La cuenca hidrográfica que más está sufriendo los estragos de la sequía es una inesperada: la de Galicia
Publicado el 08/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
El verano está pasando factura a los embalses españoles y, pese a que las cuencas hidrográficas mantienen una buena salud, algunas de estas áreas han visto cómo sus reservas han ido mermando notablemente. Esto ha llevado a repetir un escenario ya familiar: restricciones al consumo.
Primeras restricciones. Galicia es un ejemplo de ello. En esta Comunidad han sido varios los concellos, especialmente en los ubicados al sur de Pontevedra, que han anunciado restricciones al uso de agua. Las medidas implementadas difieren según el caso, pero incluyen prohibiciones al uso de agua de riego, llenado de piscinas o lavado de coches, informaba la Cadena SER.
El problema afecta a más zonas del noroeste, no solo a Galicia. Según informa el diario El Comercio, algunos municipios y parroquias de Asturias han anunciado ya la implementación de medidas de este tipo para forzar el ahorro de agua. Estas medidas, explica la prensa local, afectan solo a los “grandes consumos”, como las piscinas y el lavado de vehículos, de forma similar a las anteriores.
Las restricciones han llegado incluso a algunos municipios de la provincia de León, especialmente en la comarca de Laciana, informaba también la prensa local. El consistorio de Ayuntamiento de Villablino ha sido el que ha dado la voz de alarma, anunciando restricciones al uso doméstico.
Las cuencas gallegas. Los datos publicados esta semana sobre el estadio de los embalses confirman una preocupante tendencia en buena parte de las cuencas del noroeste de la Península. Esto es especialmente notorio en las cuencas de la costa de Galicia la única cuenca al norte del Júcar por debajo del 60 % de su capacidad, con sus pantanos llenos al 58,5% en promedio (400 hm³ en total). A finales de mayo, estos embalses superaban el 80% de su capacidad.
¿Cuestión de tamaño? Hay dos factores que explican este rápido descenso. El primero es un verano duro: el mes de junio fue un mes extremadamente cálido en España, también seco (siendo Galicia una de las áreas más secas dentro de la Península). Aunque el mes de julio fue algo más húmedo, la mayor parte de las precipitaciones se concentraron en el oeste peninsular.
El segundo es que estamos hablando de una cuenca hidrográfica pequeña, la sexta de menor tamaño, con una capacidad de 490 hm³, una pequeña fracción de la capacidad de cuencas vecinas como la del Miño-Sil (3,030 hm³) o el Duero (7.602 hm³). Menor tamaño implica mayor variabilidad, menos capacidad para absorber shocks y cambios.
Por debajo de 2024. Aunque la situación no sea tan llamativa en el resto de cuencas gallegas, hay un detalle que comparten todas las cuencas del noroeste (Cantábrico occidental, Duero, cuencas gallegas y Miño-Sil): todas tienen ya menos agua de la que tenían el año pasado por estas fechas.
La diferencia es más acusada en las cuencas pequeñas: los embalses de la costa gallega guardaban esta semana el año pasado 483 hm³, lo que implica una caída del 17,2%, mientras que los del Cantábrico occidental han pasado de 430 a 357 hm³, casi un 17% menos.
En contraste, la del Miño-Sil pasó de los 2.506 a los 2.403 (un 4,1% menos), y la del Duero de 5.993 a 5.766 hm³ (un 3,8% menos). En promedio, las cuencas peninsulares tienen un 14,9% más de agua que el año pasado por estas mismas fechas.
Queda verano por delante. Aún quedan casi dos meses para el fin del año hidrológico. Este cambio de año se da entre los meses de septiembre y octubre, momento en el que las precipitaciones otoñales suelen cambiar la tendencia descendiente en la reserva propia de los meses de verano.
Imagen | vjgalaxy
utm_campaign=08_Aug_2025"> Pablo Martínez-Juarez .