Hemos visto nacer un planeta cinco veces más grande que Júpiter: la alucinante imagen del VLT que ya es historia de la astronomía
Publicado el 28/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Un equipo internacional de astrónomos ha logrado lo que equivale a una ecografía cósmica: han obtenido la primera imagen de un planeta gigante gaseoso en pleno proceso de formación, incrustado en medio de un disco de polvo y gas con múltiples anillos. El sistema, llamado WISPIT 2b, se ha convertido de la noche a la mañana en el laboratorio perfecto para entender cómo nacen los planetas, incluido, quizás, nuestro propio Júpiter.
Una fotografía cazada en el mejor momento. El descubrimiento, publicado en dos artículos simultáneos en The Astrophysical Journal Letters, no solo nos muestra el planeta WISPIT 2b, un gigante de unas cinco veces la masa de Júpiter, sino que lo ha "pillado con las manos en la masa".
Lo han detectado emitiendo el brillo característico del hidrógeno sobrecalentado, la prueba definitiva de que está atrayendo activamente material del disco que lo rodea para seguir creciendo. Y por si fuera poco, hay indicios de un segundo planeta aún más masivo.
Un disco de vinilo cósmico. La primera pieza de este puzzle la aporta el instrumento SPHERE del Very Large Telescope (VLT) en Chile, donde se observó la estrella WISPIT 2, una análoga solar joven (de apenas cinco millones de años) situada a unos 133 años luz de nosotros. Lo que encontraron fue espectacular: un extenso disco protoplanetario de 380 unidades astronómicas (UA) estructurado en cuatro anillos concéntricos, como los surcos de un disco de vinilo.
La teoría de la formación planetaria predice que los planetas masivos, al orbitar su estrella, "limpian" su camino gravitacionalmente, creando huecos en el disco de gas y polvo. Y precisamente, en el hueco más prominente entre el segundo y tercer anillo, a unas 57 UA de su estrella, se encontraba un punto de luz: WISPIT 2b.
Un descubrimiento que tuvieron que volver a confirmar. Para asegurarse de que no era una estrella lejana de fondo, el equipo realizó observaciones en cuatro momentos distintos a lo largo de casi dos años. Los resultados fueron concluyentes: el objeto se movía junto a la estrella, siguiendo una órbita kepleriana consistente con su posición en el hueco del disco.
El análisis de su brillo en diferentes longitudes de onda del infrarrojo (bandas H y Ks) permitió estimar su masa en aproximadamente 4,9 veces la masa de Júpiter. Se trata de la primera detección inequívoca de un planeta en un disco con múltiples anillos, confirmando de forma directa la interacción entre el planeta y el disco que lo forma.
Una segunda prueba definitiva. Si la primera investigación fue la foto del crimen, la segunda, liderada por Laird M. Close, es la confesión grabada en vídeo. Utilizando el avanzado sistema de óptica adaptativa MagAO-X en el Telescopio Magallanes, también en Chile, observaron el sistema en una longitud de onda muy específica: la del H-alfa (656,3 nm).
Esta emisión es una firma inconfundible del acrecimiento, el proceso por el cual un planeta atrae gas de su entorno. Cuando el gas de hidrógeno cae hacia el planeta, se comprime y se calienta a miles de grados, emitiendo un característico resplandor rojizo. Y WISPT 2b estaba brillando intensamente en H-alfa.
Ya sabemos su velocidad de crecimiento. Esta detección no solo confirma sin lugar a dudas que WISPIT 2b es un protoplaneta en crecimiento, sino que permitió al equipo calcular a qué ritmo está recolectando materia: 2.25×10−12 masas solares por año. Es un ritmo lento pero constante, que nos ofrece una ventana única a las etapas finales de la formación de un gigante gaseoso.
Este hallazgo convierte a WISPIT 2b en uno de los poquísimos protoplanetas (junto a los famosos PDS 70b y c) de los que se tiene evidencia directa de acreción, es decir, que van creciendo gradualmente usando materia externa.
Un segundo planeta y un misterio de inclinación. Las sorpresas no terminan ahí. Los datos de alta resolución del equipo de MagAO-X revelaron un segundo objeto candidato mucho más cerca de la estrella, a unas 15 UA. Bautizado como CC1 (Close Companion 1), este objeto es extremadamente rojo y su brillo es consistente con un planeta de unas nueve veces la masa de Júpiter.
Además, los investigadores han señalado una curiosa coincidencia estadística. Contando a WISPIT 2b, ya son cuatro los sistemas con protoplanetas detectados por su emisión H-alfa. Sorprendentemente, todos ellos tienen una inclinación muy similar respecto a nuestra línea de visión (entre 37° y 52°). La probabilidad de que esto ocurra por pura casualidad es de solo un 1% (una significancia de 2,6σ).
Por qué es tan importante WISPIT 2b. Hay varias razones detrás. La primera de ellas es que demuestra visualmente que los planetas gigantes gaseosos pueden formarse a grandes distancias de su estrella y que son responsables de esculpir los huecos en los discos protoplanetarios. Pero lo interesante es que se ha convertido en un laboratorio único, ya que al ser un sistema tan "limpio" y bien definido, permite estudiar la interacción planeta-disco con un detalle sin precedentes.
Un análogo de nuestro pasado: La estrella es similar a nuestro Sol en su infancia, por lo que estudiar WISPIT 2 es como mirar una instantánea de cómo podría haberse formado nuestro propio sistema solar. Es por ello que el siguiente paso será apuntar a WISPIT 2b con el Telescopio Espacial Jame Webb y el observatorio ALMA. Con ellos, se podrá analizar la atmósfera del planeta y analizar los secretos químicos que puede ocultar.
utm_campaign=28_Aug_2025"> José A. Lizana .