En su particular batalla contra Israel, España ha tomado una decisión radical: retirarse del festival de Eurovisión
Publicado el 16/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
La presencia de representaciones del estado de Israel en la vida pública cada vez resulta más discutida y conflictiva. Después de la masiva protesta en Madrid durante el final de la Vuelta Ciclista a España el pasado domingo (como colofón de una larga serie de protestas por todo el estado), ahora es el turno de Eurovisión: RTVE ha decidido oficialmente que España se retirará de Eurovisión 2026 si la Unión Europea de Radiodifusión (UER) no veta la participación de Israel. Una decisión que es una declaración política, pero sobre todo, un reflejo de un estado de opinión cada vez más clamoroso.
Qué ha pasado. La decisión del Consejo de Administración de RTVE se aprobó con 10 votos a favor, 4 en contra y 1 abstención. La propuesta fue del presidente de RTVE, José Pablo López, y es una medida política inédita. La motivación, según cuenta RTVE, es la ofensiva israelí en Gaza y el contexto de graves violaciones de derechos humanos que muchos sectores del Gobierno consideran que Israel utiliza para propaganda, lo que Eurovisión como certamen debería evitar.
Los quintos. España se convierte así en el quinto país, y el primero del denominado "Big Five" (los cinco principales financiadores del festival: Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido) que da este paso. Otras televisiones públicas europeas como Irlanda, Países Bajos, Eslovenia e Islandia ya han anunciado movimientos similares. RTVE rompe así con la presencia histórica de España en Eurovisión, que llevaba participando ininterrumpidamente desde 1961.
Y lo que queda. Algunos analistas hablan de que esta decisión de España y su pertnencia a los Big Five podría desencadenar un efecto dominó, y generar posturas similares en Bélgica, Dinamarca, Islandia, Finlandia y Noruega. En otros, como Francia, ya existe presión parlamentaria para dar este paso (y tiene un historial de boicot eurovisivo a Israel). Si el movimiento siguiera avanzando, se daría una situación única: Eurovisión se fragmentaría en bloques geopolíticos.
Hay quien sienta un precedente de esta situación en la expulsión de Rusia del concurso tras la invasión de Ucrania, pero no es exactamente lo mismo: la decisión de renunciar si participa Israel no es un castigo, una sanción, como sucedía con Rusia, sino más bien una declaración de principios y de rechazo a las políticas de un país.
Se masca la tensión. Este movimiento no es nuevo ni espontáneo: RTVE, Irlanda, Eslovenia e Islandia llevaban desde primavera pidiendo que Eurovisión dejara claro si Israel participaba o no. Y en julio, los socios se reunieron en Londres y se decidió que este año se ampliaría el plazo a mediados de diciembre para que los países decidieran definitivamente quiénes se presentaban. La UER ha aclarado que no habrá sanciones para quien se retire, pero la situación es tensa: ayer saltaba la noticia en medios israelíes de que Eurovisión recomendaba al país que se retirara o concursara bajo bandera neutral. Y ayer mismo, Eurovisión desmentía esa propuesta.
Las razones. ¿Y por qué toda esta cuestión levanta tantas ampollas? El dinero, claro. Tal y como hablamos a colación de la Vuelta, el rastro económica apunta a un sinfín de intereses que son los que, en última instancia, mantienen dubitativas a organizaciones como la UER. El televoto impulsado por Israel es económicamente muy jugoso, por lo activos y comprometidos que son sus votantes, aunque ha habido sospechas de manipulación, ya que el sistema permite hasta 20 votos por cada línea telefónica. Y además, el principal patrocinador del festival es la marca de cosméticos de raíces israelíes (aunque fundada en Canadá) MoroccanOil.
Actualmente, la situación es de calma tensa: Alemania, Italia, Austria, Azerbaiyán, Chipre, Grecia y Suiza apoyan la presencia de Israel, pero hay otros países, como Suecia, Dinamarca y Polonia que ya lanzan avisos para navegantes acerca de la decisión que tendrán que tomar en diciembre. Eurovisión está lejos de peligrar, pero la concordia entre sus miembros parece rota de forma definitiva.
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