El cheli: la "lengua muerta" de Madrid que está desapareciendo y un puñado de entusiastas quiere salvar

Publicado el 21/03/2025 por Diario Tecnología
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El cheli: la "lengua muerta" de Madrid que está desapareciendo y un puñado de entusiastas quiere salvar

En España hay una lengua oficial, el castellano, y un puñado de lenguas cooficiales. La foto lingüística completa del país es sin embargo mucho (muchísimo) más rica e incluye un amplio abanico de variedades dialectales, además de  infinidad de jergas y sociolectos, formas de usar el lenguaje acotadas a una grupo concreto. Durante años Madrid gestó el suyo propio, el cheli, un habla que dejó huella en la Real Academia, inspiró a novelistas y directores de cine, e incluso tiene diccionario propio y varias traducciones.

Su época dorada quizás quedé ya atrás, pero eso no significa que haya gente que aún reivindica su valor y pelea para que (si no se habla) al menos sí se hable de él.

¿Qué es el cheli? Un sociolecto, un habla, una especie de dialecto sin fijar pero con abundante vocabulario, una seña de identidad asociada a una ciudad (Madrid) y un tiempo (sobre todo los años 80 y los primeros 90), un "argot generacional", en palabras del novelista Paco Umbral… O si le preguntamos al diccionario de la RAE, una "jerga con elementos castizos, marginales y contraculturales".

El cheli es todo eso y algunas cosas más, como un improbable nexo de unión entre Camilo José Cela, Enrique Tierno Galván, Ramoncín y Antoine de Saint-Exupéry; pero sobre todo es una forma de comunicarse rica, espontánea y diversa que gozó de su particular edad dorada principalmente durante La Movida.

¿Cuál es su origen? Se cuenta que el término como tal lo acuñó Francisco Umbral en El País, pero como recordaba hace un par de años Álvaro de Benito, periodista y apasionado de la lingüística, una cosa es el acta de bautismo y otra muy distinta el nacimiento. Para conocer los orígenes del cheli hay que remontarse probablemente mucho más atrás, al siglo XVIII y el auge del Casticismo. Con el tiempo ganó fondo y forma, vocabulario, expresiones y estilo. Se expandió.

Su gran época fue sin embargo las últimas décadas del XX. Es en ese período, a finales de los 70, cuando sitúa su eclosión la lingüista francesa Henriette Walter, quien llegó a dedicarle un par de páginas en su ensayo 'La aventura de las lenguas en Occidente', publicado en 1994. "Comenzó a hablarse en Madrid en los ambientes delictivos, se inspira en el argot de la droga y en el caló", apunta la experta, quien se refiere a él como "cheli, pasota o lenguaje del rollo".

¿Quién lo hablaba? Como recordaba hace unos años el periodista Arsenio Escolar, Walter sitúa los orígenes de "el pasota" entre Barcelona y Sevilla, pero la tierra en la que logró consagrase "como fenómeno social" fue otra: la madrileña. Allí caló hondo. Se vinculó a los barrios en un momento de profundos cambios políticos y sociales y se coló en las tiendas, tabernas, fábricas, mercados… Aunque como ocurre con la mayoría de los idiomas y dialectos el cheli no era una realidad inalterable, unidimensional y estática.

En un artículo publicado hace unas semanas en El Periódico de España (EPE) Pedro del Corral recordaba que en función de la edad y formación de los hablantes se usaba de una u otra forma. También quedó ligado a algunos barrios. Todo eso sirvió para que en cierto modo el cheli se usará para algo más que hablar: era una seña de identidad entre grupos.

La Movoida

¿Solo se usaba en la calle? No. El cheli llegó a las pantallas y a los libros, a actos institucionales e incluso despertó el interés de cantantes y novelistas laureados. Lo reprodujeron en algunas de sus obras Rafael Sánchez Ferlosio y Camilo José Cela, sonó en 'La bola de cristal' o la película 'Navajeros' de Eloy de la Iglesia y Umbral le dedicó en 1983 un diccionario cuya presentación estuvo encabezada por el alcalde Tierno Galván, quien incluso se arrancó a hablarlo ante el público en el Palacio del Conde-Duque de Madrid.

No fue el único. En 1993 Ramoncín lanzó 'El tocho cheli', que se autodefinía como un "diccionario de jergas, germanías y jerigonzas", y tres años después le siguió 'El nuevo tocho cheli'. Entremedias, en 1994, Antonio Alonso, capellán de la cárcel de Carabanchel, decidió ir más allá y elaborar una adaptación al cheli del 'Nuevo testamento'. La tituló 'El Chuli, los colegas y la basca', toda una declaración de intenciones: en sus páginas Jesús se convierte en Chuchi, los apósteles en colegas y los pescadores en basca.

¿Es la única traducción? La respuesta es de nuevo no. Y explica por qué el cheli ha vuelto a ser noticia en los últimos años. En 2022, tras una investigación de año y medio Álvaro de Benito, periodista y apasionado de los idiomas y dialectos, decidió lanzar una traducción al cheli de uno de los grandes clásicos de la literatura universal, 'Le Petit Prince', del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry.

La adaptación se refleja ya en el mismo título de la obra: 'El chaval principeras (Con los garrapatos fetén del menda)'. 92 páginas que son toda una reivindicación del argot madrileño y han servido para devolverlo a los focos.

¿Por qué 'El Principito'? De Benito lo explicaba con claridad en una entrevista a Madrid Secreto. "Independientemente de que nos guste o no, 'El Principito' es una herramienta universal y válida para la divulgación de los idiomas. Cada vez que sale algo de él se arma mucho revuelo", confiesa. La cheli no es de hecho la única adaptación publicada por su editorial, Desde Tuma. En su catálogo hay otras en cántabro, manchego, churro, haketía, gacería o el habla del Rebollar.

¿Cómo fue el proceso? Álvaro de Benito nació en 1980, con lo que durante los años de esplendor del cheli era todavía un niño. Además de tirar de su propia experiencia se documentó con estudios filológicos, artículos, revistas, películas, novelas… El resultado, con todo, no es el mismo que se podría esperar de una traducción convencional a un idioma oficial con una academia detrás encargada de definir su canon.

"En inglés puedes traducir bien o mal, pero el cheli solo puedes adaptarlo. No es cuestión de hacerlo bien o mal", explica De Benito. "Recogí el mayor vocabulario posible. Ha habido gente que me ha comentado que es exactamente como lo hablaba, otros dicen que les ha costado leerlo", añadía el periodista hace poco en una entrevista con El Periódico.

Su objetivo en cualquier caso está claro: plantear una "reivindicación cultural", "reconocer la importancia" que tuvo el cheli y añadirlo a la larga lista de adaptaciones y traducciones (más de 500) que existen de 'El Principito'.

¿Ha muerto el cheli? "Quedan residuos, ya nadie habla de esa forma", asume De Benito. "Es algo que se ha perdido, no escuchas a la gente hablar así y quedan palabras y modismos, pero no es exactamente lo que los jóvenes de ahora hablarían". Una cosa es sin embargo que haya decaído y otra muy distinta que su huella ya no exista. Algunas de sus voces han entrado en el diccionario de la RAE y hay ciertas expresiones que aún hoy pueden seguir escuchándose. Tanto dentro de Madrid como fuera, en otras partes de España.

¿Qué expresiones son cheli? En los 90 Walter documentaba un buen puñado: "¡Al loro!, basca, bocata, bofia, chachi, chungo, comerse el coco, cubata, currante, drogata…" Y así una larga lista de vocablos y frases hechas que en algunos casos aún tienen ecos en 2025. "Cortar el rollo", "fetén" o "chuparse el dedo" conectan también con aquel habla cheli, igual que otra de sus grandes características: la creación de palabras jugando con sufijos como -ata, -ales o -eras.

Imagen | Mickamroch (Flickr)

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