La moda de la "Historia aburrida": los vídeos automatizados con IA están reescribiendo el pasado en YouTube
Publicado el 04/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
En los últimos meses, YouTube se ha llenado de un fenómeno tan curioso como inquietante: los llamados vídeos de "Historia aburrida".A simple vista parecen inofensivos: narraciones monótonas sobre una amplia gama de curiosidades históricas, todo acompañado de imágenes supuestamente históricas y con una voz en inglés británico que invita al sueño.
Pero tras esa fachada relajante se esconde un engranaje mucho más problemático: la mayoría de estos vídeos son generados de manera automática, casi industrial, por aplicaciones de inteligencia artificial.
El boom del 'slop' histórico
El fenómeno no es aislado ni marginal. En apenas unos meses han surgido decenas de canales con nombres casi intercambiables (Sleepless Historian → “El historiador insomne”, Boring History Bites → “Bocados de historia aburrida”, History Before Sleep → “Historia antes de dormir”, Historian Sleepy → “El historiador somnoliento”...) que comparten un mismo patrón: vídeos interminables (muchos superan las tres horas), narrados con voces sintéticas que imitan un acento británico académico, y que abordan temas diseñados para captar clics.
Los títulos lo dicen todo: “Unusual Medieval Cures for Common Illnesses” ("Curaciones medievales inusuales para enfermedades comunes"), “The Entire History of the American Frontier” ("Toda la historia de la frontera americana"), o incluso “What It Was Like to Visit a Brothel in Pompeii” ("Cómo era visitar un burdel en Pompeya"). Se trata de cebos irresistibles para quienes buscan curiosidades históricas o simplemente un acompañamiento para que suene de fondo mientras intentas.
Detrás de esta avalancha está, indirectamente, el propio algoritmo de YouTube, que prioriza tres factores: duración, frecuencia de publicación y capacidad de retención.
Las inteligencias artificiales cumplen esos requisitos con una eficiencia imposible para un creador humano: donde un historiador necesita semanas para leer bibliografía, diseñar un guion y grabar, la IA puede generar horas de material diario, remezclando información superficial obtenida online. ¿El resultado? Un río constante de contenido que inunda las recomendaciones, desplazando a vídeos más elaborados.
Además, estos canales no solo producen a gran escala, sino que también se retroalimentan entre sí: muchos comparten o republican los mismos vídeos con pequeñas variaciones, creando un enjambre de clones que multiplica su presencia en las búsquedas.
En algunos casos, incluso utilizan comentarios automatizados para reforzar la ilusión de comunidad: mensajes de "agradecimiento" supuestamente escritos por soldados en el frente u oyentes insomnes que aseguran que estos vídeos les cambian la vida. En realidad, son perfiles falsos que funcionan como propaganda encubierta del propio canal.
El contraste con los divulgadores tradicionales es abismal. Pete Kelly, del canal History Time, dedica medio año a investigar un solo vídeo: consulta hasta veinte libros, revisa artículos académicos, viaja a yacimientos arqueológicos y cuida cada detalle visual.
Frente a ese esfuerzo, un canal de "historia aburrida" puede subir una producción de cinco horas cada día y, gracias al algoritmo, alcanzar rápidamente cientos de miles de suscriptores.
En suma, el boom del 'slop' histórico no responde al interés genuino por el pasado, sino a una lógica puramente algorítmica: maximizar tiempo de visualización con el menor coste posible.

Voces sintéticas, historia falsa
Pete Kelly reconoce que sus visualizaciones han caído a la par que crecían los canales de "historia aburrida". Él mismo sospecha que algunas de estas IAs han sido entrenadas con su propia voz y estilo narrativo. Tanto, que ahora recibe comentarios acusándolo de ser un narrador artificial. Su respuesta ha sido aparecer en cámara para demostrar que sigue siendo de carne y hueso.
Otros, como el antropólogo aficionado detrás de Ancient Americas, intentan contrarrestar la avalancha con transparencia: bibliografías extensas, fuentes citadas y materiales visuales acreditados. Sin embargo, incluso ellos admiten que el ruido de la IA dificulta llegar a nuevos públicos.
En paralelo, algunos creadores migran a otros formatos —podcasts, Patreon, plataformas de audio— buscando espacios menos saturados. Otros, como The French Whisperer, directamente han diversificado para no depender de YouTube, al que consideran cada vez más contaminado.
Más allá de esta 'competencia desleal', el verdadero peligro es la manera en que estas producciones alteran la historia: deforman el conocimiento histórico de los usuarios con relatos simplificados, superficiales y, en muchos casos, directamente falsos.
El problema se agrava porque estos vídeos no se presentan como ficción, sino como historia educativa y, con el tiempo, pueden acabar filtrándose en la memoria colectiva. Al fin y al cabo, si eso ya pasaba desde mucho antes de la IA, de YouTube y de Internet (¿cuánta gente sigue pensando que fue Colón quien demostró a sus contemporáneos que la Tierra no era plana?), os podéis imaginar el potencial problemón que tenemos por delante.
Vía | 404 Media
Imagen | Marcos Merino mediante IA