres de las mentes más brillantes en IA. Según informó The Wall Street Journal por primera vez, para entrar en esta lista se suelen requerir tres cosas: un doctorado en un campo relacionado con la IA, experiencia en un laboratorio de primer nivel y haber contribuido a avances significativos en la investigación.

Pero el dinero no lo es todo. Meta también ofrece un cebo irresistible para cualquier investigador: potencia de computación. A algunos candidatos se les ha prometido el acceso a clústeres de hasta 30.000 GPUs, los chips especializados que son el motor de la IA y cuyo acceso es extremadamente limitado y codiciado.

Chats privados. Lejos de ser actores pasivos, los investigadores han aprendido a jugar sus cartas. Según el NYT, muchos de los que están en "La Lista" han creado grupos privados en Slack y Discord. Cuando uno de ellos recibe una oferta, comparte los detalles con el resto para pedir consejo y trazar una estrategia. Se pasan información sobre qué empresa podría hacer una contraoferta para así inflar su precio final, actuando como un sindicato informal.

Esta dinámica está empezando a hacer daño a compañías como OpenAI. Mark Chen, su director de investigación, admitió en una reunión interna que, aunque están contraofertando, no pueden igualar las cifras más altas de Meta. Su argumento para retener talento es apelar a la misión: "Personalmente, creo que para trabajar aquí, tienes que creer en el potencial de OpenAI".

Viene de lejos. Aunque las cifras actuales parecen de otro planeta, esta guerra no es nueva. El pistoletazo de salida se dio en 2012, cuando Google pagó 44 millones de dólares para adquirir la startup de tres académicos de la Universidad de Toronto, entre ellos Geoffrey Hinton, uno de los "padrinos" de la IA.

Pero lo que verdaderamente es relevante aquí es que la escasez de este tipo de talento es el motor que mueve esta tendencia. El número de personas con la experiencia necesaria para trabajar en los modelos de IA más avanzado es mínimo y saben que tienen la sartén por el mango y las tecnológicas están dispuestas a pagar lo que sea necesario para no quedarse atrás en la que consideran la revolución tecnológica más importante de nuestra era. 

Imágenes | ThisisEngineering Dima Solomin 

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