La industria que quiere venderte "juventud" en polvo: cómo el colágeno se ha convertido en una obsesión global
Publicado el 08/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
El mito de la belleza eterna ha recorrido la historia humana desde tiempos inmemoriales. Empezando por Narciso perdiéndose en su propio reflejo, hasta el pacto de Dorian Gray con el diablo para que su rostro nunca cambiara. Llegando a la obsesión extrema retratada en la comedia negra de los noventa La muerte le sienta tan bien, con Meryl Streep y Goldie Hawn bebiendo una pócima que les prometía juventud eterna.
Hoy ese culto a la juventud no necesita espejos mágicos ni retratos malditos. Basta con una cucharada en el café, una crema de noche o una cápsula con sabor a frutos rojos, todo tiene en común una fórmula “antiaging”: el colágeno.
La tendencia que todo acapara. El colágeno es la proteína más abundante del cuerpo humano, pero con el paso del tiempo, su producción natural disminuye, lo que contribuye a la aparición de arrugas, flacidez y molestias articulares. Por este motivo, en los últimos años se ha intensificado su popularidad. Además, todo está interrelacionado: el auge global de la cosmética coreana, también conocida como K-beauty, ha contribuido a reforzar esta tendencia.
Según Vogue, la primera ola de K-beauty en la década de 2010 introdujo rutinas centradas en el cuidado de la piel —como la doble limpieza o las bases cushion— y conquistó al público occidental con fórmulas innovadoras, accesibles y culturalmente atractivas. Ahora, una segunda ola ha llegado, expandiendo la influencia coreana al maquillaje híbrido y funcional, donde ingredientes como el ácido hialurónico o la niacinamida conviven con pigmentos. Este enfoque centrado en la piel ha creado el terreno perfecto para que ingredientes como el colágeno —presente en cremas, sueros y suplementos— se conviertan en sinónimo de “buena piel”.
Un impulso aún más grande. Y es que el impacto de las redes sociales ha amplificado la tendencia, sobre todo, en Tik Tok. El punto es que ha dejado de ser una curiosidad médica para convertirse en un elemento habitual en la dieta y el autocuidado cotidiano, promovido por influencers, celebridades y campañas de marketing que prometen revertir los signos del envejecimiento. En este contexto, la obsesión con "verse bien" ha dado lugar a una avalancha de rutinas, productos y tratamientos. Desde inyecciones hasta polvo soluble, el colágeno se ha vuelto omnipresente. Esta presión estética, amplificada por filtros y algoritmos, alimenta una ansiedad creciente por no mostrar signos de edad.
El envejecimiento tiene género. La exigencia por “mantenerse joven” recae de forma desproporcionada sobre las mujeres. Como han señalado en Psychology Today, la industria del antienvejecimiento está dirigida casi exclusivamente a ellas, reforzando la idea de que su valor está directamente ligado a su apariencia. Mientras que los hombres pueden “madurar” o volverse “interesantes con arrugas”, a las mujeres se les exige detener el tiempo. La invisibilidad social y profesional que muchas experimentan a partir de cierta edad es una realidad ampliamente documentada. En este sentido, el colágeno no es solo un suplemento, sino también un símbolo de la presión que impone la sociedad sobre el cuerpo femenino.
Hay mucho escepticismo. Frente a tantas promesas, la ciencia pide cautela. El doctor Afshin Mosahebi, profesor de cirugía plástica en el University College de Londres, ha sido tajante en The Guardian: “La ciencia es dudosa”, y no existen estudios a gran escala ni revisados por pares que respalden las afirmaciones más ambiciosas sobre los suplementos de colágeno. Además, ha aclarado que su consumo no garantiza beneficios visibles: “Cuando comes algo, no llega directamente a tu piel”. Basta con ingerir proteína de calidad para obtener los aminoácidos necesarios.
Por otro lado, según BBC, algunos estudios han apuntado a beneficios modestos para la elasticidad de la piel o la salud articular, pero muchos son pequeños, mal diseñados o financiados por las propias marcas.
¿Milagro o marketing? El boom del colágeno ha dado paso a una industria millonaria. Marcas de belleza y salud han lanzado líneas completas de productos que prometen restaurar el colágeno perdido con la edad. Esta fiebre incluyedesde cremas antiarrugas hasta inyecciones, tratamientos intravenosos y polvo para disolver en el café. Pero no se queda ahí: una de las últimas tendencias son los exosomas, pequeñas vesículas celulares que supuestamente estimulan la producción de colágeno desde dentro. Aunque prometen ser la próxima revolución cosmética, su efectividad aún está en estudio.
La idea de seguir estirando el chicle del colágeno no tiene freno. La novedad se centra en el colágeno vegetal (“plant-based”), el colágeno hidrolizado y los péptidos de colágeno. Sin embargo, la evidencia científica que respalde sus beneficios sigue siendo escasa o contradictoria.
¿Y si envejecer no fuera un problema? Cuidar la piel, comer bien y mantenerse saludable es importante. Sin embargo, también lo es aceptar que el paso del tiempo es inevitable. Como ha apuntado el propio Dr. Mosahebi en The Guardian, lo que más influye en cómo envejecemos es la genética y el estilo de vida: “Evitar el sol, no fumar, hidratarse, mantener una dieta rica en proteínas y usar productos como el ácido hialurónico son medidas más efectivas que cualquier suplemento”.
Quizás el colágeno no sea el elixir de la juventud, sino el reflejo de una sociedad que busca detener el reloj a toda costa. Y tal vez, el verdadero reto esté en normalizar el envejecimiento tanto como hemos aprendido a celebrar la belleza. Como decía una de las protagonistas de La muerte le sienta tan bien, después de beber su elixir de juventud eterna: “¿Te das cuenta de lo competitivo que es esto? La vida, la juventud, la belleza…”
Imagen | Pexels
utm_campaign=08_Jun_2025"> Alba Otero .