Hay decenas de chatbots IA intentando sustituir a los psicólogos humanos. Y también hay una batalla legal contra ellos
Publicado el 16/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Que la IA está poco a poco entrando en todos los aspectos de la cotidianeidad es un tema que ya no se le escapa a ningún observador mínimamente atento. Pero, más allá del ocio, más allá de nuestra relación con internet, quizás lo más sorprendente es cómo las inteligencias artificiales están penetrando en los rincones más íntimos de nuestras vidas. Por ejemplo, el análisis de nuestras mentes, un espacio que antes quedaba estrictamente reservado a los terapeutas.
Cómo funciona. El nombre habitual que se da a estas herramientas es el de chatbots terapéuticos, y ya abundan distintos ejemplos de asistentes virtuales que simulan sesiones de terapia o ayudan en el diagnóstico. Algunos de ellos, la mayoría restringidos al ámbito anglosajón, son Woebot, Wysa, Youper, Tess o Koko. Todo un ejército de compañeros digitales que analizan datos e identifican patrones y que, en teoría, asisten a los profesionales humanos y cualificados.
El bot que te psicoanaliza. Hay algunos datos que nos permiten hacernos una idea de cómo este sector está creciendo. El mercado de los chatbots sanitarios (no específicamente de terapia) alcanzará un valor de 543,65 millones de dólares en 2026. Plataformas como Character.ai (que tiene un bot "Psychologist") han registrado más de 200 millones de mensajes y 3,5 millones de visitas diarias. Actualmente, los chatbots especializados en psicología se consideran una de las tendencias emergentes en ese campo en los últimos meses.
Ventajas e inconvenientes. El empleo de la IA como apoyo de la asistencia terapéutica tiene indudables ventajas: el apoyo para el paciente es inmediato y está disponible las veinticuatro horas, y lo hace en zonas donde puede haber escasez de acceso a profesionales. Del mismo modo, es útil para un diagnóstico preliminar. Sin embargo, los inconvenientes, que muchos terapeutas están empezando a denunciar, son igualmente evidentes: hay una ausencia de interpretación de claves no verbales o de genuina empatía. El vínculo humano entre terapeuta y paciente, además, es imprescindible, y aquí queda completamente al margen.
La salud se arriesga. Poniendo esos elementos en suspenso, el valor del terapeuta digital queda muy limitado. Además, como no podía ser de otro modo, las objeciones éticas son infinidad: la falta de regulación que sí tienen los profesionales humanos, el manejo de datos personales y la confidencialidad de lo que cuenta el paciente, la ausencia de alguien a quien responsabilizar en caso de daño, o la falta de transparencia a la hora de dar uno u otro consejo, o seguir una u otra vía para el diagnóstico. Las dudas son más abundantes que las ventajas evidentes.
Tropiezos legales. En Estados Unidos ya están empezando a prepararse demandas contra este tipo de servicios. El pasado jueves, casi dos docenas de organizaciones de derechos digitales y protección de los consumidores enviaron una queja a la Comisión Federal de Comercio, señalando a Character.ai y el chatbot de Meta por la "práctica sin licencia de la medicina". Estos casos son especialmente llamativos por no intentar ni siquiera justificar que hay una vinculación real con prácticas médicas: los bots de Character.ai están los más usados, y entre su catálogo de personajes hay algunos como "Terapeuta: Soy un terapeuta CBT licenciado" (46 millones de mensajes) o "Terapeuta de trauma licenciado" (800.000 interacciones).
En cuanto a Meta, los chatbots tienen slogans como "Terapia: tu oído de confianza, siempre aquí" (2 millones de interacciones), "Terapeuta: Te ayudaré" (1,3 millones) o "Terapeuta bestie: tu guía de confianza para todas las cosas guays" (133.000 mensajes).
Convivir con los bots. Aunque los bots de Meta son especialmente llamativos por su poca seriedad y, aun así, el uso masivo que arrastran, lo cierto es que la profesión psicológica se prepara para el inevitable advenimiento de las IAs en la profesión. En Reino Unido, por ejemplo, el sistema sanitario aconseja a los pacientes el uso de Wysa. Y ya comienzan a brotar estudios como este de ScienceDirect que refuerzan los valores del uso de chatbots. Todos los profesionales coinciden en que su uso no sustituye a un terapeuta real, pero su llegada es inevitable, así que la profesión se prepara para, como mínimo, una convivencia forzada.
Cabecera | Michael Dziedzic en Unsplash
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