Donald Trump quiere anexionarse Dinamarca. El rey danés acaba de modificar su escudo para dejar algunas cosas claras
Publicado el 07/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Si es cierto que una imagen vale más que mil palabras, el rey de Dinamarca, Federico X, acaba de enviar un mensaje contundente a sus conciudadanos, los habitantes de Groenlandia y sobre todo a quien en cuestión de 13 días se (re)convertirá en presidente de EEUU, el multimillonario Donald Trump. Después de que el líder republicano mostrase su deseo de que EEUU se haga con el control de Groenlandia, el monarca danés ha movido ficha para dejar claro el vínculo de Copenhague con la isla ártica, que desde hace tiempo ostenta la condición de región autónoma ligada a Dinamarca.
¿Cómo lo ha hecho? Redibujando su escudo de armas real, en el que ha dado mayor protagonismo a Groenlandia y las Islas Feroe.
Un escudo, un mensaje. Federico X no lleva ni un año sentado en el trono del Reino de Dinamarca. El cargo lo asumió el 14 de enero de 2024, tras la abdicación de su madre, Margarita II. Sin embargo, a las puertas del primer aniversario de su reinado, ha tomado ya una decisión histórica: el 20 de diciembre promulgó un nuevo escudo de armas real, alterando el diseño que estaba en vigor desde 1972. No ha sido un gran cambio y de hecho puede que pase inadvertido para los ojos menos atentos, pero es un retoque cargado de intención y con el que envía un mensaje muy claro.
El valor de un oso. Entre otras modificaciones, el nuevo escudo de armas real de Dinamarca ha eliminado las tres coronas que simbolizaban la antigua Unión de Kalmar entre Dinamarca, Noruega y Suecia, y ha dado mucho mayor protagonismo a las representaciones de un oso polar y un carnero. Dicho así no parece gran cosa, pero si por algo destacan los blasones es por su carga simbólica. Todo tiene su significado. Y todo envía un mensaje.
Hay expertos que han destacado que el escudo suprima las coronas de Kalmar, que habían aguantado el paso de los siglos y los avatares, guerras y pérdidas sufridas por Dinamarca desde mediados del siglo XVII. Sin embargo si hay un gesto que ha generado expectación es la predominancia que han cobrado el carnero y, sobre todo, el oso polar, presentes en el diseño anterior, aunque con un tamaño menor y sin el protagonismo del nuevo dibujo.
El motivo es sencillo: el carnero representa a las Islas Feroe, un archipiélago del Atlántico Norte ligado al Reino de Dinamarca. El oso polar es un guiño a Groenlandia, territorio autónomo ligado también histórica y políticamente a Copenhague. Ese vínculo dura ya varios siglos y si bien se redefinió varias veces durante el XX, a día de hoy el Estado danés sigue ejerciendo ciertas responsabilidades sobre la isla en política exterior y defensa.
¿Por qué es importante? Por el contexto. Primero, porque Dinamarca no cambia su escudo real todos los días. Desde 1819 lo había hecho solo tres veces, en 1903, 1948 y 1972, en los dos últimos casos coincidiendo más o menos con el ascenso al trono del abuelo y la madre de Federico X. Segundo, y lo más importante, porque el nuevo monarca danés ha decidido presentar el nuevo emblema en un contexto diplomático especialmente complicado y en el que la soberanía de Groenlandia ha cobrado un protagonismo especial.
Hace poco y en una demostración más de cómo ha logrado convertirse en protagonista de la política internacional antes incluso de jurar el cargo, Donald Trump, presidente electo estadounidense, agitó la política danesa al dejar caer que EEUU debería hacerse con Groenlandia, ahora ligada a Dinamarca. "Por motivos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, Estados Unidos de América considera que la propiedad y control de Groenlandia es una necesidad absoluta", proclamó el republicano antes de anunciar la designación de Ken Howery como embajador en Dinamarca.
Con el foco en Groenlandia. Groenlandia no es el único activo extranjero que parece codiciar la política internacional de Trump. En las últimas semanas el republicano ha mostrado de forma más o menos directa su interés en controlar el Canal de Panamá o que Canadá se incorpore a EEUU.
Sin embargo sus declaraciones sobre la isla ártica ha generado un revuelo especial. Primero porque no son nuevas. Hace más de un lustro ya protagonizó un sonoro roce con Copenhague al cancelar una visita a Dinamarca porque la primera ministra, Mette Frederiksen —todavía en el cargo— no se mostraba dispuesta a debatir una posible venta de Groenlandia.
Un mensaje con resaca. La segunda razón es que las palabras de Trump han tenido ya reacciones. Y no solo en el escudo de armas real danés. Copenhague ha mostrado ya su disposición a reforzar con 1.300 millones de euros la seguridad de la isla ártica y el primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, ha dejado ver de forma clara que en su opinión el territorio autónomo debería independizarse del Estado danés.
"La historia y las condiciones actuales han demostrado que nuestra cooperación con el Reino de Dinamarca no ha logrado crear una igualdad plena", argumentó Egede en su discurso de Año Nuevo. Desde 2009 Groenlandia tiene el derecho de declarar su independencia previo referéndum, un escenario que para algunos expertos resulta más factible que la posibilidad de que Dinamarca transfiera la isla a EEUU sin contar con los groenlandeses.
Mucho más que una isla. Si algo ha logrado ya Trump es colar el tema en el foco internacional. Aunque Groenlandia ha subrayado que no está en venta y Dinamarca ha respondido a las palabras de Trump reforzando su inversión en la defensa de la isla, el presidente electo de EEUU ha conseguido que se hable de su órdago. Y buena prueba es la expectación que ha suscitado la visita de uno de sus hijos, Donald Trump Jr. a la isla ártica. Con ese telón de fondo la decisión de Federico X de dar mayor visibilidad al carnero y sobre todo al oso polar en su escudo real cobra mayor importancia… y sobre todo deja una lectura bastante clara.
El interés en Groenlandia se explica por su enorme potencial y ubicación, lo que le confiere un valor geoestratégico que despertó el interés de Washington hace ya tiempo. Hay al menos un informe de 1867 en el que EEUU plantea la posibilidad de hacerse con el control de la isla. A sus recursos mineros y riqueza de tierras raras se añade la situación estratégica del territorio, tanto desde un punto de vista defensivo, como comercial a medida que el deshielo del Ártico abre nuevas posibilidades internacionales.
Imágenes | Kongehuset y Gage Skidmore (Flickr)
07_Jan_2025"> Carlos Prego .