En plena crisis de natalidad, China afronta un enorme reto: sus jóvenes están demasiado ocupados para formar parejas
Publicado el 05/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
"La energía es limitada, así que tengo que eliminar las cosas que más me agotan. ¿Y lo primero? Las citas". La frase es de Owen Cao, un chino de 22 años que se pasa los días haciendo encaje de bolillos para hacer frente a las obligaciones de su primer curso de posgrado, las sesiones de estudio, tareas, actividades del club estudiantil y aficiones. Una enorme carga de obligaciones difícil de comprimir en semanas de siete días con sus 24 horas. De ahí que, reconocía hace poco a South China Morning Post, prescinda de lo que a priori le resulta más accesorio: los romances y la paternidad, esta última directamente borrada de la ecuación.
Las opiniones de Cao no tendrían mayor relevancia si no fuera porque, en cierto modo, resumen uno de los grandes retos que tiene por delante Pekín si quiere revertir su crisis de natalidad.
Días de solo 24 horas. "Mucha gente dice que hay que gestionar bien el tiempo, pero, honestamente, por muy bien que se planifique resulta imposible abarcarlo todo", continúa Cao, estudiante de ingeniería oceánica. De ahí, de la imposibilidad de encajar más responsabilidades en días de solo 24 horas, que al menos hoy por hoy descarte implicarse en una relación estable.
El suyo no es un caso único. Al entrevistarlo, SCMP relataba que sus tres compañeros de piso pensaban exactamente igual que él. De hecho su mentalidad entronca con una tendencia mucho mayor (y creciente) en China: la renuencia a buscar pareja entre los jóvenes.
Del testimonio a las cifras. Testimonios como la de Cao ayudan a entender mejor los cambios en la sociedad china, pero no son la única pista. Las encuestas permiten ir más allá, ampliar el foco y comprender su alcance. Hace un año The Guardian se hacía eco de una que reflejaba que dos tercios de las más de 20.000 personas entrevistas, en su mayoría mujeres urbanas de entre 18 y 25 años, confesaban tener un "bajo deseo" de convertirse en madres.
En 2021 el diario China Youth Daily realizó otro sondeo entre 14.000 universitarios que mostraba que casi el 70% estaban solteros, un dato que para algunos expertos podría ser incluso mayor ahora debido a la resaca de la política "Covid Zero". Statista estima directamente que el 69% de los jóvenes de entre 26 y 22 años se ajustaban a ese perfil en 2021, porcentaje que se disparaba al 79% entre los nacidos entre 2000 y 2003. Cuando la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Zhongnan consultó a sus estudiantes, descubrió que cerca del 57% aseguran no estar interesados en tener citas, al menos a día de hoy.
¿Una "sociedad de solteros"? Con semejantes cifras sobre la mesa, hay expertos que ya se preguntan abiertamente si China está evolucionando hacia una "sociedad de solteros". Lo cierto es que los datos sobre matrimonios y nacimientos (ambos estrechamente ligados en la sociedad y la cultura tradicional china) preocupan lo suficiente en Pekín como para que Xi Jinping haya activado un paquete de medidas que incluye ayudas económicas, ventajas fiscales, coberturas sanitarias o incluso impartir "cursos de educación sobre el matrimonio y el amor" en las facultades. Todo con un objetivo: que los jóvenes se emparejen y tengan hijos.
Prueba de que lo primero es tan importante como lo segundo para las autoridades chinas es que hay administraciones ofreciendo ya una suerte de 'cheques pro boda'. Lo revelaba hace dos meses Global Times, ligado al oficialista People´s Daily, en un artículo que explicaba cómo las autoridades de Lüliang se planteaban recompensar con 1.500 yuanes (unos 214 dólares) a las parejas que se casen por primera vez. Eso sí, ellas deben cumplir un requisito fundamental para optar a la ayuda: no pasar de los 35 años.
Buenas ideas, malos datos. A pesar de ese empeño tanto por fomentar los emparejamientos como, sobre todo, por incentivar la natalidad, China no está logrando grandes resultados. A la espera de que se publiquen los datos globales de 2024, las estadísticas trimestrales muestran un "pinchazo" en ambos apartados: nupcias y nacimientos.
Entre enero y septiembre se casaron en el país 4,75 millones de parejas, un 16,6% menos que en 2023, y la tendencia no es halagüeña. Si nos fijamos específicamente en el tercer trimestre del año, el descenso es más pronunciado, de más del 25%, con el balance de enlaces ese período más bajo desde 2008. Los datos de casamientos se alejan del pico de 2013, cuando se superaron los 13 millones de nuevos enlaces, y hay expertos que creen que en 2024 han podido caer por debajo del mínimo histórico de 2022.
Los balances de natalidad tampoco son boyantes. Las tablas de Naciones Unidas o el Banco Mundial revelan que la tasa de alumbramientos china dibuja desde hace ya tiempo una curva claramente descendente, lo que le llevó a perder casi 2,1 millones de habitantes en 2023. Su dato de natalidad fue también malo, acentuando la pérdida de población que ya se había registrado en 2022 y marcando su peor resultado desde que hay registros.
¿Por qué no se casan y tienen hijos los jóvenes? Buena pregunta. Difícil respuesta. Llega con repasar la prensa local e internacional para comprobar dos cosas: la primera es que las autoridades y expertos llevan tiempo dándole vueltas; la segunda es que la única forma de abordarla es con una perspectiva amplia que abarque la economía, cultura, sociedad y política chinas. En juego entran cuestiones como los costes de la crianza, la incertidumbre económica y las malas perspectivas laborales, los efectos de la pandemia o directamente los cambios culturales.
El nuevo escenario chino llega tras décadas de "política del hijo único", aplicada hasta 2015. Zhen Yexin, experta en demografía, arroja un dato interesante en Sixth Tones: entre la población rural de 20 a 49 años con educación primaria o inferior hay 474,5 hombres solteros por cada 100 mujeres solteras. El dibujo sería totalmente distinto en la población urbana soltera de 35 a 49 años con formación elevada (universitaria o superior). En ese caso habría casi paridad: 97,7 hombres por cada centenar de mujeres.
"No me estresaba tanto". Hay otra clave y es la que se desprende de las declaraciones de Cao: entre los jóvenes chinos hay quienes prescinden de las parejas y la idea de la paternidad porque sencillamente no tienen tiempo. Ni para lo uno ni para lo otro. Ante unas perspectivas laborales complejas y cada vez más ambiciones académicas y profesionales, los estudiantes se centran en conseguir recomendaciones y buenas notas para sus posgrados.
"Apenas tienen tiempo para descansar y mucho menos energía para pensar en citas", confiesa a SCMP Wu Ruoshi, de 28 años, quien recuerda que hace no tanto, cuando hace apenas una década asistía a la universidad, disfrutaba de suficiente tiempo libre para tener citas sin que su rendimiento académico se viera afectado.
"Por entonces no me estresaba tanto por todo", recuerda la joven. "Cuando estaba en la universidad, sentía que tenía mucho tiempo libre y no consideraba que las citas tuvieran ningún impacto en mis estudios". Aunque no hace tanto de aquello, las cosas son distintas ahora, desliza Cao. Él y otros jóvenes en su misma situación sienten la presión de lograr buenos posgrados. A eso se suma una mayor oferta de ocio y distracciones y una sociedad más abierta a aceptar que se tengan hijos fuera del matrimonio.
"Mentalidad de rebaño". "En el pasado había una fuerte mentalidad de rebaño. Todo el mundo se casaba, así que ellos también lo hacían. La gente no pensaba realmente en por qué se casaba", reflexiona Yuan Xin, profesor universitario de demografía. "Ahora los jóvenes parecen estar despertando y les parece complicado".
La gran pregunta es si las medidas diseñadas por Pekín, incluidos sus cursos "educación sobre el matrimonio y el amor", surtirán efecto y reflotarán las estadísticas sobre matrimonios y natalidad del gigante asiático, para que el la crisis de natalidad es mucho más que un desafío social: es un enorme problema económico.
Imágenes | GT#2...Off permanently (Flickr), Kristoffer Trolle (Flickr) y Our World in Data
05_Jan_2025"> Carlos Prego .