He corrido durante semanas con unas gafas que proyectan datos en mi campo de visión. El futuro del running tendrá que esperar
Publicado el 19/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hace un par de meses descubrí las Engo 2, unas gafas deportivas que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Incorporan un microproyector OLED junto al puente nasal que, como el HUD (Heads Up Display) de un coche, proyecta datos de nuestra actividad directamente en nuestro campo de visión.
La promesa es tentadora: eliminar ese gesto tan habitual de mirar el reloj mientras corremos. También sirven para los ciclistas, pero ese no es mi caso.
Qué son y de dónde vienen. La tecnología tras estas gafas tiene pedigrí militar. Vienen de MicroOLED, líder en micropantallas OLED fuera de Asia y proveedor habitual de sistemas de visualización para ejércitos occidentales. Han adaptado su experiencia en HUDs militares al deporte, creando unas gafas que aspiran a parecer normales. Aspiran.
Primer contacto y configuración. El unboxing es el de un producto premium:
- Estuche rígido de protección.
- Cable de carga magnético (sí, otro más para la colección).
- Accesorios de limpieza.
- La versión fotocromática que probé, con lentes que se adaptan a la luz.
La configuración inicial requiere más paciencia de la que esperaba:
- Descargar la app ActiveLook.
- Vincular las gafas por Bluetooth.
- Conectarlas al dispositivo deportivo (Apple Watch y iPhone en mi caso).
- Ajustar la posición de la pantalla virtual.
Este último paso es clave. Lo aprendí por las malas: mi primera salida fue un desastre intentando colocar bien cuello y mirada para poder ver una pantalla mal ajustada.
La experiencia visual. La pantalla virtual aparece como un rectángulo amarillo-anaranjado en tu campo de visión derecho. Es sorprendentemente visible en cualquier condición de luz, desde carreras nocturnas hasta días de sol intenso en Valencia. Da la sensación de flotar a unos 30 centímetros de tu cara, un poco por encima del ojo.
Puedes configurar hasta tres métricas simultáneas por pantalla:
- Tiempo total de actividad
- Distancia recorrida
- Ritmo actual y medio
- Velocidad actual y media
- Frecuencia cardíaca actual y media
- Cadencia de carrera
- Hora del día
- Estado de la batería
El dilema fotocromático. La versión que probé es la fotocromática, que sobre el papel parece ideal: se adapta automáticamente a la luz ambiente, permitiendo usar las mismas gafas de día y de noche. Pero tiene un inconveniente importante: cuando los cristales están claros, el módulo tecnológico es demasiado visible. Yo hubiese escogido un modelo tradicional, con cristales siempre opacos.
Curiosamente, en una tirada larga de 31 kilómetros con día nublado, los cristales acabaron completamente opacos. El proceso de oscurecimiento es más gradual de lo que parece.
- Si te gusta salir a correr de noche o vives en una zona donde el cielo nublado sea lo habitual, la opción fotocromática es una buena opción.
- Si no es tu caso y sueles salir a correr bajo el sol, los modelos tradicionales serán más discretos.
Uso diario y rendimiento. La batería cumple su promesa de 12 horas. En unas semanas de uso esporádico, con unos 90 kilómetros acumulados incluyendo esa tirada de 31 km, solo he necesitado cuatro recargas.
El control gestual para cambiar entre pantallas de datos funciona sorprendentemente bien. Un sensor detecta el movimiento de tu mano frente a las gafas. Sin embargo, acabé usando principalmente una sola pantalla con ritmo, distancia y tiempo. Cambiar datos mientras corres requiere más concentración de la deseable.
Los puntos fuertes:
- Visualización clara en cualquier condición de luz.
- Batería duradera.
- Comodidad sorprendente en uso prolongado.
- Buena integración con Strava Live Segments en Apple Watch.
- Control gestual preciso.
Los puntos débiles:
- La app ActiveLook es demasiado básica.
- Sin soporte para entrenamientos estructurados.
- Módulo muy visible en la versión fotocromática.
- Precio elevado (300-350€) para las funciones actuales.
- Soporte para Garmin o Apple Watch, pero no para Coros, Polar, etc.
Mirando al futuro. Las Engo 2 son un vistazo al futuro del running, pero ese futuro aún necesita madurar. El potencial es enorme: imagino futuras versiones con pantallas más grandes, mapas de navegación, métricas avanzadas de técnica de carrera y realidad aumentada para marcar rutas. Y por supuesto, auriculares Bluetooth incorporados, y tan bien resueltos como los de las Ray-Ban Meta.
Por ahora, son recomendables solo para early adopters con presupuesto holgado (hay quien gasta casi lo mismo en unas gafas de sol al uso, sin pantalla alguna) o usuarios de Apple Watch obsesionados con Strava. El resto probablemente deberíamos esperar a una futura iteración, cuando el software madure y el hardware sea más discreto.
Veredicto final. Las Engo 2 son un producto fascinante que resuelve un problema que no sabías que tenías. Eliminar la distracción de mirar el reloj mejora bastante la experiencia de correr, pero su precio y las limitaciones del software hacen difícil recomendarlas para el corredor medio. Aún más difícil para el avanzado.
Son el futuro, sí, pero quizás deberíamos esperar a que ese futuro llegue del todo.
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Engo. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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