Esta mujer ha entrevistado a miles de personas buscando trabajo. Estas son las tres cosas que nunca debes hacer (pista: no llegues antes)
Publicado el 26/11/2024 por Diario Tecnología Artículo original
Las entrevistas de trabajo son uno de los mejores thrillers de la vida real. Podemos intuir cómo empiezan, pero nunca cómo van a terminar. Además, por mucho que nos preparemos para la reunión, nunca sabemos por dónde puede salir el entrevistador. Ya lo contamos hace poco, preguntas aparentemente banales como “¿Cuándo puedes empezar?” pueden encerrar la llave de acceso al trabajo. Por eso también, cuando un entrevistador da sus claves, es mejor escucharle.
Las líneas rojas. Emily Levine, vicepresidenta ejecutiva de Career Group Companies, ha entrevistado a miles de candidatos, muchos para roles de alto nivel como asistentes personales y jefes de equipo para celebridades. Esta recruiter ha identificado a lo largo de su carrera varias señales de advertencia que pueden perjudicar la impresión de un candidato durante una entrevista.
Para evitar errores comunes, Levine ha compartido recientemente una serie de consejos clave basados en su experiencia: sus líneas rojas.
No llegues antes (ni después). Parece obvio, pero como explica la experta a través de su experiencia, no lo es tanto. La puntualidad es esencial, pero llegar con demasiada anticipación puede ser tan perjudicial como todo lo contrario llegando tarde. ¿La razón? Si bien acudir tarde a una entrevista da la impresión de desorganización y falta de respeto por el tiempo del entrevistador, presentarse mucho antes puede transmitir una cierta ansiedad excesiva o incluso hacer que el entrevistador se sienta apurado o incómodo en el encuentro.
Según Levine, el momento ideal para entrar en la oficina o sala de entrevistas es, como mucho, 10 minutos antes de la cita programada. Para evitar contratiempos, recomienda llegar al edificio o punto de encuentro con 15 o 20 minutos de antelación y utilizar ese tiempo para prepararte o ubicar la oficina sin invadir el espacio del entrevistador antes de lo necesario.
No vayas como cuando quedas con un amigo. Aunque aquí juegan muchas variables, la experta subraya que tanto la apariencia como el comportamiento durante la entrevista son fundamentales para generar una buena impresión. Levine subraya que, tanto en entrevistas presenciales como virtuales, ciertos hábitos y detalles pueden restar profesionalismo. A saber: masticar chicle, usar gafas de sol en la cabeza, o adoptar una postura demasiado relajada.
En entrevistas presenciales, aspectos como oler a tabaco o usar un perfume demasiado intenso pueden ser incómodos para el entrevistador. La clave, según la ejecutiva, es asegurarte de que la atención se centre simplemente en tu experiencia y habilidades, no en distracciones externas, “pequeños detalles pueden marcar una diferencia en cómo perciben tu profesionalismo y seriedad”, cuenta.
No seas indiscreto. Muchas veces, durante las entrevistas de trabajo surge la pregunta sobre experiencias previas. Levine detalla que hablar mal de empleadores o empresas anteriores, o compartir información confidencial de sitios donde estuvimos antes, es una de las mayores señales de advertencia para los reclutadores.
La ejecutiva recalca que, especialmente en industrias donde los acuerdos de confidencialidad (NDA) son comunes, divulgar información sensible, aunque hayas firmado un NDA, genera desconfianza. La razón parece sencilla de entender: ese tipo de comportamiento sugiere que, en el futuro, podrías hacer lo mismo con el próximo empleador. Es preferible destacar de manera positiva tus logros y aprendizajes en empleos anteriores, manteniendo la ética y la profesionalidad al hablar de experiencias laborales pasadas.
Claves para una buena impresión. Para finalizar, Levine también aconseja prestar atención a otros aspectos clave, como mantener el contacto visual, saber leer el momento para saber cuándo es apropiado hablar o hacer preguntas y cuado escuchar, y demostrar interés genuino por el puesto al que aspiras. Todas estas acciones “no solo muestran que estás preparado, sino también que respetas el tiempo y las expectativas del entrevistador”.
En definitiva, y aunque puedan parecer básicas, son recomendaciones de alguien que ha estado delante de los aspirantes miles de veces. Presentarse puntualmente, proyectar una imagen profesional y mantener la discreción al hablar de empleos anteriores deberían ser pilares esenciales para causar esa impresión positiva durante una entrevista laboral. De paso, evitamos esas “líneas rojas” del experto que seguramente sabe detectarlas con gran facilidad.
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26_Nov_2024"> Miguel Jorge .